Hace dos semanas, Catalina Palacios (42) dejó su vida en Santiago para instalarse a vivir en Maitencillo, Región de Valparaíso. "Estoy feliz por mi decisión, era algo que quería hacer desde hace mucho", señala la cantante, exrostro televisivo e influencer (@Katap_oficial en Instagram), refiriéndose a su nueva ubicación geográfica: arrendó una casa a tan sólo cuadras del mar. Y no se fue sola: lo hizo junto a su hija de 4 años y su pololo, el médico internista Rodolfo Neira.
"Se dio una oferta única, no había que pensarlo mucho. La oportunidad ocurrió hace muy poco y hay oportunidades que no hay que dejar pasar", afirma ella. "Me cambié a una casa más chica que la que tenía antes, no vivo frente al mar, pero en el horizonte veo el océano, Io que es para mí una sensación maravillosa de libertad", continúa, agregando únicamente respecto a su convivencia con Neira que "estamos acá, juntos".
-¿Por qué decidió irse de Santiago?
-La verdad es que nunca me acostumbré tanto a Santiago. Cuando yo era niña, entre los 5 y los 8 años, viví en Algarrobo. Ese período de conexión con el mundo e identificación caló hondo en mí, me gustaba mucho ese lugar y cuando tuvimos que cambiarnos como familia a Santiago fue muy difícil. Me causó mucha tristeza, recuerdo que no me gustaba ni el olor ni el ruido ni el aire de la ciudad... Lo pasé mal. Considero que siempre quise volver al mar, vivir cerca de la playa. Creo que aguanté tanto en Santiago por motivos laborales, pero eso ya Io veo con otros ojos.
-¿Cómo lo hizo con su hija de 4 años? ¿Encontró colegio?
-Ufff, eso fue súper complicado. Antes los colegios fiscales o particulares trataban de encontrar soluciones para las personas que se cambiaban de lugares a mediados de año. Había como un ánimo de que nadie quedara flotando. En ese sentido, muchos lugares pusieron condiciones y complicaciones para incorporarla, fue muy complicado conseguir matrícula. Igualmente, gracias a Dios, encontré un sitio para ella. Es un jardín especialmente creado para papás que se mueven y que existe para que sigan avanzando los niños. Al final todo salió bien, lo que es un alivio. Así es que estamos felices.
-Se oye contenta, Catalina.
-Estoy así. El aire acá es limpio, no hay ruidos de autos ni de ciudad, sólo de pajaritos. Yo no conocía Maitencillo, lo vine a conocer ahora que me vine a vivir acá y me gusta mucho. De igual manera, voy a seguir haciendo cosas en Santiago, pero ordenaré por prioridades en base al tiempo. Haré 5 cosas al día cuando vaya, ponte tú. Seguiré con planes y agenda en Santiago. Tampoco queda lejos, es una hora y media de viaje, que es un tiempo que mucha gente hace para volver desde el trabajo a sus casas en el mismo Santiago.