Hasta fin de mes trabajarán los pocos empleados que quedaban a cargo de mantener la casa que, desde 2016, Leonardo Farkas tenía a la venta, en el sector de Lo Curro, en Vitacura.
El empresario minero firmó la semana pasada el traspaso a la fundación Desafío Levantemos Chile, para que con los recursos que obtengan de la venta se construya una villa sustentable de al menos 80 viviendas. La ecléctica mansión la había comprado Farkas en 2009 en al empresario Álvaro Saieh, quien la construyó a su medida. Durante el tiempo que la habitó, el nuevo dueño le hizo una docena de modificaciones.
Son 1.900 metros cuadrados construidos, 12.000 de terreno, cinco dormitorios, siete baños, piscina, jacuzzi al aire libre y con vista a Santiago, piscina temperada, sala de cine, gimnasio, la antigua capilla de Saieh convertida en oficina subterránea, un búnker de seguridad, muro de escalada o ventanales termopanel de más de tres metros de altura, entre otros. Viene semiamoblada, ya que Farkas dejó los sillones del living, un comedor para al menos diez comensales, cortinas robotizadas, la cama matrimonial tamaño super king, un piano, una lámpara de cristal de Murano de casi dos metros de alto que trajo de Italia para el comedor y hasta su escritorio personal, una imitación del que tenía Ronald Reagan.
"Fuimos a ver la casa y es espectacular, es un palacio como de villa italiana. Es la primera vez que nos hacen una donación de este tipo, es inédito este acto de generosidad y estamos profundamente agradecidos", cuenta Nicolás Birrell, director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile.
Está publicada en 150.000 UF (unos $ 5.170.588.500), pero Birrell menciona que el precio es "negociable".
"La queremos vender rápido y ya hemos tenido conversaciones con interesados. Para un inversionista es una oportunidad comercial inigualable, porque el precio de la propiedad es muchísimo mayor al precio en que se está ofertando", dice.
Las remodelaciones
Lorenzo Pichipillán, quien lleva 27 años a cargo de la casa desde la época de Saieh y luego se quedó con Farkas como su asistente, cuenta que a este último le gustaba mucho hacer cambios a la vivienda.Farkas le puso aire acondicionado y calefacción por losa radiante, transformó la capilla que tenía Saieh (ubicada en el subterráneo) en su oficina personal. A ese lugar, cuenta Pichipillán, llegaba a trabajar prácticamente todas las noches. En la sala de juegos familiar diseñó junto a sus hijos dos murales artísticos. Y en el terreno más alto de la propiedad instaló un jacuzzi al aire libre con vista privilegiada a Santiago, al que se llega subiendo más de 100 peldaños que le servían para hacer ejercicios: lo hacía corriendo varias veces.
Para quienes estén interesados en conocer la vivienda, la corredora encargada, PYG Larraín, informó por escrito que primero hay que agendar una entrevista para ver si la propiedad se ajusta a los requerimientos del cliente y en función de aquello, se sigue avanzando en el proceso.