Cada vez más personas prefieren quedarse en casa durante la noche que salir con gente. Seguridad, tranquilidad, economía y la amplia oferta tecnológica hacen que el estilo de vida esté cambiando. La entretención asociada a una disco o un bar repleto, al parecer, van a la baja, Tal vez por un movimiento pendular al fervor que se vivió apenas se superaron las restricciones pospandemia.
Diversos artículos hablan del placer de armarse un panorama en solitario o que la compañía esté online. Cuando "The Guardian" publicó una encuesta que arrojó que la mayoría de los jóvenes prefiere una noche de sofá y Netflix a salir con amigos el cocooning comenzaba a ser un fenómeno mundial. Este término fue acuñado a fines de los 80 por la agencia de marketing Faith Popcorn.
Cocoon en inglés significa capullo y la palabra cocooning es utilizada para aludir a la acción de esconderse y es lo que muchas personas prefieren antes de salir. En chile, según el último estudio de Cadem sobre la materia, el 78% de las personas prefiere entretenerse en casa que salir. Por lo tanto, puede que usted sea adicto al cocooning y esta es una breve guía para identificarlo.
Sentirse mejor en la casa que en otro lado: "A mi casa le dicen la cueva del oso", cuenta el escritor Carlos Otondo (39), sobre su querido hogar en Providencia. "Mi panorama el fin de semana es acá, en mi casa, solo, con mi perro, me gusta estar acá, en la zona de confort", cuenta.
Armar su hogar con todo lo necesario: desde sus intereses, del espacio y también de su presupuesto, va de la mano con esta tendencia que convierta su hogar en una fortaleza. "Ahora está el nuevo Zelda (videojuego) que es un fenómeno mundial. Tengo libros, un perro y una estufa", dice. Otondo desde su casa llena de cuadros pintados por él.
Salir por obligación: "Cuando estaba pololeando, muchas veces inventaba que estaba enfermo para no salir, me cargaba", cuenta el escritor. "Me invitaron a una fiesta en Espacio Riesco y tengo que ir solo por compromiso. Sinceramente, prefería quedarme aquí en mi casa jugando", agrega.
Pasar más de un mes sin salir de noche: "Yo diría que estuve hasta tres meses sin salir", cuenta Otondo. ¿Y qué hacía los fines de semana? Netflix, Nintendo o el computador eran y son los panoramas que siempre tengo para los fines de semana", reconoce.
Apego al streaming: a estas alturas, Netfiix ya es un genérico que funciona como sinónimo de quedarse viendo algo en plataformas de streaming. "Cuando veo a gente en Instagram pasándolo bien en lugares gigantes, llenos de gente, no me da envidia, me agota", resume el autor del libro "Macho Beta".
Ansiedad social: no le ocurre a todos, pero fue el caso de Carlos Otondo: "Las reuniones sociales me estresan, me dan un poco de ansiedad. Prefiero estar acá, es mi espacio seguro y me relaja más que ir a un lugar en que no sé si todos me caigan bien. Aunque, lamentablemente, muchas veces me tengo que obligar a ir, por recomendación de mi sicólogo", reconoce.
No tiene nada de malo
"Esta nueva tendencia del cocooning no es necesariamente algo negativo", comenta Paulina Soto, sicóloga de UpFeel. "La palabra adicción no describe un comportamiento que implique algo patológico, como es quedarse en casa. Sin embargo, el aislamiento social por cuenta propia está más cerca de ser un comportamiento poco saludable a la hora de no salir de casa, por Io que va a depender de distintos factores si pasa a ser dañino para nosotros o no", plantea."En primer lugar, depende del tiempo transcurrido sin salir de casa: ¿días, meses, años? y la razón asociada a no salir. Por ejemplo, comodidad, preferencia de actividades en el hogar, dependencia para salir asociada a alguna condición física/sicológica o, más bien, miedo a salir por diferentes motivos; es diferente para cada caso", menciona la sicóloga.
"Por otro lado, ¿está la disposición a salir en caso de alguna necesidad o emergencia? Esta pregunta nos orienta a discernir si realmente existe algún conflicto de carácter sicológico o emocional asociado al salir de casa", resume la profesional.
Comodidad y ahorro de tiempo
Nicolás Silva, director de Tecnología de Asimov Consultores, desde el punto de vista de la tecnología, opina que la pandemia aceleró la tendencia por quedarse en casa. "Nos vimos obligados a adaptarnos y encontrar nuevas formas de entretenimiento, trabajo y socialización dentro de nuestros propios hogares", explica sobre esta tendencia que impulsó a las empresas a innovar y mejorar sus ofertas de bienes y servicios para el consumo en casa."Antes era impensable que una compra en línea pudiera llegar a nuestro hogar en cuestión de minutos, pero ahora ocurre comúnmente", resalta Silva. "La principal ventaja de este comportamiento es la comodidad y el ahorro de tiempo. Las operaciones bancarias, el trabajo, la educación y las compras ahora se pueden realizar con más facilidad que nunca, gracias a las nuevas tecnologías", argumenta.