En la comuna San Carlos, Nelson Badilla en 50 hectáreas tiene una producción y aprovecha el agua que lleva el Río Ñuble para generar la producción de arroz. "En enero y febrero el río baja mucho, porque con el paso de los años cada vez se acumula menos agua en la cordillera. Con este problema tenemos que bajar la superficie de siembra, el año pasado fue muy crítico", contó.
Él hace 15 años que se dedica a plantar y cosechar este cereal y es uno de los pequeños y medianos agricultores de esa región y de la del Maule que están adoptando un sistema que les permitirá bajar hasta un 50% el consumo hídrico. Esta innovación, ejecutada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Quilamapu, con el apoyo dela Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el financiamiento Gobierno Regional trata de solucionar el principal desafío de la industria arrocera, que es asegurar su sostenibilidad debido a que el tradicional método de cultivo por inundación es difícil de aplicar a causa de la disminución en las precipitaciones.
Los agricultores que aplican el llamado Sistema de Intensificación del Cultivo de Arroz (SRI) se deben adaptar las técnicas de cultivo y a variedades de arroz que necesitan menos agua a la realidad de escasez de agua. "El arroz produce una de las huellas hídricas más grandes del mundo, utilizando 2.500 litros de agua por kilo arroz debido a que no ha superado su método de cultivo por inundación, lo cual en el contexto de cambio climático no es resiliente con las exigencias que se enfrenta nuestra agricultura. Este escenario perjudica la seguridad en la producción de este alimento clave para la canasta familiar y, por lo tanto, esta iniciativa busca instalar prácticas de manejo necesarias para acercar el mundo arrocero a la sostenibilidad", dijo la directora ejecutiva de FIA, Francine Brossard.
Karla Cordero, encargada del programa de mejoramiento genético del arroz del INIA, recalcó que por el alto consumo de agua y por las consecuencias que está dejando el cambio climático "no es sostenible en el tiempo la producción con el método de inundación".
-¿Por qué se usa el método de inundación para la producción de arroz?
-Históricamente se ha hecho porque el arroz es una planta semiacuática y al tolerarlo es una forma barata de tolerar malezas. Se ahorra la aplicación de productos químicos que eliminan estas malezas que impiden una buena producción porque compite con el cultivo.
-¿Entonces, esta tecnología ataca la maleza para ocupar menos agua?
-Sí es un control mecanizado de la maleza y desarrollamos prototipo de controladores de maleza que son mecanizados y automatizados para tratar de prescindir también de productos químicos. Entonces desarrollamos maquinaria, un prototipo que se engancha en el tractor hortalicero para sacar la maleza ahora que el cultivo no será inundado. Ya tenemos seis parcelas con la prueba de esta tecnología.
-¿El arroz no inundado es distinto?
-Te diría que incluso es mejor porque con la sequía el arroz pierde calidad. Y nosotros en el INIA desarrollamos variedades de arroz que sean eficientes en el consumo de agua y que puede permitir ahorrar hasta 50% de recurso hídrico.
-¿Cuánta es la producción nacional de arroz?
-Teníamos cerca de 27.000 hectáreas y por la sequía y algunos problemas de frío, el año pasado se cosecharon sólo 20.000 hectáreas, con un promedio de 6,5 toneladas anuales de arroz por productor.
-¿Toda la producción se consume en Chile?
-Todo se consume en Chile y lo que falta se importa principalmente desde Argentina o Paraguay.
-¿Comemos mucho arroz?
-No, consumimos como 10 kilos per capita al año y el consumo promedio en el mundo es de 58 kilos por persona en un año