Un aviso. Una denuncia realizada por comerciantes del barrio Meiggs a Carabineros permitió la incautación de 5.892 prendas de vestir (equivalentes a dos toneladas de ropa) en dos domicilios de la Región Metropolitana. 3.736 de ellas correspondían a diseños de marcas originales, ingresadas al país de manera subvalorada. Mientras que las 2.126 unidades restantes eran imitaciones de marcas reconocidas.
"Nos avisaron de un perfil de Instagram que realizaba lives para vender ropa de distintas marcas. En estas transmisiones las personas aseguraban tener los documentos para acreditar la originalidad de las prendas e incluso mostraban declaraciones de Aduanas", cuenta un funcionario de la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de Carabineros.
Bien barato. Con el apoyo de la Fiscalía Local de Pudahuel y del Servicio Nacional de Aduanas y tras consultar a los representantes de las marcas en Chile -LeviS, Calvin Klein, Guess, Rebook, Adidas, Fila, Tommy Hilfiger, Emporio Armani y Nike-, la SIP descubrió que los precios de los productos estaban muy debajo del valor real. "Eran irrisorios. Ofertaban un lote de diez polerones Tommy Hilfiger a $IOO.OOO, cuando el valor unitario de ellos es de $80.000", describe el funcionario de Carabineros.
A medida que la investigación avanzó, las sorpresas "Descubrimos que esta siguieron: cuenta, que efectivamente tenía un giro comercial de importadora, vendía prendas originales y falsificadas mezcladas. La gente compraba pensando que eran reales. Incluso vendían ropa Bershka, que es una marca que no ha llegado a Chile".
Un asunto ancestral. ¿Qué busca una persona al comprar ropa de determinada marca? "El comportamiento que corresponde a este tipo de conducta es de carácter súper antropológico", responde René Bernal, docente de neuromarketing del programa Unegocios de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.
"El hombre siempre busca pertenecer a la manada. El cerebro humano está programado para vivir en sociedad, aunque vivimos segmentados en ciudades, comunas y barrios", explica Bernal y agrega que al mismo tiempo pertenecemos y nos identificamos con distintas tribus urbanas.
Eso determina, dice el académico, que "tengamos un alto sentido aspiracional. Aspiramos a ser seres integrados a la sociedad y como tales consumimos aire, agua y diferentes productos. El problema es cuando nos pasamos a la vereda del consumismo y nos volvemos locos. Empezamos a adquirir insumos que muchas veces no son necesarios porque activamos el código simbólico de los productos".
-¿Qué es el código simbólico?
-Los productos tienen un valor real y un valor que las personas le asignan. Hay marcas que para algunos representan estatus o simbolizan un efecto de aceptación social. El ser humano siempre busca mejorar en todos los aspectos.
Ropa americana. La SIP de Carabineros continúa investigado el origen de las prendas. La ropa llegaba a Iquique y luego era enviada a Santiago, donde se distribuía entre los dos domicilios para realizar las ventas online. Sin embargo, aún no está claro de qué país provienen las importaciones.
"Cuando las especies ingresan al país deben ser declaradas al Servicio Nacional de Aduanas con su valor y de eso depende el pago de los derechos de impuestos. En este caso la mercancía venía en fardos de ropa supuestamente americana (usada) y era valorada por el importador a un dólar el kilo de ropa. Ahí se configura el delito de contrabando", explica María José Rodríguez, jefa de fiscalización de Aduana Metropolitana.