Danitza Moreira, de 31 años, trabaja hace siete meses como conductora de aplicaciones. Sus barrios favoritos, cuenta, están en Puente Alto y La Florida porque conoce cada centímetro de las calles en esas comunas. Ha vivido allí, dice la madre y profesora de Educación Física, casi toda su vida.
Este miércoles a las 22.55 horas, mientras trasportaba a tres pasajeros en Puente Alto, en un viaje de no más de diez minutos, sintió cómo uno de ellos, justo el que estaba sentado tras ella, acercó el acero frío de una pistola hacia su cara para intentar robarle el auto y todo lo que tenía dentro. Pero no lo logró.
Danitza, con mucha determinación, se quitó la pistola de encima, aceleró y huyo de los tres delincuentes, quienes bajaron rápidamente del auto cuando la conductora comenzó a pedir ayuda a través de un botón de pánico.
"Uno me ahorcó con la pistola en la mano. La vi en mi cara y estaba helada. Como soy ignorante en esto, porque estas cosas no las vivo a diario, agarré la pistola e intenté quitármela de encima. Les dije: pero chiquillos, ustedes, pero cabros. No me gusta el tema del armamento, me da terror, por eso atiné a tirarle la pistola. No me pegaron, fue extraño. Eran muy novatos, creo. Yo estaba más preparada que ellos", describe.
Todo el episodio, menciona la profesora, quedó grabado gracias a las cámaras que tiene instaladas en el auto: una graba hacia la calle y la otra, al interior.
-¿Alcanzaron a robarle?
- Yo pensé que me habían robado uno de los celulares porque el teléfono personal estaba en la bandeja de la puerta del copiloto. Pero en la mañana, mi hermano vio que estaba debajo del asiento. Se llevaron como $30.000 que había alcanzado a juntar, eso sí.
-En el video se ve que pidió ayuda, ¿alguien la vio?
-Mi auto tiene un botón de pánico. Si lo presiono, entra una llamada de seguridad a un call center. Además, con unos 200 conductores tenemos un grupo de ayuda y una aplicación que se llama Zello Walkie Talkie, que funciona como una radio.
-¿La ayudaron finalmente?
-Sí. Me dijeron que esperara a Carabineros, pero arranqué. Del call center me preguntaron si enviaban ayuda, pero les dije que no porque si me quedaba allí me iban a agarrar los tipos. Me monitorearon hasta que llegué a mi casa. Además, desde la central llamaron a mi hermano. Yo iba corriendo en el auto, estaba muy nerviosa, me salté rojas y todo. Finalmente hice la denuncia en la 38a Comisaría de Carabineros. Me atendieron súper bien.
Una carrera extraña
Danitza relata que como a las 22.50 horas, exactamente en la esquina de las calles Los Cernícalos con Nuevo Continente, en Puente Alto, tomó a tres pasajeros con la aplicación Didi. El viaje, dice, indicaba que pagarían en efectivo, así que decidió tomarlos para tener dinero a la mano."Ellos iban en un viaje que me acomodaba porque era por la Avenida Independencia, en Puente Alto. Ubico bien ese sector, es muy tranquilo y es cerca del Metro Las Mercedes. La calle tiene acceso por todos lados. Si me pasaba algo allí, estaría preparada", dice.
-¿Qué pasó cuando subieron al auto?
Altiro les pregunté si iban hacia la Plazuela de la Independencia, que es el comienzo de la calle. Me dijeron que no, que lo que pasaba era que no se ubicaban mucho porque era la mamá de uno de ellos la que vivía por allí.
-Raro
-Sí, muy raro, porque la Plazuela es muy conocida en Puente Alto. Incluso, ahora que recuerdo, me pagaron la carrera antes de terminar el viaje. Me pasaron $3.000 y me dijeron que me pagaban altiro. Yo les dije que lo veía al final, pero insisten en que la aplicación les decía que salía $2.700. Al final les respondí que lo dejaran allí sobre la guantera.
-Igual de raro.
-Pensé que era raro porque todos los que trabajamos con aplicaciones sabemos que eso se hace al final. De los más de mil viajes que he hecho, solo una persona antes me había pedido cancelar altiro. Ahora fue este.
-A todo esto, ¿por qué cree que bajaron del auto?
-No lo sé. Era su plan, parece. El copiloto tenía que bajarse y abrirme la puerta, el que iba detrás de mí debía intimidarme con la pistola y el otro tenía que sacarme las llaves y no pudo hacerlo o le dio miedo porque pedí ayuda.