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La fotógrafa Victoria Ansaldo durmió durante cinco meses en una VW Kombi

Victoria Ansaldo (26), ingeniera civil industrial y fotógrafa, desde niña soñaba con tener su propia Volkswagen Kombi. Juntó sus pesos y en 2017 pudo hacerse con un modelo 1985 fabricado en Brasil. El año siguiente se lo pasó en arreglos, con ayuda de un restaurador y haciendo modificaciones a su gusto. Desde ahí ha adoptado un estilo de vida nómade: cada año viaja por varios meses desde Viña del Mar hasta algún lugar que quiera visitar. Este 2022 se pasó cinco meses arriba de su vehículo.

Encontró el tradicional furgón en Yapo después de cuatro años de cotizaciones y dice que la conquistó con "el buen lejos". Tenía 25.000 km recorridos cuando y ella ha andado otros 45.000, "pero como estos vehículos llegan hasta los 99.000 kilómetros, uno nunca sabe si ya el odómetro dio la vuelta entera".

El restaurador la tuvo cinco meses para mejorarla. Y ella demoró seis meses en finalizar el interior, con harta madera en las terminaciones. Ansaldo viaja durante varios meses en ella, después vuelve y trabaja en otras cosas. "Siempre busco este equilibrio entre venir a la zona central a buscar otros proyectos, para después irme de viaje e implementar algunas campañas publicitarias en los trayecto".

El VW Kombi está por estos días en Puerto Natales, donde la dejó en su último viaje al cuidado de una conocida.

-¿Qué fue lo que más le costó para restaurarla?
-El óxido. En esa época yo no sabía tanto cómo identificar que un auto estaba en buenas condiciones; fui aprendiendo al ver al restaurador, que le cambió la máscara, el techo y un pedazo del piso.

-¿Por qué este estilo nómade?
-Llevo una vida totalmente nómade. Voy a mi casa una semana y después parto a otro lugar. Este año me tocó incluso formar parte de un viaje de buceo en Islas Maldivas. Por lo mismo, en diciembre me tomé una pausa porque estaba muy cansada de no tener un lugar fijo.

-Este gusto por la aventura es como bien millennial... 
-Es un poco el desapego. Tengo amigos a los que les gusta la estabilidad de una casa, un trabajo fijo, pero hay otras personas que he conocido viajando que son de mi mismo estilo, que viven un poco el día a día, buscando proyectos por aquí y por allá.

-¿Hay algo que cueste de llevar una vida así?
-Lo más difícil es no ver a mi familia, la graduación de mi hermana o no ver a mi sobrino, que es chico. Por eso ahora volví a pasar las fiestas con mi familia, para estar con ellos y ver a los abuelos.

El factor ducha

Para los días de viaje, la fotógrafa se las arregla con un bidón de 60 litros de agua, que usa para cocinar y también para ducharse. Le dura tres días. "Las duchas no son constantes, apago el agua a cada rato. Me mojo el pelo, me echo champú y voy cortando el agua para que dure. Así rinde más", cuenta.

-Debe ser complicado mantener su pelo largo impecable.
-Si, es difícil. Uno empieza a valorar más el agua. Como yo llevo solamente un bidón de 60 litros, los lavados son más intermitentes. De repente puede que no me bañe en tres días, pero siempre me lavo el pelo con buenos productos. Yo uso la línea Dove, por ejemplo, que son los que me quedan mejor.

-¿Y cuántos productos lleva para el pelo?
-Champú, acondicionador y máscara para desenredar el cabello, ya que es necesario para que este no se seque ni se quiebre. Y aceite también.

-Pero además está muy expuesta a la intemperie.
-El viento, el frío, el sol, todo eso te seca mucho el pelo. Entonces es muy importante tener una buena máscara capilar que te hidrate bien. En el último tiempo logré poner una ducha en la Kombi, porque antes no tenía, y el grifo del lavaplatos lo saco por la ventana y así me puedo duchar. Le pongo una pequeña carpa para que no se vea nada.

-¿Y nunca la han visto?
-No, es que por lo general busco lugares más solitarios. He usado la ducha en el sur, en la carretera austral, en Puerto Natales. Pero nadie se da cuenta porque la carpa tapa bien. De repente me pregunta cómo lo hago y ahí les muestro la carpa.

-Complicado usar agua fría cuando está muy helado.
-Cuando hace mucho frío, uno en verdad no se baña. Lo que hago es calentar agua en una olla o una tetera, juntar harta en una fuente y con una taza me voy lavando el pelo.

-¿Cuál es el lugar que más le ha gustado más ducharse en los viajes?
-Todos los lugares donde haya bosques, montañas, ríos; es bonita la naturaleza. Todo lo que no sea una ciudad.

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