"Usted me hablaba y yo lloraba, y si no me hablaban,
también", cuenta Hilda Madrid. Hace seis años se mudó de
Santiago a Osorno y no sólo la muerte de su papá le
produjo una gran depresión. Su nueva ciudad también.
"Veía todo apagado, todo triste. La gente callada",
recuerda. Después se metió a un club de cueca y en un
acto en la plaza, justo antes del estallido social, vio a un
perro que le llamó la atención, aunque con chicles
pegados en el cuerpo.
Al día siguiente, Hilda lo buscó y lo encontró en Lynch con Lastarria. 'Viviendo a todo cemento", recuerda. Los vecinos le contaron que él se ponía contento cuando veía una camioneta roja, porque un vehículo con esas características Io dejó abandonado 19 años antes en esa esquina. Aunque abrazara el frío y el hambre, ahí tenía que estar, porque ahí podían volver a buscarlo.
Ella IO iba a ver todos los días. "Ya éramos amigos. Cuando me tenía que ir, me seguía al colectivo", cuenta. Se llamaba Luis, por el verdulero que Io aguachó en ese barrio. Después le agregaron un segundo nombre, Apolo, y un apellido, Ramírez, aparentemente por el guardia que lo dejaba entrar a una tienda que estaba en esa calle.
Durante las protestas de finales del 2019, don Luis, el perro, caminaba hasta el centro y se hizo amigo de manifestantes y de carabineros. Cada tarde volvía su esquina. Su comida favorita eran los paquetes de galletes Carioca.
Hilda un día se lo llevó a su casa, porque vio que le faltaban las fuerzas. Ahora él tiene una cama caliente y le gusta escuchar musca clásica.
Este miércoles, los osorninos homenajearon al ilustre perro con una escultura en Lynch con Lastarria. La hizo gratis el artesano Roberto Rosas. "Es una idealización del perrito. Ahora está viejito y yo lo hice más joven, cuando estaba en sus años más fuertes", describe.
Con motosierra, con galletera, con gubias y con formones, el escultor trabajó un tronco de ciprés. "Como nosotros, los artistas, somos locos y no sabemos a veces ni lo que estamos haciendo, me tiré no más a la piscina", dice. Las personas le pidieron que agregara un paquete de galletas Carioca, pero no Io hizo. "Es mi escultura. Yo sabré Io que hago. No tengo por qué hacerle publicidad a una empresa", responde. La idea es promover el cuidado de los animales, pero no va a faltar el que se tome una foto con la escultura y, de paso, entre a comprar a los locales del barrio. Al menos así lo cree él.
@patriarca.canino.don.luis es el Instagram del famoso perro. Desfila con las "fuerzas vivas" de la ciudad en las fechas importantes y el centro veterinario de la comuna tiene su nombre. Quizás ya no espera la camioneta roja.
Al día siguiente, Hilda lo buscó y lo encontró en Lynch con Lastarria. 'Viviendo a todo cemento", recuerda. Los vecinos le contaron que él se ponía contento cuando veía una camioneta roja, porque un vehículo con esas características Io dejó abandonado 19 años antes en esa esquina. Aunque abrazara el frío y el hambre, ahí tenía que estar, porque ahí podían volver a buscarlo.
Ella IO iba a ver todos los días. "Ya éramos amigos. Cuando me tenía que ir, me seguía al colectivo", cuenta. Se llamaba Luis, por el verdulero que Io aguachó en ese barrio. Después le agregaron un segundo nombre, Apolo, y un apellido, Ramírez, aparentemente por el guardia que lo dejaba entrar a una tienda que estaba en esa calle.
Durante las protestas de finales del 2019, don Luis, el perro, caminaba hasta el centro y se hizo amigo de manifestantes y de carabineros. Cada tarde volvía su esquina. Su comida favorita eran los paquetes de galletes Carioca.
Hilda un día se lo llevó a su casa, porque vio que le faltaban las fuerzas. Ahora él tiene una cama caliente y le gusta escuchar musca clásica.
Este miércoles, los osorninos homenajearon al ilustre perro con una escultura en Lynch con Lastarria. La hizo gratis el artesano Roberto Rosas. "Es una idealización del perrito. Ahora está viejito y yo lo hice más joven, cuando estaba en sus años más fuertes", describe.
Con motosierra, con galletera, con gubias y con formones, el escultor trabajó un tronco de ciprés. "Como nosotros, los artistas, somos locos y no sabemos a veces ni lo que estamos haciendo, me tiré no más a la piscina", dice. Las personas le pidieron que agregara un paquete de galletas Carioca, pero no Io hizo. "Es mi escultura. Yo sabré Io que hago. No tengo por qué hacerle publicidad a una empresa", responde. La idea es promover el cuidado de los animales, pero no va a faltar el que se tome una foto con la escultura y, de paso, entre a comprar a los locales del barrio. Al menos así lo cree él.
@patriarca.canino.don.luis es el Instagram del famoso perro. Desfila con las "fuerzas vivas" de la ciudad en las fechas importantes y el centro veterinario de la comuna tiene su nombre. Quizás ya no espera la camioneta roja.