"La familia se agranda... algunos ya sospechaban y como dice mi mamá, tenía cara de empachada. Vamos por baby número dos", comunicó Valeria Ortega (35) en su Instagram @vale_ortega, para revelar su segundo embarazo junto a su pareja, el contador inglés John Lawn, y que se sumará a Oliver (I año y 4 meses) que la periodista e influencer tuvo en enero de 2021. Esta nueva gestación llega tras una pérdida de un embarazo que sufrieron hace seis meses.
"Ha sido un embarazo muy intenso, la embarró. Más que el de Oliver porque el de él fue con muchas náuseas, pero este de ahora ha sido con muchos vómitos. Este primer trimestre ha sido mucho más pesado, porque ya tengo una guagua que me exige, y el 2020 estábamos todos en cuarenta, el mundo estaba en pausa, y ahora estoy con mucha más pega. Y el año pasado entre octubre y noviembre tuve una pérdida. Entonces, independiente de cuántas semanas tenía cuando la o Io perdí, es inevitable estar más paranoica. Ir a una ecografía y ver que al principio todo está bien, y después todo está mal... Entonces me volví mucho más cautelosa con todo", confiesa la también locutora de radio TXS Plus.
"El lunes tuve un ecografía doppler, donde vimos que viene sin enfermedades. Ya estoy pasada de los tres meses de embarazo. Ahora llegué a este punto donde sé que todo va bien encaminado y que hay pocos riesgos. De hecho, siento que ahora no me cierran los pantalones porque es como si mi panza hubiera aparecido ahora que salí del clóset de esta nueva maternidad", sigue la ex "Calle 7".
-¿Tenía miedo de volver a quedar embarazada?
-No, porque mi pérdida fue natural. Según los cálculos que hicimos con el doctor yo debo haber perdido ese embarazo a las ocho semanas.
-¿Cómo se sintió?
-Mi idea fue que ahora estaba metida en el proceso de embarazarme y quería que esto resultara Io antes posible. Porque queríamos con John que nuestros hijos tuvieran la menor diferencia de edad posible, y yo tampoco es que me esté haciendo más joven. Pero decidí dejar de meterme presión, y relajarme, que el embarazo llegara cuando tuviera que llegar y que ahora (la pérdida) no era el momento. También pensé que era el universo diciéndome que me enfocara primero en Oliver. Así que me relajé unos meses.
-¿Y qué pasó después?
-Tuve un atraso (en su período) y tenía dudas. Así que fui donde mi doctor, y vi que estaba embarazada. Mi primera reacción fue "¿ien serio!?". No esperaba que fuera ahora, no estaba ansiosa por eso, pero fue una sorpresa tan rica, tan buena. hemos sido cautelosos, Entonces monitoreando todo y después de muchos exámenes sabemos que ahora todo está bien. Lo tendría en noviembre.
-Buscaba un segundo hijo.
-Para el primer embarazo muchos conocidos me preguntaron si era un condoro o planeado. Les respondía que era súper planeado, ahora nadie preguntó eso porque todos sabían que queríamos otro. Con John sabemos que es una inversión económica y de dormir poco, de estar cansados todo el tiempo por los próximos cinco años. Conversamos y creemos que con dos hijos está regio.
Más, tendríamos que evaluarlo.
Andrea Von Hoveling (@dra.andreavon), ginecóloga de Clínica Santa María y miembro del directorio de la agrupación Ginecólogas Chile, explica: "Lo que le pasó a ella es un aborto retenido, que se ve en la ecografía que el embrión no está vivo. Y es muy personal la decisión si hacer este proceso en pabellón o naturalmente. Más o menos, un 25 por ciento de los embarazos que se diagnostican se pierden. Desde siempre la especie humana ha tenido una tasa de pérdida reproductiva bastante alta. Lo más habitual es que esos abortos sean antes de las 10 semanas y la gran mayoría son por causas genéticas, o sea, que el embrión venla con un problema que no se alcanzó a detectar y por eso el embarazo no sigue adelante".-¿Es común un embarazo al poco tiempo de una pérdida?
-La fertilidad, independiente si el aborto se da de forma espontánea o es quirúrgico, vuelve muy rápido. Eso se debe conversar con las pacientes, porque si no se quiere embarazar debe comenzar con anticonceptivos, porque se podría dar rápidamente. El retorno a la ovulación y menstruación suele ser a las seis u ocho semanas en promedio y no debería quedar ninguna secuela para que sea más difícil embarazarse posterior.
Von Hoveling enfatiza: "Las pérdidas se enfrentan de manera muy distinta en cada mujer y en cada familia, y eso es importante validarlo. Así como hay mujeres que quieren volver a trabajar de forma inmediata, muchas Io viven con mucho duelo", y por esto celebra la promulgación de la Ley Dominga que "apunta al trato para que el duelo de una muerte perinatal o de un hijo poco después de nacer sea lo más llevadero posible. Es una bonita iniciativa, porque el trato suele ser muy mecanizado porque no hay guagua que salvar, entonces podían hospitalizar a la mujer en cualquier parte, hasta en un mismo pabellón donde nacen guaguas, no había protocolos con fallecidos tan pequeños".