En estos primeros días del año, Carla Jara (38) ha pasado por muchos sentimientos. Unos días antes de Navidad se hizo una fecundación in vitro, tras una semana el examen de la hormona del embarazo (gonadotropina coriónica) estaba altísima y al otro día una ecografía mostraba un embrión en vías de desarrollo. Tres días después del Año Nuevo empezó a sentir fuertes dolores. Era el signo que marcó la tercera pérdida de un embarazo para la actriz y su esposo, Francisco Kaminski.
Carla se dio un tiempo para compartir este trance en su cuenta de Instagram. Entre imágenes de ella inyectándose anticoagulantes durante el proceso de fecundación, el día de la implantación de los óvulos hasta el conmovedor final. El testimonio alcanzaba más de 119.000 me gusta.
El viernes, antes de retomar parte de sus actividades, como ir a animar Festikids (Corporación cultural de Las Condes), porque "es un paseo que Mariano (su hijo de 8 años) está esperando. No puedo fallar", Jara habla de este momento de luces y sombras.
-¿Qué pasó, Carla?
-Es nuestra tercera pérdida con Kami. La primera fue por embarazo natural en 2019. Ese fue un embarazo ectópico donde me tuvieron que cortar la trompa izquierda. Ahí fue mucho más grave porque llegué a la clínica con hemorragia interna. Después tuvimos una inseminación artificial en marzo de 2022 y Io perdimos en abril. Ahora fue una fecundación in vitro con dos de los 22 óvulos que se fecundaron. Me vinieron dolores punzantes al lado derecho y claro, el huevito, del otro nunca supimos, estaba en la trompa derecha y el óvulo fertilizado no sobrevive fuera del útero. Entonces había que sacar la trompa que me quedaba.
-Pensando que todo iba bien, ¿Cómo manejó las expectativas?
-Esta vez íbamos súper seguros, porque entre todos los estudios que me hicieron descubrieron que soy intolerante al gluten, así que cambié mi alimentación para desinflamar el cuerpo. Esta vez mis ilusiones fueron altas, súper altas, porque estaba apostando a mis últimas posibilidades, mis últimos huevitos. Pensé: si esta vez no funciona, seguimos de manera natural con la trompa que me quedaba. Pero cuando me entero que el huevo estaba en la trompa y había que sacarla, se me derrumbó el mundo. Abracé al doctor y lloré mucho rato. No podía entenderlo.
-¿Qué significa eso en términos del tratamiento?
-Ahora mis posibilidades son ínfimas, tendría que hacer el tratamiento de nuevo y es muy caro.
-¿En quién se cobija con este dolor?
-Me refugio en mi familia. Kami ha sido un pilar fundamental en este proceso. Él también Io pasa mal, él también sufre. Se angustia por la situación y por verme mal a mí. Mis amigas vinieron a verme, están mi mamá y mis hermanas. Así que estoy bien regaloneada.
-Estos días, ¿Qué han reflexionado con Kami?
-En estos casos no se puede hacer nada. Así que he pensado mucho en Marianito. Agradezco tenerlo en mi vida. Como nos ha costado tanto tener un segundo hijo me he dado cuenta que él es un regalo de la vida. A pesar que tuve varios síntomas de pérdida él se aferró a la vida. Es un niño sano, maravilloso, me alegra todos los días; es mi mayor refugio. Por eso también esta vez decidimos cuidarlo más y no le contamos nada. Con las primeras pérdidas lo pasó súper mal, tenía mucha rabia, así que esta vez le íbamos a contar cuando tuviera tres meses, pero no alcanzamos.
-¿Piensan alguna otra opción?
-En este momento no pienso en nada más que estar bien, sanar mi cuerpo, sanar mi corazón y mi cabeza antes de pensar en cualquier otra opción. Solo me siento afortunada de tener a Mariano, ese es mi consuelo, tengo un hijo, viví el embarazo, viví ese proceso. Queríamos tener otro u otros, pero no se pudo.