Fierros retorcidos, ventanas con vidrios quebrados, partes de una cortina metálica completamente dobladas y muchos escombros era el panorama que podía verse en la mañana del domingo a la altura del 4781 de la avenida Independencia, a pasos del metro Vivaceta, en la comuna de Conchalí.
El motivo: una explosión que se produjo cerca de las 22:30 horas del sábado al interior de un local comercial que vendía verduras, pollos asados y papas fritas. A esa hora el negocio estaba cerrado y completamente vacío, pero el estallido igualmente tuvo trágicas consecuencias.
Paolo Chamorro, vecino de la calle Campanario, cuenta que sintió un estruendo y salió de inmediato a ver qué pasaba.
"Pensé que era en la bomba de bencina o el Metro", comenta.
Al llegar al lugar se sorprendió con lo que encontró.
"Salió todo disparado hacia la calle, los refrigeradores, los muebles", señala. "También había dos personas en la vereda, que ya estaban haciéndole reanimación", agrega.
En las escenas de una cámara de seguridad se puede ver que los dos hombres pasaron caminando en el momento en que se produjo la explosión. Se encontraban exactamente frente al local, en el área donde llegaron disparados todos los objetos por la detonación.
Justo al lado, en la farmacia "Valle de vida", dos empleados estaban cerrando la jornada, ya poniendo los candados por fuera. Ellos también recibieron la fuerza del impacto, pero no resultaron heridos.
"Los dos peatones sufrieron lesiones que se provocan por la onda expansiva de la explosión", explica el capitán Luis Muñoz, oficial de ronda de la Prefectura Santiago Norte.
Los heridos, de nacionalidad haitiana, fueron trasladado a distintos centros asistenciales: uno al Hospital San José, mientras que al otro lo llevaron al Hospital J.J. Aguirre, según señaló Carabineros. A las pocas horas se confirmó que ambos habían fallecido.
"Bomberos descartó la intervención de terceros, toda vez que el perito de incendios de esa institución señala que el origen de esto fue provocado por emanación de gas", plantea el capitán Muñoz.
La hipótesis principal apuntaba a un balón de gas licuado. Hasta el cierre de esta edición continuaba la investigación para determinar el punto exacto donde se produjo la fuga.
La información preliminar era que los fallecidos tenían 27 y 32 años; según dijeron algunos vecinos, llevaban cerca de cinco años viviendo en Chile, pero ese dato no había sido confirmado por las autoridades.
Mientras los trabajadores del local afectado limpiaban su interior, la farmacia aledaña tenía abierta sus puertas. Lo mismo pasaba en la carnicería "Don Pedro", ubicada al otro lado del negocio de comida, que también atendía a sus clientes, pese a que se vino abajo la muralla divisoria que mantenían.
Junior Nicolás, ciudadano de nacionalidad haitiana que se dedica a vender accesorios de celulares, se encontraba en el lugar mientras se realizaba la limpieza.
"Por acá circulan muchos haitianos, van a una iglesia que está cerca. También varios venden en el sector", señala. "En este local compro verduras, tomates, papas fritas para el almuerzo. Es una pena, le pudo haber pasado a cualquier persona".