El acto de amor más grande de un humano hacia su perro
es satisfacer sus necesidades como especie. Sofía
Ignacia, una perrita que oficia de mascota, come tres
veces al día. Su plato favorito es el pollo asado. También
come carnes rojas bajas en grasas, aunque para los
asados prefiere el lomo vetado. Todas sus comidas son
con postre. Cuando tiene que salir, usa ropa como un traje
de lana marca Kimba Pets que Andrea Hidalgo, su ama, le
trajo de México. Sofía Ignacia tiene un
Instagram
(@calila41ife). La rescataron hace diez años, un 4 de
diciembre. En ese tiempo Sofía Ignacia no tenía cuatro
camas, como ahora, ni un carné que recuerda se fecha de
cumpleaños. Para Navidad, ella le hace regalos a toda la
familia junto a una tarjeta que dice "de Sofía Ignacia
Hidalgo Casareggio". Lo mismo los días de la Madre o los
cumpleaños.
Andrea Hidalgo tiene claro que humaniza a su mascota,
pero dice que no es algo perjudicial para Sofia. "Es más
perjudicial para nosotros, encuentro, porque nunca la
dejamos sola. Entonces hay que hacer toda una logística
familiar para que eso no pase. Porque un perro puede
quedarse solo, no le va a pasar nada, entonces es algo que
nosotros decidimos y tampoco es un sacrifico",
argumenta.
El vínculo afectivo que se da entre animales y seres
humanos es tan sólido, que si no se canaliza bien, resulta
perjudicial para ambas especies, dicen los educadores
caninos y justifican punto por punto hasta dónde debería
llegar una relación para que nadie salga perjudicado. Ni
perritos ni personas.
1. Ponerles zapatos
El educador canino Héctor Muñoz, especialista en análisis
y modificación de conductas en perros (@hectormun.e.c.),
opina de sobre el calzado canino. "Hay perros, como los
salchicha, que generan hongos con la humedad y en
ciertos casos hay que considerar zapatitos, pero por
temas solamente estéticos, no solo porque se ve bonito
con zapatos; eso no tiene ninguna funcionalidad. Incluso
para los perros es incómodo tener algo puesto en las
patas. Entonces, para ellos puede ser muy estresante que
se le pongan zapatos" asegura.
2. Hiperapego
"Si el perro está bien y no se pone ansioso ni con estrés,
no habría problemas, pero es bueno evaluar Io siguiente. Si
lo llevas a todas partes, haces al perro dependiente de tu
presencia. Si nunca se enfrenta a la soledad, le hará un
daño al perro. El hiperapego y la dependencia emocional
son algo muy frecuente entre las mascotas y las personas.
Así pasan todo el día juntos en la casa y además salen
para todas partes, es demasiado. Muchas personas llevan
a los perros al mall porque ellos se sienten bien, no porque
el perro esté cómodo con la situación" opina
3. Tenerles
una estufa.
"Hay perros de pelo corto que necesitan alguna capa si
hace frío. Pero si tiene la estufa, más encima una capa, es
un exceso y los excesos son los negativos" indica Muñoz.
"Hay gente que les pone capas a los siberianos, a perros
que tienen un pelaje frondoso, que está preparado para
soportar bajas temperaturas, por ende, no es necesario. Es
algo que incluso les puede dañar el pelo, la piel, ellos -en
muchos casos- sufren."
4. Teñirles el pelo
"Hoy tenemos un caso de antropomorfización severa", dice
Héctor Muñoz. "La humanización de los perros ha existido
siempre. Gracias a ella existen los perros, porque son
parientes lejanos de los lobos que fueron modificados por
el ser humano, que fueron humanizados y gracias a eso
existen los perros que conocemos hoy en día. Pero la
antropomorfización negativa sería traspasar condiciones
totalmente humanas a mascotas que no lo necesitan en lo
absoluto, como teñirles el pelo".
5. Dormir con la mascota
Juan Andrés Inzunza, educador canino y director de
Educandogs, se refiere a algo habitual entre perro humano,
como es compartir la cama. "No habrá problemas
mientras el perro pueda gestionar adecuadamente su
independencia y el dormir también solo. Si se desarrolla
una dependencia tal -que lleva al perro a cursar cuadros de
angustia y a comprometer sus capacidades adaptativas-,
cuando el humano no está para poder dormir o hacer sus
actividades normales, podemos comenzar a hablar de
problemas y trastornos comportamentales que será
preciso evaluar y tratar. La clave es mantenerse alejados
de los extremos en materia de dependencia emocional",
explica.
6. Disfrazarlos
"Los perros tienen una temperatura basal mayor a la de los
seres humanos y, en general, con su pelaje enfrentan muy
eficientemente el frío, el calor, la lluvia e incluso la nieve. Si
por prescripción médica un perro debiese abrigarse para
prevenir enfermedades o resguardar un período de
convalecencia, sería útil usar abrigo, pero siempre
pensado bajo un prisma de salud, no como un 'disfraz'
para el divertimento humano", indica Inzunza.
7. Humanizarlos
El director de Educandogs sobre la humanización de las
mascotas. "Nunca será adecuado criar a un caballo como
si fuera una iguana, o a un perro como si fuera un bebé
humano. Los animales tienen naturaleza propia, y los
perros tienen necesidades físicas, emocionales, mentales
y sociales particulares que debemos conocer, estudiar,
resguardar y satisfacer. Amar a un perro es suplir sus
necesidades como especie, no pretender transformarlo en
un 'humano pequeño' o en un 'bebé'. Los Homo Sapiens
(humanos) y Canis Lupus Familiaris (perros) somos
especies distintas que debemos convivir armónicamente,
basándose en el respeto y a la educación en positivo, sin
que ello signifique que uno u otro abandone su naturaleza.
Generalmente, la humanización confunde a los perros y
genera problemas de comunicación intraespecífica (entre
perros) e interespecífica (con humanos u otras especies)",
afirma el especialista.