Una serie de símbolos acompañaron los ataúdes de los dos jóvenes muertos la madrugada del miércoles en un portonazo frustrado en Santiago centro, cuyos cuerpos fueron velados este viernes en una sede social de Ñuñoa.
En el frontis colgaban pendones con las imágenes de los dos fallecidos y una corona con pistolas enfrentadas hechas con flores blancas. En el ataúd del menor de ellos, de 16 años, había un arma y balas formando el dibujo de un corazón. Durante la noche, los tradicionales fuegos artificiales y disparos al aire dejaron un detenido este viernes.
Sus cercanos se encargaron de difundir todos estos emblemas a través de varias redes sociales.
Un ritual en vísperas de su funeral, este sábado, en el Cementerio General. Una despedida de alto riesgo, según el despliegue de Carabineros.
El sociólogo Rodrigo Larraín, académico de la Universidad Central (Ucen) se enteró de estos detalles y comenta: "Cuando uno muere y es delincuente, se ha vivido una vida como al revés. Eso se llama inversión cultural. Entonces la vida tiene que tener sentido, porque ya se murió y no puede hacer más mérito. Por eso el grupo arma un rito, para dar una pertenencia".
Un ejemplo de eso son los pendones, característicos de instituciones o cofradías. "Las pistolas cruzadas en todas partes son como los huesos de la calavera, como un seudo escudo de armas. Las dos armas significan que la persona se agarró a balazos de ida y vuelta. Son ideas universales", analiza Larraín.
Agrega que las armas enfrentadas también simbolizan una muerte heroica para los suyos. "Aunque parezca que todo está hecho para el difunto, en realidad lo está para su grupo, su familia, sus conocidos y otros", advierte.
El académico dice que como muchos de ellos, por razones obvias, no irán al funeral, le hacen este homenaje público. Acerca de poner pistolas y balas sobre su urna, según su análisis, significa "un desafío a la legalidad, al igual que lanzar fuegos artificiales o balazos".
Asegura que todo tiende a simbolizar para el resto de la gente que el fallecido no es cualquier persona. Incluso después se le construyen fastuosas animitas, para decir que "tu recuerdo permanecerá para siempre".
Larraín dice que estos jóvenes no tienen sentido de que los pueden matar, entonces "lo que compensa todo es esta simbología del ritual".
Mensaje para todos
El especialista en seguridad Ralph Wladdimiro Harvey complementa: "Se sabe que los fallecidos son parte de un grupo grande de menores delincuentes, en este caso el imaginario no aplica a la edad, aplica a mensajes visuales de venganza y recrudecimiento contra todos los que ellos consideren enemigos o culpables".Según su análisis, todos los símbolos que rodean este tipo de funerales, especialmente el de estos dos adolescentes, "buscan mostrar poder para inspirar miedo en la sociedad o en quienes deben combatir sus acciones, desafiar a un Estado, incluso dirigiéndose a las personas que han sido víctimas o parte de sus acciones".
Wladdimiro, de la empresa VipSeguridad, plantea que "la simbología siempre se relaciona con la muerte, violencia, sangre, asesinatos, torturas y similares". Para ello se usan tatuajes, números, letras, grafitis, armas a la vista y hasta cocaína.