Un buen ejemplo de que la industria del hidrógeno verde podría ser un motor importante de la economía chilena a futuro, es la revolución de las Energías Renovables No Convencionales, que hace 15 años no existían y hoy inyectan el 37,5% de la energía del sistema eléctrico nacional.
Este martes, en la planta demostrativa Haru Oni de HIF Global, ubicada en la Región de Magallanes, se cargaron los primeros litros de combustible sintético en un Porsche 911 , con motor convencional.
El hecho es clave en la lucha contra el Cambio Climático, ya que este tipo de combustibles podría desplazar a los fósiles como el petróleo en los próximos años y con ello ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Un tema clave en el desarrollo, según señalan en HIF Global, es que el eCombustible con que se cargó el Porsche, elaborado en la planta de Magallanes, puede ser usado en vehículos convencionales, sin necesidad de modificar sus motores. También en el trasporte aéreo y marítimo.
Para elaborar el combustible, se trabaja con agua como insumo. "Con electricidad generada eólicamente, se obtiene hidrógeno, separando, mediante electrólisis, el oxígeno del hidrógeno presente en el agua. Por medio de un proceso de filtrado, se captura el CO2 concentrado en la atmósfera. Luego se combina el hidrógeno obtenido con el CO2, a través de síntesis, lo que produce el metanol. Con ello se obtienen una gasolina que se puede usar en los vehículos actuales sin modificación alguna", explicaron en HIF Global.
El hidrógeno es verde porque se usa energía eólica en el proceso, con un aerogenerador —molino- de 84 metros de altura y 64,5 metros de aspas. El uso de esta fuente también explica por qué el proyecto está en Punta Arenas, donde hay grandes vientos. "Para hacer el hidrógeno se necesita mucha energía eléctrica, es uno de los principales componentes del costo, sobre el 60%", explicó Patricio Lillo, académico de la escuela de ingeniería de la UC. Como la energía eólica es barata, eso viabiliza la producción que en otros lugares no sería posible.
Según señalaron en HIF Global, el combustible generado no tiene como componente combustibles fósiles, por lo que es 100% neutral.
Lillo explicó que este desarrollo apunta a los combustibles que se queman. "Es una línea distinta a la otra mirada del hidrógeno en que se usa para producir electricidad y mover un motor eléctrico. Son tecnologías distintas y la industria debe definir para qué lado se va a inclinar".
La planta, cuya construcción comenzó en septiembre de 2021, implicó una inversión de US$74 millones y puede producir al año 350 toneladas de eMetanol y 130.000 litros de eGasolina.
El ministro de Energía, Diego Pardow, destacó las proyecciones del tema. "La planta Haru Oni de HIF tiene ese valor simbólico; uno que nos permite mirar hacia un futuro donde otras formas de energía son posibles".
"Hace poco más de un año pusimos la primera piedra de este sueño, que hoy es realidad: contar con un combustible creado con la energía inigualable del viento magallánico. Es una respuesta concreta, aquí y ahora, al principal desafío de la humanidad. Estamos orgullosos de dar este paso en Punta Arenas y en Chile, porque sabemos será decisivo para el futuro de las próximas generaciones", dijo el presidente de HIF Global, César Norton.
En la iniciativa también participan Porsche, Enel Green Power, Siemens Energy, Gasco, ExxonMobil y Enap.
Álvaro Lorca, investigador de la escuela de ingeniería de la UC, resaltó las perspectivas comerciales del desarrollo: "Esto es absolutamente innovador. Hace tiempo que se está produciendo hidrógeno, pero combinarlo con C02 para hacer un combustible sintético es absolutamente nuevo, esto es algo que hasta ahora la humanidad no ha hecho. Sí se ha probado en laboratorio, pero la gracia es que esta planta en marzo estará vendiendo combustible y eso podría abrir un mercado brutal en los próximos años y de hecho es uno de los caminos para bajar las emisiones de la industria aérea. Los aviones es muy difícil volverlos eléctricos, son extremadamente intensos en huella de carbono y este es uno de esos caminos", señaló.
Humberto Verdejo, académico de la escuela de ingeniería eléctrica de la Usach, coincidió en el potencial de Chile, pero planteó algunos desafíos. "El principal desafío que tiene la producción de hidrógeno verde es la necesidad de usar una gran cantidad de energía para el proceso de electrólisis. En este sentido, el gran potencial renovable que tiene Chile es una gran ventaja respecto a otros países puesto que los costos de producción de electricidad en base al viento es mucho menor que el uso de otras tecnologías. Sin embargo, para pensar en avanzar en producción masiva de este combustible es necesario resolver problemas asociados a la logística de almacenamiento del combustible verde y robustecer los sistemas de transmisión para que los puntos de producción no se encuentren en zonas tan extremas".