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Revisar el celular a cualquier persona, aunque sea una pareja, es una agresión

"Uno tiene tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida secreta", dijo alguna vez el escritor Gabriel García Márquez. Y el celular de una persona contiene esas tres vidas en su interior.

El exfutbolista de la Roma Francesco Totti contó que descubrió una infidelidad tras revisar el celular a su pareja, supermodelo Ilary Blasi nota acáhÜps://bit.ly/3DnYtOA). Si es que no hubiese traspasado ese límite, probablemente Totti no hubiese descubierto el engaño. O se hubiera demorado más. Lo que ocultaba el teléfono, donde quedan guardados los pasos de todo el mundo, fue la prueba irrefutable de una traición.

La curiosidad por saber qué contiene el celular de la pareja es algo generalizado; sin embargo, no todos lo hacen, aunque tengan la oportunidad. "No lo hice nunca, básicamente, porque sabía que iba a encontrar algo que no me iba a gustar", dice Francisca (25). "Igual terminé en terapia después de esa relación", confiesa. Una situación opuesta es la que relata Carol (28). "Los dos nos revisábamos el teléfono. Le pillé varias infidelidades, pero nunca lo encaré. Yo también le fui infiel, pero en mi caso, borraba todo. Duramos cinco años así", cuenta.

"Agresión, al fin y al cabo"

"Es un ejercicio de violencia de pareja. Son todas las acciones que vulneren al otro y esta situación, si bien es una acción que está al comienzo en la escala, si podría derivar en conductas más violentas", advierte Pablo Palma, sicólogo clínico de la Universidad Autónoma de Talca. "Hay una intromisión a la vida privada de la persona, hay una confusión con respecto al amor romántico, ya que hay posesión del otro. En una relación no hay procesión de nadie, seguimos siendo personas con derechos y todo lo demás. Revisar el celular a cualquier persona, aunque sea una pareja, es un acto de vulneración de derechos, por lo tanto, es una agresión, menor respecto de otras, pero agresión, al fin y al cabo", sostiene.

Infidelidad o intromisión

Si la intromisión o una infidelidad tienen una connotación más negativa que otra en una pareja, el sicólogo dice que "no podría decir qué es peor porque tiene que ver con el grado de importancia que la pareja le otorgue a ambas situaciones. Culturalmente, a la infidelidad se le da una importancia mayor. Es probable que las parejas les importe más eso, pero no siempre es así. Hay algunas parejas con otro tipo de confianzas, por lo tanto, es más difícil identificar qué es más vulnerable para el otro", comenta. Además, si alguien se mete al celular y no encuentra nada sospechoso, y la pareja lo advierte, se habrá roto la confianza entre los dos.

Romper compromisos mutuos

El filósofo y director del Instituto de Filosofía y Ciencias de la Complejidad (IFICC), Pablo Razeto, se refiere al tema: "Hay parejas que se dicen: 'si me vas a ser infiel, que yo no me entere, pero pobre de ti si me entero'. En ese caso, la pareja no debería revisar el celular, a menos que, explícitamente, se advierta que esa podría ser una forma de que se entere", opina. "Pero hay otras parejas que se exigen y comprometen a la monogamia estricta, en ese caso, me parece que lo mejor es saber si te están siendo infiel. Pero revisar el celular de la pareja rompería también el compromiso de respeto mutuo, por lo que hacerlo implicaría caer en una falta similar, menor, pero similar a la infidelidad", comenta Razeto.

Todo se derrumbó

"Más a allá de si es sano o no revisarle el celular a la pareja, se podría catalogar como un síntoma, un aviso de que algo no anda tan bien. Tiene que ver quizás con una intranquilidad, una inquietud en relación a la pareja que hace que esta persona se motive a revisar el celular", dice el siquiatra de Clínica Las Condes, Juan Meneses. "La mayoría de las personas cuando revisan en celular es porque sospechan algo, que piensan en una posible infidelidad. No es lo más adecuado hacerlo" afirma. Sobre por qué hay personas que intrusean en el teléfono y otras no, dice que tiene que ver con el tipo de personalidad. "Muchas veces se puede definir como a la manera que yo aprendí a vivir respecto a las experiencias que yo he tenido en mi vida. Y si he tenido experiencias de vida en que he sido víctima de engaño, lo más probable es que tenga una desconfianza mayor a la de alguien que no ha vivido una situación de ese tipo", explica.

No parece sano, pero ¿es legal?

Si es que existe algo en la legislación que aborde el que alguien se meta en el teléfono de otra persona, el abogado Alejandro Gómez, coordinador del Centro de Educación Ciudadana de la Universidad San Sebastián, es categórico: "Efectivamente, se comete una infracción a una garantía constitucional que está en el artículo 19 n04, que es el derecho a la privacidad, a la honra de la persona y su familia. Pero, básicamente, es lo primero, el derecho a la privacidad. Hay una infracción de la persona que realiza esa intromisión no permitida por el dueño del celular respecto a su intimidad", señala. "Y eso no solo podría ser el celular, sino que puede ser una carta, correo electrónico o cualquier otro mecanismo de comunicación privada", añade. La forma que establecer nuestro ordenamiento jurídico para restablecer esta infracción a una garantía constitucional es a través de un recurso de protección, que es Io que podría hacer la persona afectada", dice el abogado. "También existe un delito en el código penal, en el artículo 161 A, que es interceptar comunicaciones privadas. En este caso el código establece una sanción de 61 días hasta 5 años. Ahora, si la persona que intercepta este contenido y lo difunde por otros medios, en ese caso, se castiga desde 3 años y un día hasta 5 años".

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