El imponente submarino nuclear soviético, K-3 Leninsky
Komsomol, se paseó por las calles de la localidad de
Kronstadt, al oeste de San Petersburgo, durante la noche
del miércoles y la mañana del jueves, para ser trasladado
al lugar donde será convertido en un museo por el
gobierno de Vladímir Putin. Así lo informó el medio local
"Piervy Kanal (1 TV)", que mostró la gran infraestructura
que trasladó a la enorme nave, entre las miradas curiosas
de los residentes, consignó "Daily Mail".
El sumergible, denominado en sus tiempos de gloria como
"La ballena asesina", fue construido en la cuidad soviética
de Molotovsken en 1957 (actualmente, Severodvinsk),
convirtiéndose en el primer submarino de índole nuclear
elaborado por la Unión Soviética y en el tercero del mundo,
en una carrera armamentística sin precedentes entre lado
oriental y occidental del planeta, en plena Guerra Fría,
detalló" The Sun".
El submarino mide más de 100 metros de longitud, como
una cancha de fútbol profesional, y pesa más de 3 mil
toneladas. Se encontraba desde 2005 en el astillero Nerpa,
al norte de Murmansk y próximo a la frontera con Noruega
y Finlandia, donde "se reparó su casco y se retiraron las
partes radiactivas de los reactores", registró"Express
Daily".
Rompiendo hielo norte
El K-3 marcó un hito a comienzos de la década de los 60,
cuando en 1962 "se convirtió en el primer barco soviético
en atravesar el hielo en el Polo Norte, en un gran hito para
el bloque comunista", detalló" The Sun". Funcionaba con
dos reactores refrigerados por agua y perteneció a la Flota
del Norte de la Armada Soviética. Tras ese viaje, el
submarino fue bautizado como "Leninsky Komsomol" en
honor a las juventudes comunistas soviéticas de la época,
publicó"Express Daily". Una de sus principales funciones
durante Guerra Fría, fue vigilar a la flota de Estados Unidos,
en especial durante 1967, cuando se le encomendó la
tarea "de seguir a un submarino de misiles balísticos
estadounidense".
La tragedia del 67
Solo meses después de su rol como espía de un
submarino de EE.UU. y mientras navegaba por el Mar de
Noruega, un incendio ocurrido en el sistema hidráulico
provocó la muerte de cerca de 40 tripulantes soviéticos
que viajaban en "La ballena asesina" aquel verano de 1967.
Tras el incendio, la tripulación tuvo que evacuar hacia
otros compartimentos del sumergible, pero la huida fue en
vano, pues el fuego alcanzó gran parte de la nave y el
dióxido de carbono sofocó a quienes se encontraban
dentro. "Cuando el submarino regresó a la base (cuatro
días después), se descubrió que 39 miembros de la
tripulación habían muerto en el desastre" y que el origen
del fuego aparentemente, había sido porque uno de los
tripulantes encendió un cigarro dentro de la nave,
reveló"Daily Mail".
Primeros visitantes
Tras cumplir tres décadas de funcionamiento hasta 1988 y
permanecer en astilleros por más de cuarenta años más,
finalmente el gran submarino soviético "La ballena
asesina" abrirá sus puertas, como un museo, el próximo
año. Aunque originalmente la idea del gobierno ruso era
situar al sumergible K-3, junto al histórico primer
rompehielos nuclear,
llamado "Lenin",
ubicado en
Murmansk, finalmente fue trasladado a la pequeña
localidad cercana a San Petersburgo, donde se encuentra
el Museo Naval de Kronstadt en la Isla Kotlin,
informó"Express Daily"