Manuel Caro ya había sido víctima de dos intentos de encerrona. El primero, hace un año; el segundo, cuatro meses después. De los dos, cuenta, arrancó acelerando y esquivando a los delincuentes.
A las 7 horas de este miércoles, el gerente general de la Vega Central no tuvo opción de huir. "Venía por la Ruta del Sol y cuando iba enlazando para tomar la Autopista Central se me cruzó un auto negro tuneado. Se bajaron unos tipos con pistolas. Recuerdo que me golpearon el vidrio y me gritaron que si no me bajaba me iban a disparar".
Caro descendió. "Abajo forcejeé un poco, pero de nuevo me gritaron que me quedara tranquilo", dice. En segundos le quitaron sus dos celulares, el reloj de pulsera y la billetera con la chequera. "¿Pa' qué te llevas la billetera si no te va a servir de nada? , le dije a un joven de unos 25 años, que era el líder de los otros. Su respuesta fue déjate de tontear sino querí morirte ".
El gerente de La Vega quedó botado en la autopista. "Se me acercó un joven para ayudarme. Voy a estar eternamente agradecido de él", asegura.
Fabián García, el joven mencionado, aporta datos: "El auto negro se cruzó desde la tercera fila. Eran cinco sujetos. Andaban con gorros y las caras parcialmente tapadas con bandanas. Había uno mayor, los otros cuatro eran adolescentes. Cuando terminaron, tres arrancaron en el Audi Q3 de Manuel Caro. Los otros dos se fueron en el auto negro".
"Mano dura"
Manuel Caro estuvo hasta el mediodía haciendo la denuncia correspondiente en una comisaría de Recoleta. "Me duele un poco la cabeza. Cuando me bajé del auto el líder me pegó un cañazo con la pistola. Yo le doy gracias a Dios porque no me mataron", relata.De todas las cosas robadas hay dos que le duelen especialmente: un reloj Longines que tenía guardado en la guantera y sus títulos universitarios de ingeniero comercial y de contador auditor. "Los andaba trayendo porque me inscribí para hacer un curso y me pidieron que los llevara", explica.
Pero también siente rabia y frustración. "Estos tipos tenían experiencia. Todo fue rápido y organizado. Obedecían todas las instrucciones del líder. ¿Sabe qué es lo peor de todo? Esto se va a ir incrementando", anticipa.
-¿Por qué?
-Los carabineros y la PDI hacen su trabajo, pero la reforma procesal penal, que es la que nos rige, es pésima. Acá pasa lo siguiente: los jueces de garantía no se ponen los pantalones. Si a estos tipos los pillan los van a condenar por receptación y les darán una pena menor. El fiscal va a pedir reclusión nocturna para que los perlas puedan comer tranquilitos en sus casas. Este sistema beneficia a los delincuentes. Mire, le voy a decir algo y ojalá lo coloque así.
-¿Qué cosa?
-El Presidente Boric tiene que ponerse los pantalones y respaldar a las policías. Los diputados y senadores tienen que sacar una ley dura y directa, pero en lugar de eso se la llevan en el puro blablá. Anuncian querellas para quienes resulten responsables y eso no sirve de nada. Lamentablemente los ciudadanos nos vamos a tener que encerrar en nuestras casas y los delincuentes van a salir como los zombis a atacar.
-¿Cuál sería la solución?
-Cárcel para todos los delincuentes. Ojalá yo estuviera a cargo de la seguridad en este país. Le aseguro que otro gallo cantaría. Acá, en La Vega, pusimos en marcha un programa que ha funcionado. Tenemos un trabajo participativo entre la ciudadanía y la policía; tenemos cámaras de vigilancia. Y si a alguien se le ocurre entrar a robar le pegamos un par de palos y el tipo no vuelve nunca más. Así de simple. Las cosas como son. Cuando me hicieron las encerronas anteriores cambié el auto que tenía por uno más sencillo y me lo robaron igual. Eso significa que el problema no es el auto. El problema es la delincuencia.