El sábado 17, cuando el doctor Sebastián Ugarte y su pareja -Antonieta Ortiz-, aterrizaron en Punta Cana, les llamó la atención el saludo del piloto por altoparlante. "Su voz se escuchó muy tranquila anunciando que a la isla se aproximaba una vaguada", relata el jefe de la Unidad de Paciente Crítico de la Clínica Indisa.
Ya instalados en el hotel, donde esperaban pasar unas relajadas vacaciones luego de dos años sin poder salir por la pandemia, continuaron las sorpresas. "Nos prohibieron meternos a la piscina y la verdad es que yo no entendía por qué, si habían dicho que sólo venía una vaguada. Me puse a buscar en internet y ahí leí que el huracán Fiona se dirigía hacia República Dominicana luego de un paso devastador por Puerto Rico. Más encima, la información decía que iba a entrar a la isla por Punta Cana. Parecía una película", relata el comentarista médico de matinales de la televisión chilena.
La madrugada del domingo el doctor Ugarte, su pareja y el resto de los pasajeros del hotel recibieron una bolsa con agua y alimentos. "Nos advirtieron que nos debíamos encerrar en las habitaciones y que no podíamos salir hasta que nos avisaran. Nuestro hotel es una construcción baja y sólida. A diferencia de otros hoteles de gran altura, donde debieron evacuar a los pasajeros para traerlos a refugiarse acá", sigue él.
Mientras, el personal de hotel continuó preparando las instalaciones: "Recogieron los muebles de las terrazas y los guardaron en las habitaciones. En nuestra pieza metieron parte de ese mobiliario y amarraron todo lo que no se podía entrar al hotel".
-¿Sintieron miedo, doctor?
-Había gente muy afectada. Especialmente la que llegó desde otros hoteles. Nosotros, al menos, estábamos en nuestra habitación. La madrugada del lunes el huracán golpeó la zona este de República Dominicana. Entre las dos y tres de la mañana se sintió fuerte acá, en Punta Cana, y luego se desplazó hacia La Romana y Samaná.
-¿Cómo lo vivieron desde la habitación?
-Fue rápido y realmente intenso. Golpeó muy fuerte. Los vientos huracanados arrancaron los árboles del hotel. Cuando salimos todo estaba en el suelo. El lunes tuvimos lluvias torrenciales y tormentas eléctricas muy fuertes.
Ugarte y el resto de los pasajeros del hotel permanecieron 24 horas encerrados en sus respectivas habitaciones. "Teníamos alimento de sobra. Hubo un corte de luz, pero pronto activaron los sistemas de emergencia del hotel", dice.
-En Instagram contó que son sus primeras vacaciones desde el inicio de la pandemia.
-Sí. Ahora puedo decir que tengo dos pandemias en el cuerpo -el covid-19 y la llamada gripe porcina- y un huracán. No sé qué más se podrá agregar a mi currículo, j ajajá.
Comida caliente
Este martes Punta Cana comenzó a volver la normalidad lentamente. "Ya está más tranquila la situación. Pudimos consumir comida caliente. Pero hay sectores del país donde los efectos del huracán fueron devastadores. Hay varias zonas inundadas, voladura de techos de muchas viviendas y una parte importante de la población se quedó sin suministro eléctrico. Hoy (martes) hemos podido conversar con lugareños y nos contaron que tuvieron que acoger a vecinos que se quedaron sin casa", asevera.-Se supone que esta es temporada de huracanes en el Caribe. ¿No buscaron información antes de viajar?
-Estas vacaciones las compramos hace más de dos años, antes de la pandemia. Las fuimos postergando hasta que nos avisaron que si no las tomábamos ahora, en septiembre, simplemente las íbamos a perder. En este período siempre hay tormentas tropicales en algún lugar del Caribe, pero la verdad es que no nos imaginamos que justo nos iba a tocar un huracán de estas proporciones.
-¿Piensan regresar antes?
-Nosotros estamos tranquilos. Nuestro viaje dura hasta el sábado 24 y nos vamos a quedar. El huracán ya pasó. El clima debería empezar a estabilizarse y esperamos disfrutar el resto de los días. Ayer (lunes) algunos pasajeros chilenos estaban desesperados por volver, pero en el aeropuerto suspendieron los vuelos. Como hoy se reabrió el aeropuerto muchos están regresando a sus países. Esto hay que tomarlo como una experiencia más. A diferencia de los terremotos, que después tienen réplicas, los huracanes no vuelven.