"Para el 18 (de octubre) ya no me sentía bien. Mi hija Kel (Calderón) me notó muy mal el 23 de octubre y fuimos a la clínica. Me entubaron de inmediato cuando llegué y desde ahí ya no me acuerdo de nada". Son las primeras palabras de Hernán Calderón (68) después de recibir el alta tras los dos meses y medio que estuvo internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la clínica Alemana, producto del Covid-19.
Se le entrecorta la voz, pero el abogado encuentra pequeñas bocanadas de aire para seguir con el relato de sus 73 días en la clínica, ahora desde su casa: "De lo que me han contado y recuerdo un poquito, porque estuve muy sedado, es que me hicieron una traqueotomía para el ventilador mecánico, con el que estuve cinco días. También me daban vueltas en la cama. Me tuvieron boca abajo muchos días (posición decúbito prono que permite mejorar la oxigenación), después me ponían de espalda y no funcionaba, no respiraba mejor. Mis posibilidades de salir de eso eran de un 98 por ciento (en contra)".
-¿Y el otro 2 por ciento?
-Ese resultó y fue inesperado. Después, cuando ya me había recuperado del Covid, me dio una neumonía. Me tuvieron sedado en coma inducido; la superé. Luego de eso me dio una infección a la sangre, un virus intrahospitalario.
-¿Qué pensaba en su fuero interno?
-Pensaba hasta aquí nomás llegué . Pero también le daba vueltas a cómo me vino esto tan fuerte, si tenía las tres dosis; la última me la había puesto hace dos meses. También miraba a Kel, siempre ahí conmigo, cuidándome, preocupándose de todo.
-Ella jugó un rol importante. ¿no?
-Desde el día cero ella estuvo ahí. Bueno, como siempre lo ha hecho, al igual que la Francisca (hija de su primer matrimonio). Me alegraron los días en la clínica, celebramos Navidad y Año Nuevo en la habitación. Ellas fueron mi puntal para recuperarme y hoy, en esta etapa, lo siguen siendo.
-¿En qué consiste esta recuperación, Hernán?
-Llevo 10 sesiones de kinesioterapia, las empecé en la clínica, son tres veces a la semana. También estoy viendo otras terapias, pero eso lo está viendo la Kel. Estoy con una dieta especial para recuperar masa muscular y ejercicios.
-¿Qué secuelas le dejó el Covid-19?
-A nivel físico es impresionante lo que hace: la primera vez que me paré de la cama, como no sabía en qué estado estaba mi cuerpo, llegué y me paré como siempre, pero no tenía la fuerza, casi me caigo. Bajé 14 kilos 400 gramos y se nota en la debilidad, perdí mucha masa muscular. Uno se levanta y tienen que ayudarte. Imagínate que yo caminaba 15 mil pasos diarios todos los días. En cuanto al nivel cognitivo estoy bien, se me olvidan algunas cosas y no me acuerdo de nada de lo que pasó desde que me internaron; si no me las cuentan, ni me entero.
-Usted es bien trabajólico, ¿cambiará eso tras esta experiencia?
-Uno se siente un sobreviviente, lo he sido toda mi vida, entonces se toman muchas decisiones de cambio. Es una experiencia que hace que uno se replantee varias cosas de la vida. La velocidad, los afectos, así como lo trabajólico. A las seis de la mañana ya estaba en pie para ir a trabajar y a las ocho en punto llegaba a la oficina. Corría para allá, para acá. Creo que, paulatinamente, me voy a ir retirando a disfrutar la vida. No queda más.