Estornudos, enrojecimiento, picazón, irritación de nariz o de garganta y secreción nasal son algunos de los síntomas provocados por la alergia: una de las seis patologías más frecuentes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. De hecho, de acuerdo a las estimaciones médicas publicadas en el sitio web del Centro del Alérgico, dos de cada diez chilenos sufre algún tipo de alergia. Y en el mundo, según el "Libro de las Enfermedades Alérgicas", reeditado el año pasado por científicos españoles, estas patologías afectan al 20 0 25% de la población mundial. La reedición está disponible para descarga gratuita en el sitio web de la Fundación BBVA de España.
En Chile, de acuerdo a los datos publicados este martes por el Instituto de Salud Pública (ISP), entre enero y julio de este año se vendieron 31.414.400 cajas que tenían el principio activo clorfenamina de cuatro miligramos. O sea, aquel medicamento es el más usado por los chilenos para tratar la alergia respiratoria. Le siguen la levocetirizina de 5 miligramos, con 24.924.050 cajas vendidas; y la loratadina de IO miligramos, con 22.625.650 (ver tabla).
Daniel Rojas, director de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, sede Santiago, describe que los diez antialérgicos más usados en Chile tienen en común que son antihistamínicos, es decir, que bloquean la acción de una sustancia llamada histamina, que precisamente es la que libera el organismo cuando el sistema inmune no logra reconocer a algunos componentes alérgenos como el pasto, el plátano oriental, el polvo o el polen.
"Esas sustancias ingresan al organismo, activan al sistema inmune y hacen que se libere histamina, que es la que produce picazón y goteo nasal", explica.
¿Por qué la clorfenamina es el más usado? Aunque carezca de lógica, comenta el doctor en Farmacología, todo se relaciona posiblemente con los efectos adversos del principio activo.
"Todos los medicamentos de la tabla son antihistamínicos, pero destaca la clorfenamina porque a diferencia de los otros, genera más somnolencia como efecto adverso. Por lo mismo, se usa indebidamente para inducir el sueño, pese a que no a todos les induce sueño", destaca Rojas, quien agrega que el uso de clorfenamina no está indicado para el trastorno del sueño, por Io que su uso puede ser nesgoso.
El académico asegura que la levocitirizina y la desloratadina son medicamentos más avanzados, por lo que han logrado disminuir el problema del sueño como efecto adverso.
"Sirven para lo mismo, para las alergias, por lo que se pueden usar de forma segura diariamente. Además, tienen un efecto más prolongado", dice.
Verónica Vergara, jefa del subdepartamento de Farmacovigilancia del Instituto de Salud Pública de Chile, confirma que los antihistamínicos son medicamentos de venta con receta.
"Debe haber un proceso de revisión y diagnóstico a cargo de un médico. Estos fármacos nunca deben ser automedicados", dice.