El comienzo. El coronel Mauricio Fuentes, jefe del Departamento Antidrogas del OS-7 de Carabineros, explica que este operativo no fue por casualidad, ni debido a un control rutinario en la frontera o en la carretera, sino gracias a una investigación de meses encargada por la Fiscalía de San Antonio. "Sabíamos el momento exacto en que iba a ingresar el cargamento de droga al país, por dónde lo iban a hacer y hacia donde se dirigía", cuenta el coronel Fuentes.
El ingreso. La frontera norte se ha convertido en un vergonzoso coladero por donde pasa el que quiere y como quiere. Y no solo personas de a pie, en medio de la noche a través del desierto, sino, como en este caso, en camiones. Fuentes explica que la banda ingresó la droga al país por un paso no autorizado en dos camiones sin acoplado y una camioneta. Para no ser detectados, viajaron sin prender las luces, colocándoles incluso huinchas en los focos de las luces de freno y sobre cualquier parte de los vehículos que pudieran reflectar la luz. Para no perderse, los conductores se guiaban con lentes de visión nocturna. "En el operativo se incautaron tres lentes de visión nocturna, un binocular (para ambos ojos) y dos del tipo monocular", dice Fuentes.
El traslado. La droga, prosigue el coronel Fuentes, tenía como destino Santiago, donde se presume sería vendida entre traficantes intermedios. Para trasladarla desde el norte, el convoy avanzó con la camioneta como punta de lanza, seguida, a unos cuatro kilómetros de distancia, de "La camioneta tenía por misión los dos camiones. inspeccionar cómo venían los controles policiales a los camiones", dice Fuentes. "Ellos sabían perfectamente dónde se realizaban estos controles y para cerciorarse qué tan exhaustivos eran, utilizaban un dron. Unos metros antes de llegar al control, la camioneta se detenía y desplegaba el dron y veía cómo revisaban los camiones y, sobre todo, si estaban usando escáner de camiones, unos aparatos que sirven para detectar droga".
El distractor. La droga, cuenta Fuentes, estaba escondida detrás de la cabina del conductor de uno de los camiones. "En el otro camión no había nada. Según lo que nos contaron los detenidos, adelante iba el camión sin droga, porque tenían la idea de que si había mucho control, el camión sin nada podría servir de distractor para que el camión con droga pasara de largo. Pero eso no ocurre, los revisan a todos".
Otros artilugios. Entre los artefactos incautados a la banda, aparte del dron y los visores nocturnos, la policía encontró un detector de radar, que les permite a los delincuentes saber si Carabineros está efectuando controles de velocidad. Además, contaban con equipos de radio para comunicarse entre ellos; un amplificador de señal, que les permite comunicarse a una distancia mayor; una antena plegable, que también sirve para amplificar la señal de radio, y un multímetro, un aparato multipropósito, muy usado por los electricistas, para medir amperaje y voltios. "No es usado para la comisión del delito, sino para un eventual accidente o desperfecto mecánico", dice Fuentes.
La detención. La detención del convoy se produjo en el kilómetro 125 de la Ruta 5 Norte, casi bajando la cuesta El Melón, en la región de Valparaíso. "Se detuvo a siete personas, todos chilenos, algunos de ellos familiares ente sí, con domicilio algunos de ellos en Tarapacá, dice.
La droga. Carabineros encontró 306 kilos de pasta base de cocaína, que equivalen a 1.800.000 dosis, con un avalúo de más o menos 1.800 millones de pesos.