Cuenta el escritor Cristián Warnken que cada vez que camina por la calle y escucha algún insulto dirigido a él, como "facho", intenta conversar con el agresor y explicarle sus puntos de vista políticos, más amarillos que extremos. Y, aunque con esa actitud no ha tenido suerte, dice que lo seguirá haciendo.
La noche del lunes, alrededor de 70 ciclistas llegaron hasta Vitacura y se instalaron en el frontis de la casa del fundador de Amarillos por Chile para funarlo. "Gritaban mi nombre para que yo saliera, insultaban y tiraron carbón con la idea de decir que nos iban a quemar". Warnken y su familia no estaban en Santiago. En medio de la funa, llegaron carabineros a quienes repelieron lanzándoles objetos. El hecho terminó con cuatro detenidos.
La explicación que Warnken le da a este tipo de hechos es que son protagonizados por "personas que están en un estado síquico alterado, porque para ir a insultar a una persona de esa forma, es porque no se está equilibrado", afirma y es tajante en asegurar que a pesar de que a él Io traten de fascista, "así partió el fascismo (en Italia) y el nazismo en Alemania. Un grupo de jóvenes que iba a gritarles a los judíos a sus casas. Entonces este es un fascismo de ultra izquierda, pero es un fascismo. Eso de cancelar a quien piensa distinto a ti, generarle problemas en donde vive o trabaja, esas son formas de fascismo", advierte uno de los firmantes del acuerdo por un nuevo proceso constitucional.
-¿Por qué cree usted que la funa se ha tomado como un vehículo para hacer política?
-Claramente aquí hay grupos y un discurso político de gente que valida la violencia como arma política. En octubre de 2019 tuvimos un silencio que fue muy malo, no solo del Frente Amplio y de la izquierda más radical sino también de la centro izquierda que guardó silencio ante la quema de iglesias, del espacio público. Todo se fue normalizando y cuando eso ocurre las democracias se debilitan.
-¿Qué quiere conseguir al intentar dialogar con la gente que lo ofende?
-En general, cuando lo he hecho me encuentro con gritos y más insultos, pero también ha ocurrido que alguien se abre y le digo sentémonos a conversar, pero en general el nivel de fanatismo es muy alto. He recibido gritos desatados, como si yo fuera el demonio. Así partió Amarillos, de hecho. En la calle me gritaron fascista, amarillo y mi hijo me preguntó por qué me decían amarillo y le expliqué y por eso el nombre (Amarillos por Chile).
-¿Qué características cree que tienen las personas que funan?
-Hay personas que tienen problemas y encuentran un sentido en su vida cuando hay un enemigo y se forma una lógica de política sectaria.
- ¿Entonces hoy en Chile se ejercita una política sectaria?
-Ha habido mucho sectarismo y dentro de nuestro sector nos han acusado de traidores, nos han demonizado y eso, lamentablemente, tomado por alguien que tiene problemas sicológicos y emocionales, se transforma en violencia. Sin embargo, la gente está cansada de la violencia del griterío, de la intolerancia.
-¿Usted cree que si su postura política fuera más radical, para cualquier lado, no recibiría tanta crítica?
-Seguramente. Cuando escribí varias columnas sobre la postura de Piñera en educación yo era un ídolo y me funaba a través de redes la gente de derecha. De otros sectores, en cambio, me citaban, pero ahora soy un hereje. Hoy hay gente que ve todo en blanco y negro y no ve matices.
-En redes hay una crítica hacia usted que tiene que ver con que no tiene una carrera política y participa activamente en el proceso constituyente...
- Es absurdo. Yo no soy un profesional de la política, pero hay muchos casos de personas que vienen de otras áreas y llegan a la actividad política. Esto no fue un objetivo. Yo no quería convertirme en político. Si me preguntas, me gustaría estar tranquilo escribiendo, pero hago esto, porque hay una decadencia de la política grande y es un deber ético tratar de aportar como ciudadanos y me siento tranquilo por hacer las cosas en serenidad sin atacar a nadie.
-¿Con lo que pasó en su casa, volvería a tratar de conversar con una persona que lo quiere funar?
-Lo volvería a hacer, porque hay que salvar a la gente que está muy confundida y envenenada con odio. Soy profesor y creo que siempre hay que conversar con las nuevas generaciones que pierden su tiempo en ir a funar a gente a sus casas. Voy a conversar siempre, aunque sea exponiéndome a ataques.