Jota, un perro de II años que estuvo durante 20 días hospitalizado en la clínica veterinaria Vet's, de la comuna de Ñuñoa, tuvo una emotiva despedida cuando le dieron el alta médica.
El animal salió de la UCI vestido de huaso elegante: a su alrededor cerca de 25 funcionarios del recinto le decían adiós con porras, aplausos y banderitas chilenas, mientras él caminaba hacia los brazos de sus dueños, Karen Cruz (35) y Patricio Tapia (42).
La entusiasta despedida de Jota fue grabada por varios celulares y el video se viralizó en redes sociales.
El traje de huaso se lo regaló una de las enfermeras de la clínica veterinaria; tanto ella como el resto del equipo médico se encariñaron mucho con él, cuenta su tutora, Karen Cruz.
"Jota ingresó a la urgencia el 13 de agosto por un prolapso rectal y luego tuvo problemas a la próstata que le generaron una peritonitis séptica; así que regresó el 19 de agosto a la UCI", relata Karen.
Dice que fueron 20 días de mucha angustia e incertidumbre. Ella y su esposo visitaban a Jota todos los días en la clínica: se trasladaban desde su casa en la comuna de Pudahuel hasta la clínica Vet's, que es especialista en urgencias.
"Él es un miembro más de nuestra familia. Era de los padres de mi marido, que por problemas médicos no lo pudieron seguir cuidando, así que nosotros Io adoptamos", cuenta.
Jota es súper activo y le gusta salir a pasear, dice Karen. "Le gusta dormir en el sofá mientras mi marido teletrabaja; se sube al segundo piso y se acuesta en las camas, le encanta saltar de un sofá a otro. Es súper ágil", agrega.
La alerta por su salud fue a finales de julio durante un paseo. "Notamos que cuando hacía sus deposiciones había una pequeña pelota roja que se asomaba. Después supimos que eso era una parte del recto que se había prolapsado (caído)", recuerda.
Tratamiento
Daniela Sáenz, jefa de UPC (Unidad de Paciente Crítico) de clínica Vete, explica que el prolapso rectal "es una anomalía en la musculatura del recto que sale al exterior. Por lo general se da en pacientes que no han sido castrados, cuya próstata les crece por efecto hormonal".La indicación para Jota, en este caso, fue la castración. "Con eso disminuimos las hormonas en circulación sanguínea y disminuimos el tamaño de la próstata", cuenta.
Agrega que la segunda complicación "fue porque Jotita tenía quistes en la próstata que se infectaron y generaron un absceso: a raíz de esta infección tuvo una perforación en el colon y eso le produjo una peritonitis séptica (infección en el abdomen)".
La doctora Sáenz detalla que Jota fue sometido al menos a cinco cirugías, entre ellas, reconstrucción del colon y lavados peritoneales seguidos. "En la UCI estuvo con catéter venoso central para transfusiones y administración de medicamentos", dice.
Hubo un momento en que casi pierden la esperanza de salvar al perro, reconoce la doctora. "El paciente con infección sistémica afecta la función de sus órganos vitales. Jota presentó disfunción multiorgánica, por eso estuvimos desesperanzados", comenta.
Sin embargo, el equipo médico logró restituir la función orgánica del can a través de antibióticos y transfusiones de albúmina (una proteína).
"Jota fue un paciente muy luchador. Es el símil de una persona de 80 años en la UCI. El tratamiento era complejo por su edad y no es común que en estos casos sobrevivan", aclara.
También destaca el compromiso de los tutores del can y también de los funcionarios de la clínica. "No todas las personas son tan comprometidas y jugadas con pacientes viejitos; la mayoría piensa en la eutanasia y sus dueños nunca tuvieron esa postura".