Hay 800 mensajes de WhatsApp en su celular que no ha podido contestar. Sus ex compañeros y amigos de Colo Colo no lo dejan solo un instante en su habitación de la Clínica Alemana. Le hablan, le piden que luche, lo remecen. Lizardo Antonio Garrido, a sus 64 años, ya entendió el mensaje.
El Chano, tan querido por el país futbolístico, enfrenta desde el jueves un diagnóstico de leucemia infoblástica aguda. Le costó asumir la enfermedad a la sangre. "Voy a dar la lucha hasta el final, de eso estoy seguro", asegura convencido, la tarde de este domingo, aunque con su voz bastante quebrada.
"Me da pena verme en las condiciones en que estoy y darme cuenta de la cantidad de gente que me quiere", dice, desde la unidad de cuidados intensivos, el actual jefe de captaciones de jóvenes talentos en Colo Colo.
"Ha sido una gran locura y las palabras que me entregan mis ex compañeros del chat (en WhatsApp) del Eterno Campeón, del Colo Colo 91' y mis compañeros de cadetes son las más potentes y las más fuertes, las que me llegan hasta el alma", asegura.
-De hecho se le siente la voz quebrada por la emoción.
-Sí, es que estuve con algunos hoy y me hablan cosas tan
lindas, no sé cómo entraron. Vino Barti, el Bocón Ormeño,
el Vasco, el Chino Caszely, no sé por dónde entraron. Se
las arreglan de alguna manera, jejejé. También, Pedro
García y Arturo Salah.
-Usted dice que luchará hasta el final.
-En Colo Colo me enseñaron desde chico, cuando ingresé a los 15 años, que la lucha hay que darla hasta el final, hasta el final. Me enseñaron a no bajar jamás los brazos, a no entregarse nunca, que se puede jugar bien o mal, pero que tienes que dejar la vida en la cancha. Este es el partido más importante en mi vida y es el que tengo que ganar.
-Sus amigos estaban preocupados porque desde que murió su señora, en marzo de 2018, usted se fue hacia abajo de ánimo. Ahora necesitan que usted luche en serio.
-Con Io de Myriam Io pasé muy mal, lloré un año completo y después entendí que la tengo que amar desde otro lugar. Los hombres no podemos estar solos, es una verdadera locura y, claro, la Myriam estuvo 40 y tantos años conmigo. La recordaré el resto de mi vida, pero también hay gente que está conmigo, que me ha ayudado, que se ha sacado la mugre.
-¿Si su mujer viviera, qué le diría a usted?
-Que no la tengo que dejar sola y que debo luchar.
-¿Vio?
-Sí, es verdad, es verdad. Bueno, es Io que me tocó. Pasa que la palabra leucemia remueve, desorienta, pero me dijeron que tiene vuelta y que debo ponerle empeño y ganas de querer salir.
-¿Cómo sigue el tratamiento?
-Empiezo con tratamiento esta noche y en la semana sigo. Me ponen plaquetas. Están buscando el mejor tratamiento. Sé que tengo una cuestión grave y difícil. Por eso estoy en la UCI. Me llamó el presidente de Colo Colo, extraordinario. Me dicen que no me preocupe de nada y que vuelva a trabajar en Colo Colo. Los doctores de la Clínica Alemana son capos. Me ven todos los días, pasan a cada rato, son extraordinarios, no tengo palabras de agradecimiento para toda esta gente que me ha tratado como rey.
-¿Qué pasó con su salud si usted estaba bien trabajando en las cadetes en la semana?
-Sí, estaba bien. Solo comenzó con el herpes que tenía en mi brazo derecho con formas de manchas blancas que me quemaban y me causaban mucho dolor. Fui al doctor, me hicieron exámenes y me detectaron leucemia. El jueves me internaron. Estoy agradecido de la gente del país. Colo Colo me enseñó a luchar hasta el final.
-Usted dice que luchará hasta el final.
-En Colo Colo me enseñaron desde chico, cuando ingresé a los 15 años, que la lucha hay que darla hasta el final, hasta el final. Me enseñaron a no bajar jamás los brazos, a no entregarse nunca, que se puede jugar bien o mal, pero que tienes que dejar la vida en la cancha. Este es el partido más importante en mi vida y es el que tengo que ganar.
-Sus amigos estaban preocupados porque desde que murió su señora, en marzo de 2018, usted se fue hacia abajo de ánimo. Ahora necesitan que usted luche en serio.
-Con Io de Myriam Io pasé muy mal, lloré un año completo y después entendí que la tengo que amar desde otro lugar. Los hombres no podemos estar solos, es una verdadera locura y, claro, la Myriam estuvo 40 y tantos años conmigo. La recordaré el resto de mi vida, pero también hay gente que está conmigo, que me ha ayudado, que se ha sacado la mugre.
-¿Si su mujer viviera, qué le diría a usted?
-Que no la tengo que dejar sola y que debo luchar.
-¿Vio?
-Sí, es verdad, es verdad. Bueno, es Io que me tocó. Pasa que la palabra leucemia remueve, desorienta, pero me dijeron que tiene vuelta y que debo ponerle empeño y ganas de querer salir.
-¿Cómo sigue el tratamiento?
-Empiezo con tratamiento esta noche y en la semana sigo. Me ponen plaquetas. Están buscando el mejor tratamiento. Sé que tengo una cuestión grave y difícil. Por eso estoy en la UCI. Me llamó el presidente de Colo Colo, extraordinario. Me dicen que no me preocupe de nada y que vuelva a trabajar en Colo Colo. Los doctores de la Clínica Alemana son capos. Me ven todos los días, pasan a cada rato, son extraordinarios, no tengo palabras de agradecimiento para toda esta gente que me ha tratado como rey.
-¿Qué pasó con su salud si usted estaba bien trabajando en las cadetes en la semana?
-Sí, estaba bien. Solo comenzó con el herpes que tenía en mi brazo derecho con formas de manchas blancas que me quemaban y me causaban mucho dolor. Fui al doctor, me hicieron exámenes y me detectaron leucemia. El jueves me internaron. Estoy agradecido de la gente del país. Colo Colo me enseñó a luchar hasta el final.