El certificado de defunción de Nicolás Francisco Soto Estroz dice que la causa de su muerte es "traumatismo encéfalo craneano complicado/accidental (golpeado con barril de agua)". El voluntario de la Tercera Compañía de Bomberos de Villarrica había cumplido 20 años el 2 de septiembre del 2018 y el 3 de febrero del año siguiente estaba combatiendo incendios forestales en el sector de Pancul Mañío, de la comuna de Carahue, en la Región de La Araucanía.
"Mientras se desarrollaban las tareas de combate del fuego por personal de Bomberos, en faenas terrestres, también se encontraba cumpliendo operaciones al mismo fin un helicóptero, que prestaba servicios a la Corporación Nacional Forestal, Conaf", dice una demanda que presentó la familia del joven en el Tercer Juzgado Civil de Santiago. El helicóptero llevaba un canastillo para cargar y descargar agua, conocido como bambi bucket, que tiene una capacidad de entre 900 y 1.200 litros.
Soto y sus compañeros tuvieron problemas de agua y la Segunda Compañía de Nueva Imperial acudió en su ayuda. La tarea principal era proteger una sede vecinal.
El impacto
En pleno combate, Sebastián Curivil, en ese entonces de 24 años, bombero de Nueva Imperial, vio que el canastillo, sostenido por la aeronave, se dirigía directamente hacia él. Cerró los ojos, para esperar el golpe, pero sintió que alguien lo empujó. Nicolás Soto salvó a un bombero que apenas conocía, pero sufrió el impacto del bambi bucket."Dado que el helicóptero desarrollaba irresponsablemente, sin coordinación adecuada, sus tareas a baja altura, golpeó de manera brutal a Nicolás Francisco Soto Estroz", dice la demanda.
Francisco Javier Hurtado, abogado de la familia del bombero muerto, cuenta que "quedó acreditado en la primera etapa de la prueba de testigos, cuando declararon personas relevantes a nivel nacional de Bomberos, que Conaf no tenía protocolos de trabajo, de seguridad y de coordinación con esa institución".
Explica que cuando aeronaves y "personal humano" en tierra trabajan en un mismo lugar para controlar un incendio forestal debe haber comunicaciones y procedimientos para que no se produzcan accidentes.
"No existe una planificación adecuada entre los organismos participantes de un incendio de magnitud, externos a Conaf", dice un informe que esta institución elaboró sobre la muerte Nicolás. Explica los bomberos no tenían comunicación con el "encargado del incendio forestal".
El abogado del Cuerpo de Bomberos de Villarrica dice en un documento que "si acaso el hecho que causó el daño tuvo origen en la falta de coordinación entre las instituciones, entonces se debe advertir que quien tiene el deber jurídico de coordinar este tipo de labores es la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi)".
Soledad Araneda Undurraga, jueza titular del Tercer Juzgado Civil de Santiago, condenó a Conaf y a Bomberos a pagar una indemnización de $120.000.000 a la familia del voluntario fallecido, que debieran distribuirse de la siguiente manera:
- $60.000.000 para su madre, Ximena Estroz Beroíza.
- $20.000.000 para su hermana Belén Ramírez Estroz.
- $20.000.000 para su hermana Macarena Ramírez Estroz.
- $20.000.000 para su abuelo, Oriel Estroz Pinilla.
"Nicolás sí adoptó todas las medidas al momento de concurrir al combate del incendio que afectó el sector de Pancul Mañio, portando su uniforme y equipo, e incluso reaccionando para evitar que otro bombero fuera golpeado por el helibalde, lo que no puede considerarse en caso alguno una exposición imprudente al daño, sino una acción loable y desinteresada que reafirma su vocación de servicio", dice el fallo. Bomberos y la Conaf ya recurrieron a la Corte de Apelaciones.
La hoja de vida de Nicolás Soto menciona que entró a Bomberos el 2015, detalla sus cursos en la institución y dice que Sebastián Curivil no fue el único. La decisión que tomó el voluntario de Villarrica, de ser donante de órganos, permitió salvar más vidas.