Singapur es una micronación que deslumbra por sus rascacielos, arquitectura urbana de vanguardia y jardines exóticos, consolidándose como una ciudad futurista donde casi todo gira en torno a la tecnología. De hecho, hoy es uno de los países más prósperos del planeta y -muy selectivamente- atrae talentos para potenciar su fuerza de trabajo.
Es el caso del chileno Matías Méndez (33), quien desde el 2020 se encuentra radicado allá. Antes estudió los cinco años de la Licenciatura en Antropología en la Universidad Católica de Temuco, pero optó por no terminar formalmente la carrera, ya que a medio camino se dio cuenta de que no era algo en lo que se proyectaba. Entonces partió a Santiago y trabajó como panadero en la cadena Eric Kayser.
Como siempre le había llamado la atención la cultura asiática, postuló para hacer un voluntariado en un templo budista de Filipinas: le hicieron una entrevista, lo aceptaron y pasó dos meses en ese país. Luego, como tenía unos ahorros, decidió hacer cursos de meditación en diferentes países del Sudeste Asiático. Uno de ellos fue Singapur.
De paso por las calles de esta ciudad-Estado, se dio cuenta de que ahí operaba la misma cadena de panaderías en la que había trabajado en Chile. Entró a ver qué productos ofrecían y habló con el jefe de la sucursal, a quien le comentó sobre su experiencia en nuestro país. Méndez, casi como por si acaso, le consultó si necesitaba a alguien. En ese momento estaban todos los puestos ocupados, pero dejó sus datos y a los dos meses, cuando andaba paseando en Tailandia, le avisaron por Instagram que el panadero de la sucursal singapurense había renunciado y que tenían una oferta para él. Así que emprendió rumbo a ese destino y ahí sigue.
Capital humano
"Es difícil encontrar un trabajo acá. Lo mío fue súper azaroso. Puedes buscar trabajo a través de portales de empleo online o venir esponsoreado por alguna empresa, que siempre están llamando a personas del ámbito de la tecnología: buscan capital humano avanzado. Hace poco abrieron una sucursal de Google. Singapur no tiene muchas materias primas como en Chile", cuenta.Muy pocos chilenos llegan a trabajar allá, añade; los que aterrizan en general son reclutados por empresas del ámbito tecnológico. "Los sueldos en Singapur son mucho más altos. El mismo trabajo que hacía en Chile acá me lo pagan tres veces más", destaca.
Permisos de trabajo
Tres son las visas que permiten a los extranjeros trabajar en Singapur: S Pass, Work Permit y el E Pass (EP) . "La S Pass es para personas con media certificación, que es la que yo tengo. Es por dos años. Me la dieron porque tenía experiencia en panadería. Para postular hay que tener un sueldo mínimo de 3.000 dólares singapurenses (unos $2 millones). Una empresa te tiene que auspiciar y ofrecer ese sueldo", detalla Méndez."La Work Permit for Foreign Workers es para personas sin tantos estudios, para trabajar en ámbitos como construcción, gastronomía y hotelería. Mientras que la EP es para profesionales, gerentes y ejecutivos extranjeros; los candidatos deben ganar al menos 5.000 dólares singapurenses al mes ($3,3 millones aprox.). Los empleadores también deben demostrar que han considerado justamente a todos los solicitantes de empleo", explica.
¿Cómo se puede solicitar una visa de trabajo? "El empleador debe gestionar su solicitud de visado de trabajo a través del sitio web del Ministerio de Trabajo (MOM)". Detalles en mom.gov.sg.
Ciudad inteligente
Lo que más le gusta a Matías de Singapur es que está todo tecnológicamente integrado. "Es una ciudad inteligente y súper moderna. Por ejemplo, cuando uno quiere cruzar y la luz está roja, puedes apretar un botón que te permite pasar. Acá eso sí funciona. También uno con su celular puede hacer todo. En Singapur hay un Sing Pass conectado a todo: puedes pagar impuestos o acceder a certificados de vacunación", valora. "Singapur promueve mucho el deporte. Los gimnasios prácticamente son gratuitos: pagas uno o dos dólares por uso", destaca.También hace hincapié en que se trata de un país que tiene normas muy estrictas con la delincuencia y la gente circula muy segura por las calles. "Eres más libre. Uno puede dejar su mochila o cartera en los coffee shops, como marcando la mesa que vas a ocupar, y nadie se roba nada. La gente deja sus celulares en las mesas y no se los sacan. Hay cámaras en todas partes. Es muy extraño que roben".