Cuando empezó a caer el confeti de todos colores sobre su cabeza, el protagonista de esta historia aún no lograba entender del todo lo que estaba pasando. Le acababan de decir que se había ganado un Audi A3 sedan, pero su mente aún estaba fija en el momento en que pensó que había echado a perder la máquina tragamonedas.
El miércoles pasado le informaron a Marcelo Cortez que se había ganado un vehículo en el Enjoy Santiago, pero en realidad se lo había ganado cuatro días antes, el sábado previo, cuando fue al casino con su madre.
"Estaba jugando y de un momento a otro la máquina se bloqueó. Pensé que se había echado a perder", recuerda Cortez, tecnólogo médico de 24 años.
En ese preciso momento se había ganado el Audi, un modelo avaluado en cerca de $32.000.000, pero él no se percató ni nadie le avisó.
"Creí que me había echado la máquina. Fuimos a buscar otra con mi mamá y como una hora después nos fuimos", cuenta desde San Esteban, en la provincia de Los Andes, donde vive.
-¿Cuánto rato llevaba jugando en esa máquina?
-Llevaba poco rato, unos diez minutos. Es que mi mamá había estado antes que yo un buen rato y después yo puse mi tarjeta, porque siempre jugamos juntos.
El joven calcula que en ese rato alcanzó a jugar unos $60.000, aunque aclara que en la suma y resta de la jornada, "estaba ganando".
Paralelamente la gente del casino empezó a buscarlo. Los rastrearon con las cámaras de seguridad, pero ya era tarde. Cuando se dieron cuenta de quién había estado jugando en la máquina ganadora, el jugador ya se había ido.
El miércoles una persona del casino se comunicó con él, pero no le comentó nada del Audi. Lo pudieron ubicar porque tiene una tarjeta de socio, por eso no le pareció extraño.
"Me llamaron para ofrecerme una cena para dos personas gratis", cuenta.
Decidió invitar a su mamá y a su papá.
Cuando llegaron los tres al casino intentó cobrar su cena, pero le pidieron que fuera al sector del auto, el que estaba cubierto.
En ese momento, cuenta el ganador, entró una animadora y le recordó que había estado jugando el sábado. Él, preocupado aún por el estado de la máquina, dijo que sí y preguntó si se había echado a perder. Ahí le contaron que en realidad la máquina se había bloqueado porque se había ganado el auto. El confeti empezó a caer del cielo.
-¿Qué hizo en ese momento?
-Estaba súper feliz, pero no me podía poner a saltar porque hace poco me extirparon un tumor del calcanio, un hueso del talón, y ando con bota ortopédica.
-¿Y cómo está de eso?
-Estuve sin caminar dos meses. Esa ida al casino fue una de las primeras salidas que hacía.
-Entonces no puede manejar aún.
-Es que no sé manejar. Es mi primer auto.
-¿Y qué piensa hacer?
-Voy a hacer el curso, aunque todavía no puedo manejar. Ahora recién estoy volviendo a caminar porque fueron dos meses que estuve sin hacerlo. Tengo que hacer rehabilitación y kinesiología. Lo que pasa es que fue larga la post cirugía, porque rechacé el injerto que me pusieron. Entonces tuve que estar con medicamentos súper fuertes y esperando, porque finalmente mi propio cuerpo estaba atacando el injerto.
-¿Se alargó mucho la recuperación?
-Sí, se alargó bastante. Originalmente era un mes full recuperación, pero ya llevo dos meses y recién se me está cerrando la herida del pie. Tengo para un rato más todavía.
-Bueno, el premio le sirve para subir el ánimo.
-Sííí, para motivarme para mejorarme luego, para manejar el auto. Aunque igual tengo que ver qué haré. No me convence mucho manejarlo porque es un auto caro y recién aprenderé a manejar. Quizás podría aprender a manejar en otro auto y después me lanzo en el Audi.
¿Y cómo fue que Marcelo Cortez se ganó el premio?
Fabián Mellado, gerente comercial de Enjoy Santiago, lo explica: "El auto estaba desde el 3 de junio en una isla de máquinas tragamonedas. Lo ubicamos sobre 12 máquinas y la gente que jugaba en alguna de ellas Io podía ganar. En cualquier momento puede salir. En este caso no es por ninguna combinación de la máquina. Es un premio sorpresa que aparece de forma aleatoria"