Si le atrae la vida policial, esta es una buena oportunidad para unirse a la PDI, que necesita formar un total de 150 asistentes policiales, como se denomina a los encargados de apoyar en terreno la labor de los detectives.
La opción está abierta para hombres y mujeres que cumplan con los siguientes requisitos: ser chileno/a, tener entre 18 y 30 años, situación militar al día (no implica haber realizado el Servicio Militar), egresado/a de enseñanza media, salud compatible, antecedentes personales y familiares intachables y contar con licencia de conducir clase B o profesional.
¿Pueden postular profesionales? "Sí, no hay ninguna restricción. De hecho, en las últimas dos promociones prácticamente el 47% tenían títulos profesionales. Haber terminado la enseñanza media es la educación mínima que exigimos", aclara el prefecto inspector Christian Fuentes, director del Centro de Capacitación Profesional (Cecapro) de la PD', donde se forman los asistentes policiales.
Los criterios de selección incluyen una prueba sicotécnica, pruebas físicas, exámenes evaluación sicolaboral, médicos Y dentales, evaluación de entrevista, antecedentes y promedio de notas de enseñanza media (NEM).
Postulación online gratuita hasta el domingo 14 de mayo en cecapro.cl; se necesita contar con Clave Única.
Formación gratuita
Los elegidos comenzarán su formación en febrero de 2024. "No se cancela matrícula ni arancel, el proceso completo de estudio es gratuito", destaca el prefecto inspector.La malla de estudios comprende cuatro semestres: los dos primeros en régimen de internado y los restantes como práctica profesional en una unidad de la PDI. "Durante el período que están estudiando perciben una remuneración mínima cercana a los $400.000", señala el oficial.
Al terminar el segundo semestre obtienen el nombramiento de asistente policial y comienzan a recibir el sueldo correspondiente al grado 18 en la escala única de sueldos, que a marzo de este año era de $659.393 bruto.
La remuneración va subiendo a medida que se asciende en el escalafón y se suman años de labor, donde los asistentes policiales pueden alcanzar hasta el grado II (ver tabla). "Hay diferencias de bonos, de asignaciones de zonas donde sean posteriormente destinados, eso puede generar una variación", advierte.
Áreas de trabajo
Una característica del cargo es que se puede acceder a especializaciones a través de cursos, que se toman una vez terminados los dos años de formación. "Ellos llegan a las unidades operativas a cumplir una función principal de asistir la labor del oficial policial; pero también se desempeñan en funciones bastante diversas", explica el oficial."Actualmente tenemos varios asistentes policiales que trabajan en migraciones, realizando controles migratorios en frontera y fiscalizaciones a extranjeros", señala.
"Hay muchos otros que desempeñan funciones como guías caninos, para colaborar en detección de drogas, armas y municiones", enumera. "Otra área es PPI (Protección de Personas Importantes), que se encargan de custodiar a las autoridades y altos cargos públicos", agrega.
"También tenemos gente trabajando como operadores tácticos, que son los equipos que participan en los procedimientos de registro de inmuebles y control de personas de alto riesgo", indica.
"Además, estamos incorporando a la recuperación y manejo de evidencia y estamos viendo la posibilidad de que se integren, en el futuro, a los equipos de trabajo que se dedican al tráfico de drogas en pequeñas cantidades", sostiene el prefecto inspector Fuentes.
La experiencia de un PPI
José Flores (30), estudió para ser prevencionista de riesgos y trabajó en eso durante siete años. Pero pudo más su gusto por la carrera investigativa y terminó postulando para convertirse en asistente policial. Hoy forma parte de la unidad de Protección de Personas Importantes (PPI).Su labor es estar al lado de la persona que cuida, que generalmente es alguna autoridad nacional. "Básicamente lo que se hace es analizar amenazas, mitigarlas, evacuar a los protegidos, fijarse que los traslados sean de manera directa, rápidos", detalla.
"El mundo real no es muy ajeno a lo que sale en las películas, cuando uno ve a los escoltas con el terno y con un auricular en su oreja; detectan una amenaza y tienen que actuar", reconoce.
La tarea la desempeña en coordinación con el chofer, por ejemplo. "Esto se desarrolla bajo un equipo de trabajo y todos tienen una labor", indica.
Cuenta que se ha capacitado en medicina táctica, atención a víctimas, derechos humanos y lengua de señas. También le ha tocado proteger a personal de la ONU, trabajando en estrecha colaboración con la policía peruana y colombiana. "Tenemos esta mística de poder complementar experiencias con colegas que hacen la misma labor", sostiene.
Después de casi cuatro años de trabajo en la PDI, afirma que no se arrepiente de haber dejado la vida de civil. "Es un mundo totalmente distinto, levantarse día a día pensado quizás hoy nos va a tocar actuar, tal vez nos va a tocar contener a alguien. Es un crecimiento profesional y personal, y eso no en todos los trabajos se da".