"Nuestro gobierno está orgulloso de apoyar esta asociación que mejorará la calidad de los cultivos a través de una la producción costo-efectiva y sustentable de fertilizantes. El proyecto demuestra como los clusters innovadores de Canadá están fomentando la innovación, creando trabajos y ayudando a que nuestra economía crezca", resaltó el ministro de innovación, ciencia e industria de Canadá, François-Philippe Champagne, con motivo del anuncio de un nuevo jointventure empresarial.
"Los fertilizantes son cruciales para la productividad de la agricultura canadiense en la actual disrupción causada por la invasión ilegal de Rusia a Ucrania. El gobierno de Canadá está buscando fertilizantes costo-efectivos y sustentables para asegurar las cadenas alimentarias. Este nuevo fertilizante ayudará a los granjeros a mantener su producción y la alimentación de los canadienses y del mundo, y reducirá la huella de carbono", agregó Marie- Claude Bibeau, ministra de Agricultura y Agroalimentación.
La declaración de los ministros alude al nuevo biofertilizante Soileos, desarrollado por la empresa Lucent BioSciences, asentada en Vancouver, uno de cuyos fundadores es el chileno José Godoy, hijo de exiliados que en 1974 llegaron a Canadá.
La empresa recibió a fines de mayo 97.000.000 millones de dólares canadienses de dicho gobierno ($4.967 millones) para desarrollar, en un consorcio con otras tres empresas canadienses, el biofertilizante Soileos. El monto total del proyecto es de 24.000.000 dólares canadienses (SI 7.030 millones).
Se trata de un fertilizante de micronutrientes sustentable y carbono neutral producido en base a desechos de arvejas, lentejas y otras cáscaras resultantes de los procesos agroindustriales de la elaboración de alimentos. "El uso de Soileos permite incrementar el campo de cultivo y mejora la salud del suelo, a la vez que incrementa la sustentabilidad de los agricultores y sus procesos", explica José Godoy.
La mayoría de los fertilizantes tradicionales se focalizan en los macronutrientes que requieren las plantas -potasio, fósforo y nitrógeno- para su crecimiento. Para que dichos minerales lleguen a la planta, usan ácido etilendiaminatetraacético (EDTA), químico que funciona como un transportador de los micronutrientes, al hacerlos más solubles y con ello se facilite la captación por la planta. El problema del Edta es que tiene externalidades negativas. "Deja residuos que se quedan en el suelo junto con metales pesados y causa erosión, además de filtrarse a las napas de agua subterráneas", explicó Godoy.
La gran innovación del biofertilizante, además de focalizarse en los micronutrientes, es que usa como transportador de estos minerales los desechos orgánicos procesados.
"Mediante una formulación que desarrollamos, que incluye nanotecnología, conseguimos que estos desechos cumplan el rol del Edta de modo muy eficiente", agregó.
"Además de cumplir el mismo rol, no daña a las napas, porque es orgánico; dos, captura carbono, por lo que no tiene huella y tres, se activa al interactuar con los micro nutrientes que ya hay en la tierra, es decir, es bioactivado, a diferencia del Edta que no discrimina y entrega los micronutrientes en todo momento", describió Godoy.
"Pero lo que más les interesa a los agricultores son los resultados en rendimientos, y estos son muy buenos. En soya los incrementamos van entre 7% y 10%; en choclo entre v5% y 10%; en tomates entre 20% y 30% y en lechugas entre 25% y 40%", aseguró.
Acciones de empresa
En el tema comercial, el emprendedor chileno Godoy explica que ya tienen vendida la producción de 2022, con ventas en Canadá y Estados Unidos y que tienen órdenes para 2023.Respecto al futuro, las expectativas son incrementos en producción relevantes. "Una de nuestras empresas socias es AGT Foods, empresa agroindustrial que nos proporciona los desechos y a la que luego le entregamos el producto, lo que nos permite incrementar de modo muy importante la producción", señaló.
El jointventure entre las empresas incluye la compra y transformación de una fábrica en Rosetown, pequeño pueblo ubicado en la provincia de Saskatchewan, a dos horas en avión de Vancouver. "La fábrica de Rosetown producirá 7.000 toneladas de producto para la temporada 2023, con lo que se puede llegar a cubrir 1,5 millones de acres (6.070 kilómetros cuadrados)", explicó el emprendedor.
Un tema que Godoy relevó es la relación que la planta tendrá con los pueblos aborígenes de la zona. "Nosotros los hacemos parte del proceso, vemos qué impacto tenemos sobre el lugar, pero que en este caso no existió y les hemos dado acciones de la empresa. Para nosotros es vital tener el respaldo y el respeto de ellos", dijo.