Rosemarie Eggers (25) siguió la presentación de su esposo Erick Wiemberg (28) como flamante refuerzo de Colo Colo desde su nuevo hogar en Santiago. La pareja dejó Concón un par de semanas antes de la confirmación de su fichaje y están ansiosos con el inicio de la temporada 2023. "Veo a Erick muy preparado, motivado y capacitado, con muchas ganas de demostrar todo lo que puede dar", cuenta su pareja y profesional de nutrición y dietética del Inacap.
-¿Qué piensa del desafío de reemplazar al lateral izquierdo Gabriel Suazo, el ex capitán?
-Es una gran labor, pero confío en sus capacidades. Sé que lo va a hacer de la mejor forma posible, sobre todo por la motivación y ganas que tiene de estar ya en la cancha.
La confianza de la señora de Wiemberg tiene relación directa con sus estudios. Ella es pieza clave en los cuidados alimenticios del futbolista, asesorándolo en todo momento. "Lo llego a tener mareado con los temas de alimentación, jajajá. Si bien él siempre ha estado con una educación alimentaria de base debido a su profesión, yo igual lo he ido ayudando con temas como el reemplazo de productos, por ejemplo. Siempre le digo cuántas calorías tiene un alimento. Eso sí, ninguno tiene un menú semanal ya que siempre tenemos cosas frescas y saludables en el refrigerador y ambos tomamos batidos según nuestros objetivos", explica Rosemarie.
-¿A qué se refiere con reemplazo de productos?
-Lo ayudo, por ejemplo, con qué marcas son más sanas que otras o cuáles son las más convenientes según el valor nutricional. Le recomiendo que coma jamón de pechuga de pavo, leche descremada y sin lactosa, fideos sin gluten e idealmente integrales. Con el tema de las calorías pasaba que como estudiaba tanto, a veces las decía en voz alta y Erick fue aprendiendo. Aunque ninguno de los dos es rayado con el tema, igual nos preocupamos de mantener un plato saludable, con carbohidratos, proteína, verduras o fruta y grasas saludables.
-¿De qué están hechos esos batidos que toman?
-Erick toma de proteína para cumplir con su ingesta adecuada diaria y yo también. Los mezclamos con un poco de leche descremada y un poco de agua. Cuando nos aburrimos del batido ponemos la proteína en una wafflera para comernos un waffle que queda muy rico.
-¿Y no chanchean nunca?
-Yo no mucho, pero Erick a veces pide algo más contundente debido a su gasto energético, aunque siempre escoge algo saludable. Si le dan ganas de fideos, comemos pad thai, que es en base de fideos de arroz. Si tiene ganas de algo dulce, hacemos cereales con proteína en polvo. Si quiere helado, hacemos helado con fruta congelada, con frambuesas, yogurt y esencia.
La pareja no solo comparte la pasión por una alimentación saludable, sino que también disfrutan panoramas sencillos y corrientes. "Nos gusta ir a entrenar juntos, pasear o caminar como dos abuelitos, mirar películas. Lo que más amo es tomar mate con él, me llena el corazón", asegura Rosemarie.
-¿Cómo nació el amor entre ustedes?
-Yo no era muy creyente del amor de cuento de hadas, pero con Erick me pasó algo que jamás pensé: descubrí el amor verdadero. Nos dimos el tiempo de conocernos. Comenzamos hablando en noviembre del 2021 y nos dimos cuenta de que nuestras vidas eran parecidas: nuestras familias y entorno están en el sur: los míos en Osorno y los suyos en Valdivia. La primera vez que nos vimos fue de casualidad y en Santiago.
-¿En serio se toparon casualmente?
-Erick quería juntarse en Concón ese día, pero le dije que no podía, sin mencionarle que iba a ir a Santiago. De repente, pum, nos topamos en el mismo lugar y me dio vergüenza porque le había dicho que no podía juntarme con él. Fue la coincidencia más cuática de mi vida. Después de eso Erick dio el primer paso y con el pasar del tiempo nos pusimos a pololear y más tarde a vivir juntos. En septiembre de este año me pidió matrimonio y nos casamos por el civil a principios de noviembre.
-¿Cómo definiría a Erick fuera de la cancha?
-Siempre me llamó la atención su manera de ser: honesto, sincero, caballero y la delicadeza con la que me ha tratado. Me ama tal cual soy, no me prohíbe nada y me deja ser. Siempre se anda riendo y esa alegría se contagia. Me enseñó que el amor verdadero no duele ni prohíbe; te cuida y protege.