En agosto, Camila Nash (36) dejó Chile para instalarse a vivir en Ciudad de México, lugar que hasta ahora le parece fascinante. "Me ha encantado la cultura, la comida, la onda, pero por sobre todo la amabilidad de la gente y su estilo de vida", establece la recordada integrante de programas como "Calle 7" y "Mundos opuestos", cuyo objetivo para radicarse en el país norteamericano es desarrollarse laboralmente.
"Estoy enfocada en trabajar en mi network (red), he tenido algunos acercamientos con agencias e influencers. La recepción ha sido súper cálida. La gente acá es muy buena onda, te escuchan mucho, en Chile somos más secos", opina ella, quien en su perfil de Instagram (@caminashcl) supera los 208 mil seguidores. "Antes de trabajar estoy terminando de tener todos mis papeles en regla. Acá las cosas tienen otros tiempos, se demoran más. El viernes 11 saqué mi visa de trabajo y estoy tramitando mi residencia, que me dura un año. Ya con eso se deberían abrir todas las posibilidades", agrega.
-¿A qué quiere dedicarse?
-Honestamente me gustaría seguir en todo lo que es comunicación: trabajar con la gente, hacer notas, relacionarme, eso es lo que más me acomoda. Eso es lo que quiero y voy a tratar de hacer. Pero si eso no pasa, ahí me tendré que reformular. México es súper grande y eso me da confianza, hay trabajo.
-¿Y cómo obtiene ingresos estando allá?
-Estoy a puro ahorro, qué te puedo decir. Pero bueno, es así nomás. Al principio, como buena chilena, me angustiaba hacer un gasto sin tener ingresos. Después me relajé y dije "bueno, esta es la inversión que yo estoy pagando". Tengo que confiar en la abundancia, en que más adelante voy a generar más. Esto es parte del proceso. Para todo hay que invertir. Si uno no está dispuesto a invertir, cómo puedes ganar. Yo me lo tomo así.
-¿Pero usted está bien en México?
-Sí, no hay problema. No he sentido ningún arrepentimiento de haberme venido. No me quiero ir, quiero que funcione. Voy a hacer todo para que resulte porque México me encanta.
Camila, quien se fue a México junto a su gatito Romeo, sostiene que vive en un domicilio de Colonia Roma Sur. "Es una casona antigua, parece un bunker, es como una casa reality compartida. Es grande, antigua, ubicada en un pasaje súper tranquilo. Debemos ser unos siete roommates (compañeros de casa) y a veces ni nos vemos", explica.
-¿Y qué ha hecho en su estadía en México?
-Hay días y días. He tenido días de conocer gente, ir a eventos, hacer entrevistas, quedarme algunas veces en casa, salir. También hace poco vino una amiga que se quedó acá un tiempo. Otros días me quedo en casa para quedarme con mi gato, cuidarlo y que se adapte. Estoy en adaptación.
-Entiendo que conoció a un mexicano con quien estaba saliendo. ¿Cómo va eso ?
-Eso sigue, pero yo estoy más enfocada en otras cosas. No quiero enfocarme tanto ahora en una relación, porque siento que tengo que vivir México. Conocer, ver el tema de trabajo, hacer mi network... o sea, todo bien, pero estoy tratando de tratar mis relaciones personales con más cautela. Yo soy bien intensa, entonces eso también me ha traído malas experiencias. Estoy buscando tener mi espacio, hacer mis cosas sola. Mi foco es desarrollarme autónomamente, y me cuesta.
-¿Por qué?
-Porque mi personalidad es como más de pareja. Me estoy dando la oportunidad de hacer las cosas distintas. Y me ha salido súper bien. Creo que la pareja debería ser un resultado de algo, porque primero me tengo que realizar y después de estar establecida darle un lugar a esa persona importante. Siento que ahora estoy en un momento donde no puedo distraerme, porque a eso es a lo que vine. Vine a jugármela para trabajar en lo que quiero. No me quiero distraer.
-¿Y qué ha dicho su pareja?
-Él sabe cuáles son mis prioridades y quiere que me funcionen. Él sabe que estoy ilusionada con eso. Así nomás es.
-También vivió allá el Día de los Muertos.
-Me llamó mucho la atención el Día de los Muertos y Halloween. Acá en México viven esos días con furor. En el Día de los Muertos efectivamente hacen altares con sus muertitos y les ponen las comidas que les gustaban. Viven la muerte en un espacio súper fiestero. Y para Halloween me impactó la producción. O sea, los vecinos adornaban todas las casas y ellos dejaban que uno pudiera entrar a las casas...
-Otra cultura.
-Claro, yo decía "¿puedo entrar?", y me contestaban que sí. O sea, te abrían la puerta de sus casas. A mí, que era una extraña. Es mucha la diferencia con la cultura chilena, nosotros tendemos a ser más desconfiados, por eso también me está gustando tanto esta experiencia.