En 2008 la fotógrafa Angélica Lillo (37), egresada del Instituto Arcos, se hizo conocida gracias a su aparición en "Amor ciego 2", donde compartió pantalla con Jenny Contardo, Maite Orsini, Eliana Albasetti y Mario Ortega, conocido como Súper Mario.
Como musa del dating show de Canal 13 no duró hasta el final del programa, pero sí supo llevar una vida de princesa en el mundo real.
En 2012, Angélica conoció al que sería su marido en un local del barrio Bellavista. Se trata del danés-alemán Alexander Schoeller (36). "Él fue a Chile por un año a trabajar y después me pidió que Io fuera a ver a Chipre, porque su familia tiene una empresa naviera allá. Estudió ingeniería en marketing & business en Boston", detalla.
"Yo me hice esperar, iba una semana y volvía a Chile. Hasta que en un momento me dijo quédate . Pero ese juego duró tres meses nomás. Yo estaba enamorada y me fui", relata.
Recién se casaron durante la pandemia y el 11 de marzo de este año se mudaron a Singapur, donde estarán dos años por el trabajo de su esposo. Después volverán a Chipre, su lugar de residencia desde hace nueve años.
-¿Por qué tardaron tanto en tomar la decisión de casarse?
-Porque ya llevábamos una cantidad de tiempo razonable, pero fue por el civil nomás. No quise un matrimonio grande. No creo en esos matrimonios con fiestas pomposas para demostrarle a todo el mundo que estás con alguien. Lo importante es demostrártelo a ti misma. Además era un problema, porque nuestras familias y amigos están repartidos por el mundo. Nos casamos en Dinamarca con 15 personas invitadas, familiares de él. Fue algo súper sencillo.
-¿De quién fue la idea de casarse?
-De él. Yo no soy apegada a esas cosas. Tampoco posteo muchas fotos con él (@angelicalillo, 30 mil 900 seguidores), porque no creo cuando la gente sube tantas imágenes con su pareja, siento que no es tan real, prefiero mantenerlo en privado.
-¿Quiere tener hijos o no?
-Tampoco. Mi mentalidad era que no me casaría nunca. Tengo un pensamiento más independiente. Tengo mi propia agencia de modelos, Vanity Models y no me veía casada y con familia. Siempre estuve tirando la pelota. Todos me decían "cásate, cómo tan tonta, si este tipo está forrado, ten hijos". Todas esas tonteras que la gente piensa y que para mí no son importantes.
-¿Alexander qué opina?
-Él sí quiere tener hijos, él lo quiere todo, yo soy la que quiere todo a medias o en mis propios tiempos. Pero eso se conversará.
-¿No lo descarta?
-No, pero no por ahora porque no estamos viviendo en nuestra casa que está en Chipre.
-¿Cómo ha sido su vida en Singapur?
-Estoy contenta porque desde acá sigo operando mi agencia de modelos, que tengo con sedes en Chile, Milano (Aylén Milla es su figura principal) y Copenhague por las conexiones que tiene mi esposo en Dinamarca. Tengo doce horas de diferencia con Chile. Vivir aquí en Singapur ha sido súper entretenido, es bonito, tranquilo, no hay crímenes porque hay muchas multas: las drogas se castigan con pena de muerte, si alguien llega a tocar a una mujer son dos años de cárcel. El metro funciona, está todo limpio, no se puede fumar en la calle y botar las colillas al suelo, tampoco está permitido comer en el metro. La gente está motivada, anda contenta, sale a comer todos los días, a pesar de que es carísimo. Hay otra vibra. En Chipre, en cambio, vivimos en constante tensión por la guerra, porque hay gran cantidad de rusos y ucranianos.
-¿Y cómo se lleva con sus suegros?
-Toda la familia de Alexander ha estado en Chile y tiene una prima que está casada con un argentino. Viven seis meses en Argentina y los otros seis en Alemania. Para ellos que esté casado conmigo es normal. La mamá falleció hace bastante tiempo, así que no es tema y el papá me adora.