LLM es la abreviatura del término en latín legum magíster (master en leyes), una sigla ampliamente reconocida en el mundo jurídico que hoy remite a las especializaciones en distintas áreas del derecho que imparten las mejores universidades del mundo.
Un ejemplo de esta oferta se podrá conocer este miércoles 2 de noviembre a las 17 horas en el hotel Intercontinental (Av. Vitacura 2885, Las Condes), donde 29 escuelas de Derecho de Estados Unidos -entre ellas las universidades de Berkeley, Boston o Columbia- realizarán una feria presencial para presentar su oferta de posgrado dirigida a abogados chilenos ya titulados.
"Hay especializaciones en áreas como leyes de agricultura y comida, del aire y el espacio, criminalidad, derechos humanos, leyes corporativas, negocios o medioambientales, propiedad intelectual, una serie de focos muy específicos", dice Miguel Huerta, director de Education USA Chile, oficina del Departamento de Estado norteamericano que promueve la educación universitaria en ese país.
LLM en Estados Unidos dura Un programa aproximadamente nueve meses. "Son caros, cuestan entre $50.000 y $70.000 dólares, pero están enfocados en que las personas van a recuperar esa inversión en su vida profesional", explica Huerta. "Hay ciertos LLM que son cubiertos por Becas Chile, otros por las propias instituciones; hay varias formas en que uno puede financiar".
Una ventaja es poder realizar la práctica allá. "El Optional Practical Training (OPT) significa que las universidades se preocupan de que sus graduados hagan una práctica profesional en una institución acorde con lo que estudiaron. Muchas veces la paga la misma universidad", destaca. Además, existe la posibilidad de rendir el Bar Exam (examen de la barra) en los estados de California o Nueva York, que permiten a chilenos ejercer si pasan esta prueba.
Tener un LLM en Estados Unidos impacta muchísimo en el sueldo, confirma Felipe Lavín, CEO de la consultora Work on Law (workon.law , que realizó un estudio de renta en Chile que incluye este factor.
Como primer paso, hay que tener claro que el sueldo inicial de un abogado se ve influenciado por la universidad de egreso. Para hacerse una idea, según el portal Mifuturo.cl del Mineduc, a los cuatro años de titulado un abogado de la Pontificia Universidad Católica (PUC) promedia entre $2 y $2,1 millones de renta bruta, alguien de la Universidad de Chile está entre $2 y $1,9 millones; la U. de los Andes y la U. Católica de Valparaíso están entre 91,8 y 91,7 millones, mientras la U. Diego Portales y la U. del Desarrollo oscilan entre 91,7 y 91,6 millones.
Para evitar distorsiones, Work on Law se enfocó en egresados de la PUC y la U. de Chile. "Históricamente han atraído a los mejores puntajes y uno de cada siete de sus alumnos tiene un LLM en el extranjero", señala el ejecutivo. Además, detectaron que los abogados toman un magíster cuando ya tienen tres o cuatro años de experiencia laboral, por lo que revisaron generaciones anteriores (ver tabla).
Los resultados fueron reveladores. "El sueldo de los egresados 2014-2015 de la PUC o la U. de Chile sin LLM es $1.800.000; con LLM, $2.700.0000, un más. Para los egresados 2012-2013, sin LLM ganan $2.150.000; con LLM, suben a $3.500.000", destaca Lavín. Son rentas líquidas y corresponden a la mediana (cifra que queda al medio en un conjunto ordenado de sueldos).
Los que tienen más posibilidades de cursar estos magísteres son profesionales de estudios jurídicos grandes o medianos. "Algunas oficinas te guardan la silla y ese tiempo que estudiaste te lo reconocen en tu antigüedad", asegura.
"Además, quedas con ese valor en tu currículum, porque demuestras dominio del inglés -generalmente para aceptarte en el LLM te piden entre 100 a 103 puntos en el TOEFL o en otros exámenes- y armas contactos con compañeros que te pueden servir de por vida", plantea Lavín.
Con becas y ahorros
Belén Torres, abogada de la Universidad de Concepción, retornó en julio pasado de un LL M de Derechos Humanos en la Universidad de Northwestern en Chicago. "Tuve la beca Fulbright, que te da una mantención mensual, y otra beca de la propia universidad -que me permitió costear parte del posgrado- más plata que yo tenía; con eso vivía mensualmente", detalla.Se quedó en un edificio cercano a la facultad, habitado principalmente por universitarios. "No era barato, pero ahorraba en traslado y tiempo. Pasé la mayor parte del tiempo en invierno, con nieve, entonces movilizarse era complicado", precisa.
La profesional hoy trabaja en el Minvu de Concepción, donde volvió a ocupar un nuevo puesto. "Mi intención en el futuro es postular a organismos internacionales y, en ese sentido, un posgrado en el extranjero sirve mucho".