"Me siento tranquila porque estoy con vida y cesó el dolor", reflexiona Romina Sáez desde el Hospital del Salvador donde fue operada este miércoles. Tras ocho meses de complicaciones e intervenciones médicas, y fuertes dolores en la cara (todo derivado de los golpes que le propinaron en marzo unos arrendatarios que se negaban a pagarle), la abogada al fin volvió a sentirse bien y segura.
Retrocedamos al comienzo de esta historia.
Mal diagnóstico. Romina cuenta que tras los golpes recibidos en marzo tuvo una primera evaluación médica "errada". Una segunda evaluación determinó que tenía "una fractura nasal, fisuras en los pómulos y problemas en la órbita del ojo derecho". Le dijeron que tenía una desviación en el tabique nasal y que había perdido el cartílago de la punta de la nariz, algo que se podía solucionar, pero había que esperar unos meses. Le aseguraron que si no se desplazaba la nariz no tendría problemas. Pero sí los tuvo: "En la primavera, con las alergias, me empezó un dolor en la parte del lagrimal fuerte, fuerte, y en toda la parte derecha de la cara. Me hicieron una punción y tenia una infección. Terminé con una bola, una masa en el ojo y me mandaron a la UTO (Unidad de Trauma Ocular) del Hospital del Salvador. Me dijeron tiene un problema en el lagrimal, la fractura de la nariz le está pasando a llevar el lagrimal y tiene una pequeña infección . Ahí fue la primera operación, me destaparon el lagrimal. Eso fue el 13 de octubre", detalla.
-¿Qué pasó después?
-El 20 de octubre tuve control y la masa apareció de nuevo. Me dieron antibióticos más fuertes y programaron otra operación exploratoria para limpieza total (para una semana después). Me hicieron otro scanner y tenía mucha materia en toda mi cara. Me hicieron una incisión en la parte de abajo del ojo, cuatro puntos, pero al otro día, de nuevo estaba infectado, tenía un dolor terrible y ahí le dijeron a mi mamá que me quedaba acá, que podía perder el ojo. Eso fue el domingo 27. Yo estaba desde las tres de la tarde en el hospital y a las 23:30 quedé hospitalizada.
-¿Esta semana qué le hicieron?
-Me hicieron un scanner con contraste y vieron un cuerpo extraño. Me dijeron "vamos a entrar por la misma incisión que ya tienes", pero al momento de entrar se encontraron con un absceso de un tamaño tremendo que se reventó, estaba encapsulado, llevaba meses ahí, y adentro había una astilla de la nariz que estaba infectando y haciendo todo este problema. Me hicieron otra incisión de cinco centímetros en la cara. Tengo la incisión de la nariz, la de abajo del párpado y ahora la grande, en el borde la nariz. Fue fuerte para mí sacarme el parche y verme.
-Con este último procedimiento el problema más grave quedó superado.
-El problema principal era la infección, la gravedad era esa y la gravedad pasó.
-Su madre contó que usted tenía mucho dolor ¿Qué tanto era?
-Yo soy súper tolerante al dolor físico y primera vez en mi vida que el dolor de 1 a 10 era 10, era una tortura. Tenía toda la cara infectada. Era dolor de muelas, dolor de cabeza, me ponía cosas frías, esas de nariz como si fuera sinusitis. Me dolían los pómulos, no podía ver televisión, botaba materia por el lagrimal del ojo, es el dolor más fuerte que he sentido en mi vida.
-Tras la operación del miércoles ¿Cómo se siente?
-Tengo sólo dolores de la misma operación porque estuve
mucho rato intubada, y en la cara, porque la exploraron
completa, me la abrieron. Pero estoy tranquila, me siento
mucho más tranquila.
-¿Qué pasaba por su mente cuando tenía esos dolores grandes?
-Eran tan fuertes que pasaron muchas cosas por mi mente. Fue sumamente complicado porque te agarra la parte sicológica, estuve a punto de tirar la toalla. Me perdí de redes sociales, no quería nada, los medicamentos no me hacían nada, era quejarme y quejarme y mi mamá sufría.
-¿Qué viene ahora?
-Me explicaron que lo que resta son procedimientos para ver la parte estética, porque la parte médica ya se solucionó. Ver que los dos ojos queden lo más simétricos posible, que los puntos de la cara no sean tan visibles. Y una rinoplastia para recuperar el cartílago perdido y para que la nariz sea funcional y estética.
-¿Qué pasaba por su mente cuando tenía esos dolores grandes?
-Eran tan fuertes que pasaron muchas cosas por mi mente. Fue sumamente complicado porque te agarra la parte sicológica, estuve a punto de tirar la toalla. Me perdí de redes sociales, no quería nada, los medicamentos no me hacían nada, era quejarme y quejarme y mi mamá sufría.
-¿Qué viene ahora?
-Me explicaron que lo que resta son procedimientos para ver la parte estética, porque la parte médica ya se solucionó. Ver que los dos ojos queden lo más simétricos posible, que los puntos de la cara no sean tan visibles. Y una rinoplastia para recuperar el cartílago perdido y para que la nariz sea funcional y estética.