Elizabeth Heresmann (55) es la madre de Valentina González, abogada de 27 años que el pasado 30 de julio fue hallada sin vida en un jacuzzi del motel El Duende, en Quintero, Quinta Región.
A casi tres meses del hecho, Elizabeth relata cómo ha vivido el doloroso proceso tras el fallecimiento de su hija. La mañana del sábado 30 de julio, Elizabeth esperaba la llegada de su hija Valentina. Ella había salido la noche anterior y su madre se quedó cuidando a su hijo. Existían códigos entre madre e hija, dice Elizabeth. Entre ellos, siempre cumplir con los horarios y por ningún motivo no contestar el celular.
"Ella salía a distraerse después de estar una o dos semanas encerrada estudiando hasta las dos o tres de la madrugada. Estaba haciendo dos magister. Ese sábado debía llegar antes de las 10 horas, para quedarse con su hijo de siete años. Ella siempre cumplía al pie de la letra nuestro trato", asegura.
Por eso, después de muchas llamadas y mensajes sin contestar, Elizabeth se preocupó. "Me dio esa sensación de aquí algo no anda bien. Luego me llama uno de los amigos de mi hija y me cuenta que ella había tenido un accidente en unas cabañas, en Quintero y me dio la dirección", recuerda.
Elizabeth condujo su vehículo, acompañada de su hijo mayor, hasta el motel El Duende, ubicado en el camino Concón-Quintero.
"En todo ese trayecto de casi una hora iba con un nudo en el estómago pensando en la Vale, haciéndome muchas preguntas. Fue un viaje muy tormentoso, porque si bien rogaba que ella estuviera en un hospital, no podía evitar pensar en la muerte", relata.
-¿Qué pasó cuando llegó al recinto?
- Eran las 13.30 horas. Me acerqué a una pareja de carabineros y les pregunté por Valentina. Me miraron por unos segundos, y uno me dice: su hija falleció. En ese momento sentí un dolor desgarrador, que es indescriptible. Les pedí verla, pero se negaron. Argumentaron que nadie - ni siquiera ellos- podía ingresar al sitio del suceso, porque tenía que llegar la PDI y Fiscalía.
-¿Qué pasó después?
- La familia y amigos de Valentina tuvimos que esperar afuera del motel hasta cerca de las 19.30 horas. A esa hora me dijeron que las dos personas que estaban con mi hija querían hablar conmigo: un hombre de 41 años (que conducía el jeep de Valentina) y una mujer de 25 años, de pelo negro (había una segunda mujer rubia esa madrugada con ellos, pero se fue antes de la muerte de la joven).
-¿Qué le dijeron ellos?
- Ellos estaban en otra habitación del motel. Respiré hondo, abrí la puerta y vi a la mujer de pelo negro llorando en la cama y le digo: ¿Qué le pasó a mi hija? Me contestó que ella había cuidado toda la noche a Valentina, que no la dejó consumir drogas, que solo había bebido alcohol. Que ella y el hombre eran los únicos que se habían drogado.
-¿Y sobre lo que pasó en el jacuzzi?
-Contó que estaban los tres en el jacuzzi, y que en un momento ella salió con el tipo y Valentina se quedó adentro. Según dijo, ella y el hombre estuvieron en la cama cerca de 20 minutos, y que después de eso llamaron a mi hija y ella no contestó. Que ambos se acercaron al jacuzzi y la vieron ahogada. En eso, de un rincón apareció este hombre y dijo que eso había pasado. Interrumpió hartas veces el relato de la mujer.
-¿Usted les dijo algo a ellos?
- Sí, que ellos no eran amigos de mi hija y que no les creía ni una sola palabra. Que yo conocía a Valentina y sabía que estaban mintiendo, pero que tarde o temprano se iba a conocer la verdad, porque yo me iba a encargar de eso.
-Después de eso la dejaron ver a Valentina.
-Esperé más de seis hora para ver a mi hija y solo pude estar con ella 10 minutos. No pude darle un abrazo, un beso ni tampoco tocarla. Fue pasadas las 20 horas: la tenían en una solera envuelta en esas bolsas de plástico con un cierre hasta arriba; solo se veía su carita. Verla así fue lo más cruel y desgarrador que me ha sucedido en la vida. Es una imagen muy fuerte que viene a mi mente todo el tiempo. Me dijeron: señora, ahora nos tenemos que ir.
-¿Qué piensa que pasó con su hija?
-No creo que se haya ahogado. Yo sé que aquí hubo intervención de terceros, porque conozco a mi hija. Además, desde el primer momento la policía y la fiscalía han hecho una mala investigación.
-¿por qué lo dice?
-Porque mientras yo y su familia esperábamos ver a mi hija afuera, en el otro acceso al recinto, según consta en las cámaras de seguridad, llegó un vehículo cerca de las 13.30 horas. Era el padre del hombre de 41 años, que venía acompañado por una funcionaria del Poder Judicial: una jueza de familia. Este señor habló con su hijo, le guardó el banano que este sacó del sitio del suceso y abrieron el auto de mi hija; el testigo sacó algo de adentro y Io tiró por una quebrada. La jueza, a su vez, habló con todos: carabineros, mucama, el administrador del motel, el jardinero, la PDI. Todo eso quedó registrado en las cámaras y la policía no Io consignó en el informe. Además, hasta el día de hoy no han periciado ni el vehículo de mi hija ni tampoco una bolsita con droga que yo encontré en la cartera que usó ese día.
Proceso en curso
La familia de Valentina González interpuso una querella criminal por homicidio calificado, paralelo a la investigación que realiza el Ministerio Público por la muerte de la joven.A principios de octubre, la Fiscalía regional de Valparaíso abrió una causa paralela por obstrucción a la justicia, después que se supiera que una funcionaria activa del Poder Judicial, una jueza vinculada al padre de uno de los testigos del caso, estuvo en el motel mientras se realizaban las primeras pericias, según revelaron las cámaras de seguridad del recinto