"Le informo que uno de sus alumnos me contactó para realizar su última prueba de inglés, la cual realicé en vez de él. Aquí tengo sus datos de ingreso al portal. Mi razón de enviarles este correo es que su alumno hizo trampa y se negó a pagar. Adjunto evidencia", decía el mail que recibió un profesor del Departamento de Inglés de la Universidad Andrés Bello (Unab), sede Santiago, en diciembre del año pasado.
En octubre, pero en la carrera de Enfermería impartida en Concepción, ocurrió algo parecido. Según la querella presentada por la Unab ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, los alumnos de la asignatura de Ciencias Biológicas debían rendir una prueba online de 30 preguntas. Sin embargo, el sistema computacional de la universidad detectó que diez estudiantes habían tardado mucho en responder la primera pregunta, en relación al tiempo promedio del resto de los alumnos. Incluso, menciona la querella, cinco alumnas confesaron que otro respondió por ellas.
"Entré al perfil de Instagram @no_te_lo_heches, y solicité ayuda. Primero que todo me pidieron depositar el dinero por adelantado", menciona una de las dos querellas presentada por la universidad, la cual se refiere a la declaración entregada por una alumna de Enfermería.
Además, la querella menciona que cuatro de los diez alumnos reconocieron que requirieron la ayuda de otro para rendir la prueba, pero esa persona no entró al sistema. Ellos fueron los que respondieron según la información que les entregaba el suplantador.
Debido a que el suplantador tuvo acceso a las cuentas de los estudiantes, a sus contraseñas y usuarios para acceder al sistema de pruebas online, la Unab decidió querellarse por los delitos de usurpación de nombre y espionaje informático, en contra de todos quienes resulten responsables.
La Unab aseguró que el sabotaje informático y la suplantación de identidad afecta la confianza entre los miembros de la comunidad y el proceso de enseñanza y aprendizaje. Además, mencionó que se realizaron sumarios disciplinarios, pero el resultado solo se le informa a los involucrados.
"En línea con nuestros valores institucionales, la universidad decidió interponer estas dos nuevas querellas que se suman a una anterior, interpuesta el año 2021. Lo que buscamos es evitar este tipo de situaciones puedan repetirse y proteger así a nuestra comunidad frente a terceros inescrupulosos que sacan provecho con servicios ilegales".
Según la querella, el suplantador que le reclamó al profesor porque su alumno no le había pagado por la prueba, aportó varios datos que inculpaban al estudiante: nombre de usuario para entrar al sistema de pruebas, la contraseña, la cuenta RUT del Banco Estado a la que le debía depositar y doce pantallazos de conversaciones por Instagram sobre el pago, el mecanismo de ingreso al sistema y el resultado esperado. Las pruebas fueron adjuntadas en la querella, pero no están publicadas en la web del Poder Judicial.