La explicación sobre por qué Mario Velasco (44) estuvo sólo dos días en Miami, Florida, tiene relación con un circunstancial rol de padre-transportador. El conductor de "Zona de estrellas" (Zona Latina) escoltó a Julieta, su hija de 11 años, quien quedó al cuidado de su madre, la cantante y actriz Carolina Mestrovic (31), residente desde hace años en la ciudad norteamericana.
"Llegamos el domingo y partí el lunes, fue un viaje flash para dejar a la Juli... pasa que estamos partiendo algunos trámites porque ella se va a vivir allá en agosto", contextualiza Mario, sujeto que además de interactuar con su retoña y la madre de ella, compartió con Jonathan Freudman (32), actor venezolano, marido desde 2019 de Carolina.
¿Cómo se lleva con Jonathan?
"Me llevo súper bien. Él es un amor. Como buen venezolano es conversador, histriónico, chistoso, buena onda, generoso, muy cariñoso con la Juli. Te podría decir puras cosas positivas de él. De verdad, siento que la Caro se encontró un buen marido. La admiro y siempre voy a querer que esté bien y le pase lo mejor".El último itinerario floridano de Mario corrobora la versión amistosa: durante su breve estadía, tuvieron un asado familiar con los papás de Jonathan, pasaron las jornadas juntos y cenaron todos sonrientes en un restaurante de Coral Gables, donde documentaron el momento con fotografías. "Con decirte que me quedé a alojar en la casa de los chicos (Carolina y su esposo), eso ya te habla de una situación especial", ejemplifica Velasco.
"Gracias a Dios todos nos llevamos muy bien, Jonathan y Mario también, estoy súper contenta con eso", establece Carolina Mestrovic desde Miami. "La dinámica entre los dos es de muy buena onda, no sé cómo describirlo de otra manera. Los tres tenemos esta buena relación, como de amigos. Lo más importante es que Juli también está súper feliz con la relación y la dinámica que llevamos todos como familia", expresa.
Es una familia extendida.
"Sí, y estoy súper agradecida por eso. Todo ha sido muy fluido, no hay nada forzado. Simplemente nos llevamos bien y es una relación de amigos entre todos. Se ha dado así, obviamente, por el trabajo de todos y de respetarnos, de querernos y de aprovecharnos como familia y sobre todo, priorizar a Juli, para que tenga la mejor experiencia y dinámica conviviendo con las dos partes de su familia".Mario reflexiona: "Ojalá todo el mundo que se separa pudiese apelar a algo así. Yo creo que finalmente los que se benefician de este tipo de relaciones sanas son los niños. Uno tiene que tener la grandeza, la madurez de poder dejar ciertas cosas de lado, como los egos, que pueden estar presentes tras separarte de una pareja. Después, con el tiempo, esas cosas se van amainando y van pasando y ahí uno puede construir algo que, en el fondo, es para toda la vida".
"Mario como papá es increíble, un 7, nos llevamos súper bien. No podría estar más feliz de la relación que hemos llevado y de poder comunicarnos bien en términos de las cosas de Julieta. Siempre hay que poner las cosas en virtud de nuestra hija, que ella esté feliz y trabajar como papás para que eso se mantenga", sigue Carolina.