El gobierno anunció el programa Copago Cero para los usuarios de Fonasa de los tramos C y D menores de 60 años, que utilicen la modalidad atención institucional, quienes desde el 1 de septiembre no tendrán que pagar por ningún tipo de atención médica en la red pública de salud. Las implicancias e impacto de este beneficio es motivo de análisis por parte de especialistas. Uno de ellos es el doctor Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, quien diseccionó la medida en tres aspectos: las listas de espera, el poco impacto financiero en reducir el gasto fiscal y el uso que le pueden dar los afiliados.
Problema 1: listas de espera
"Aquí el problema no es el beneficio, que está en la dirección correcta, el problema está en que primero hay que resolver las listas de espera, de lo contrario, este beneficio vale cero. Todo depende del tamaño de la cola (lista)", plantea el experto.
La ministra de Salud, Begoña Yarza, informó que el beneficio costará alrededor de $21.000 anuales al fisco. "son 2.000 millones mensuales, Para Sánchez prácticamente nada para el gasto público de salud. Representa el 0,2% del presupuesto total del sector, que es de $11.200 billones al año, lo que demuestra que esta medida prácticamente no tiene efecto en la población, no va a mover la aguja en ninguna dirección y, como no tiene efecto, tampoco tiene efecto en las listas de espera".
Problema 2: poca recaudación fiscal
Respecto de la recaudación fiscal que hasta ahora hacían los hospitales públicos por el copago de los grupos C (paga hasta fin de mes el 10% de las prestaciones) y D (paga el 20% de las prestaciones)de Fonasa por concepto de cobranza de deudas, el doctor Sánchez calcula que "en los grupos C y D no superaban los $25.000 millones al año, por lo tanto, era muy poca la cobranza de copago por el sistema institucional. En cambio, cuando se trata del copago de la Modalidad Libre Elección (MLE) hablamos de una cantidad superior a los $400.000 millones".
Problema 3: afiliados y uso del sistema
Héctor Sánchez afirma que el total de usuarios de los grupos C y D de Fonasa "constituyen 6,2 millones, de los cuales 900.000 personas de más de 60 años tienen gratuidad. De los 6,2 millones, alrededor de 5,5 millones usan la libre elección, prefieren pagar más (en el sector privado), que atenderse en el sector público porque este tiene grandes listas de espera. Hay 2.000.000 esperando por una atención de especialistas y hay 340.000 esperando por una cirugía. Quien quiera pasar a la modalidad institucional debe pasar a engrosar las listas de espera".
"La gente está usando la Modalidad de Libre Elección para saltarse las listas de espera", postula el doctor Sánchez, y se explaya: "Las personas prefieren el sector privado cuando se trata de atención ambulatoria, y cirugías programables, incluida la cesárea, porque la modalidad libre elección tiene paquetes quirúrgicos y paquete de partos, donde los copagos son menores".
Para los casos de cirugías de alta complejidad o alto costo, el director aclara: "Efectivamente los usuarios prefieren atenderse en la modalidad institucional (hospitales públicos), pero estas personas ya están en la cola (lista). Por lo tanto, si otras personas quieren hacer uso de este beneficio, van a entrar a la cola (lista)".
A quiénes les sirve
¿Quiénes usarán sí o sí el copago cero? "Los que entren por urgencia, los pacientes de regiones donde se atienden solo con el sistema público y no tengan listas de espera, que hay en todas partes, y quienes estén saliendo de las listas de espera porque ya estuvieron esperando mucho tiempo, juntaron recursos y buscaron una alternativa en el sector privado", dice Sánchez y añade: "En listas de espera para prestaciones no GES, que son del orden de los dos millones, el Estado no está obligado a atenderlas. A las personas GES el Estado sí está obligado a la atención, pero igual hay listas de espera de 40.000 o 50.000 personas".Conversatorio
En un conversatorio sobre nuevo sistema nacional de salud", organizado por la UNAB y moderado por Héctor Sánchez, el doctor, exsuperintendente de Isapres y académico Manuel Inostroza, también analizó el tema: "Tendrá un impacto muy mínimo y marginal, incluso en las listas de espera, positiva o negativamente. No mueve la aguja en ningún sentido porque si bien los usuarios de los grupos C y D son 6,2 millones de personas, los que ocupan la modalidad institucional en Fonasa son muy pocos".Y agregó: "La suma total de copagos recaudados del 10% y 20% de los grupos C y D suman en 2019 en total $26.100 millones y en 2021, $25.300 millones, eso equivale al 0,2% del presupuesto vigente del sistema de salud público que son 11,7 billones de pesos. O sea, una raya en el agua".