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Jessica Abudinen aborda los beneficios de estar sin trabajo fijo

Jessica Abudinen (42) reconoce que los primeros días de su nueva situación laboral, se sintió un poco perdida. Pero rápidamente comenzó a ver los beneficios de renunciar a Zona Latina tras 12 años para dedicarse a su familia y a sí misma. La decisión la tomó en mayo y desde ahí a la fecha ha trabajado en algunas campañas con marcas y su rutina es completamente distinta. "Desde los 16 años nunca había parado de trabajar, a esa edad llegué a Extra jóvenes . Entonces, llevaba como 25 años en la tele", reflexiona la madre de Lucas (11), Samy (9), Amir (8) y Gael (3).

Ahora, en las mañanas, en vez de salir corriendo al canal, su marido se lleva a los tres niños mayores al colegio, y ella se toma 30 minutos para disfrutar un café y leer un libro. Después deja a Gael, el menor, en el jardín y luego, en compañía de sus dos perros, sube un cerro. Ahí, el ex rostro de "El club de los tigritos", extiende un mat, coloca música de relajación y elonga.

"Empecé a encontrar todas las cosas que realmente necesitaba. Mis cuatro niños son súper distintos y sentía que cuando terminaba de apagar una hoguera, venía otra. Era como una olla a presión y a eso súmale todo el estrés diario de la casa, el trabajo. Si hoy me preguntas, estoy feliz, fue una muy buena decisión (renunciar). Ahora hago toda la vida más pausada", resume.

"Cuando trabajaba, siempre me encargaba en las tardes de los niños. La diferencia es que ahora, en las mañanas, yo determino qué hago con mi vida. Hay que apretarse un poco el cinturón, quizás hay que cambiar un poco el estilo de vida, pero hay tantos pro. Tengo otra energía porque me empecé a dedicar a todas esas cosas que dejé postergadas. Obvio que estuve asustada y estoy súper agradecida de mi marido porque él ha sido un pilar fundamental para esta decisión", relata.

-¿En qué se han apretado el cinturón?
-En todo. Pero como yo venía hace meses pensando en mi salida, ahorré. Tengo un colchoncito que se me termina en febrero. Eso me ha dado solvencia y no me he visto ahogada. Me volví más mesurada y, por ejemplo, no me metí al gimnasio y entreno en mi casa. Antes salíamos a restaurantes y ahora yo invito a comer a mi casa. Esos pequeños cambios hacen la diferencia.

-¿Se ve siendo influencer?
-Creo que no soy muy buena para eso. Tengo varias amigas que sí son influencers y cuando salimos a almorzar le sacan fotos al plato, muestran con quien están... Hay que tener pasta y no cualquiera puede ser influencer. Sólo he aceptado campañas de marcas que realmente me gustan y en horarios donde yo puedo.

-¿Cuál es su reflexión sobre su cambio?
-Hoy bailo de alegría, te juro. Aparte, desde la pandemia tenía unos viajes postergados, y los pude hacer este año. Le dije a mi mamá que la invitaba donde ella quisiera ir y eligió conocer Las Vegas. Lo pasamos chancho y disfrutamos mucho juntas. También salimos con los niños y después con mi marido. ¿Cuándo me imaginé que en un año iba a viajar tres veces? Antes no tenía el tiempo y pude hacerlo porque compré esos pasajes antes. Me he regaloneado todo lo que he podido. Me entregué a la vida, jajajá. Ahora en la noche puedo tomar una copa de vino o ver una película con mi marido. Antes me quedaba dormida acostando a los niños.

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