El retén de Carabineros Las Tórtolas se encuentra al final de la Ruta D-557, a 40 kilómetros de Monte Patria, en la Región de Coquimbo, donde está el cuartel de Bomberos más cercano. Setecientos metros al oriente del retén se ubica la central hidroeléctrica Los Molles, y más al oriente ya no hay camino, solo el río Los Molles, que va serpenteando por una quebrada rodeada de cerros cada vez más escarpados a medida que se acerca la frontera con Argentina.
El lugar está tan apartado de todo, que varios carabineros viven con sus familias en un caserío que queda a unos cien metros del retén, en una de las laderas de la quebrada.
En este final de mundo, a las tres y media de la madrugada del martes 1 de noviembre, el carabinero que se encontraba de guardia corrió hasta la casa del suboficial Christian Hernández, jefe del retén, para darle una noticia espantosa.
"El fuego se había desatado, venía desde la central Los Molles y se dirigía al retén a toda velocidad", cuenta el suboficial Hernández. "Había un viento de unos 70 kilómetros por hora. Nunca, en los cuatro años que llevo acá, había visto un viento así. No teníamos teléfono porque el fuego había quemado todo, así que no había tiempo que perder, había que evacuar".
"Lo que hicimos", prosigue el suboficial Hernández, "fue ir a las casas de los carabineros en las patrullas y dar aviso por altoparlantes para que abandonaran el lugar y se fueran a un refugio, que queda al poniente. Pero el fuego avanzaba muy rápido y muchos no pudieron irse por el camino, porque el fuego les tocó de frente, así que dejaron sus autos botados y arrancaron a pie por la ladera del cerro".
"El fuego avanzaba por la Ruta D-557 hacia el poniente siguiendo el valle y cada vez nos tiraba más para atrás. A unos 700 metros del retén nos topamos con el sargento Ángel Aguilera".
"Aguilera había ayudado a evacuar a una familia por el cerro, pero alguien le dijo que su mujer y su hijo se habían quedado arriba, que no habían alcanzado a salir de la casa. Aguilera nos dijo que iba ir a rescatarlos. El fuego en la ruta era un infierno, había mucho humo, el calor del aire quemaba los pulmones, así que le dije que no fuera, que se iba a morir. Me dijo que iba a ir igual, que era su familia. Y Io entiendo. En algún momento incluso pensamos acompañarlo. Pero yo estoy a cargo de todos los carabineros del retén y tuve que tomar una decisión: o acompañábamos a Aguilera y nos moríamos todos o lo dejábamos partir. Opté por retirar a todos los carabineros".
A eso de las cuatro y media de la madrugada, el suboficial Hernández se dio cuenta de que en el refugio estaba la familia del sargento Aguilera y que estaban a salvo. "Alguien le dio una información equivocada a Aguilera y arriesgó la vida inútilmente", dice el uniformado. "A partir de ese momento, nos concentramos en la posibilidad de rescatar a Aguilera. Los bomberos, que ya habían llegado al lugar, nos dijeron que ellos no podían hacer nada, que las condiciones eran muy peligrosas. Pero yo ya estaba decidido. Les pregunté a mis carabineros si me acompañaban y cuatro me siguieron. Nos subimos a una camioneta Ford Ranger que tenemos, e intentamos atravesar la ruta en dirección al retén. Pero el incendio estaba en su peor momento. Era demasiado el calor".
"En un momento llegó la señora del sargento Aguilera a pedirme que por favor rescatara a su marido. Fue un momento terrible. Pero nos terminamos de convencer de que había que atravesar ese muro de humo y fuego".
"Cinco veces intentamos hacerlo hasta que recién a las 7:50 de la mañana pudimos pasar. Habrán sido, no sé, 200 metros de un calor infernal que se hicieron eternos. Cuando llegamos al retén empezamos a gritar el nombre de Aguilera. Uno de mis carabineros lo encontró. Estaba sentado, con los ojos cerrados y en estado de shock. No podía abrir los ojos porque las córneas le ardían y apenas podía respirar. Estaba esperando la muerte. Se había derrumbado porque estaba convencido de que su familia había muerto calcinada. Le dijimos que no, que estaban a salvo y entonces nos abrazamos".
Uno de los carabineros que acompañó al suboficial Hernández en el rescate sacó una foto del impresionante momento, al tiempo que las llamas, aunque de menor intensidad, seguían acosando al retén y sus alrededores.
El sargento Aguilera fue internado en el hospital, aunque está fuera de peligro. Dos viviendas de carabineros se quemaron por completo y otras tantas sufrieron daños de diversa consideración. Providencialmente, el retén Las Tórtolas resistió intacto. También el resto de los carabineros.