La madrugada del domingo 16 de abril, el profesor de Educación Física Francisco Lincheo ingresó a su cuenta de Facebook y escribió un mensaje desde la tristeza más profunda.
"El peor negocio de mi vida", posteó. "El cantante Cris MJ me cobró 30 millones de pesos, le pagué 17 millones más un cheque de 13 millones. Fui con mi socio a rogarle que se bajara y no quiso. Me obligó a regalar entradas porque si la gente no llenaba la cancha, tampoco iba a salir. Me salió 23 millones más. Estoy destrozado".
Lincheo, que a lo más había organizado campeonatos deportivos en su Iquique natal, se entusiasmó con la posibilidad de organizar un concierto del cantante urbano Cris MJ, creyendo que era coser y cantar. "Pero quedé en bancarrota", confesó.
El comentario en Facebook lo hizo minutos después de terminado el concierto, sin pensar que se compartiría hasta el hartazgo en redes sociales. Dos días después llegaría a los ojos de Cris MJ, cuyo nombre real es Cristopher Álvarez. El cantante decidió responder a través de un video.
"Agradezcan que les hice el concierto, no saben na", dijo Cris MJ, sazonando el mensaje con algunas groserías. Pero lo importante en este caso no son las palabras, sino las imágenes. Mientras hablaba, manipulaba lo que parecía ser un arma automática, con cargador y todo.
Porte ilegal
La Fiscalía de Tarapacá no esperó una denuncia para actuar. De oficio, inició una investigación por posible porte ilegal de arma y ordenó la incautación del aparato. Si la pericia del arma, que estuvo a cargo del Laboratorio de Criminalística de la PDI, determinaba que era verdadera o que estaba adaptada para disparar, el cantante arriesgaba una pena desde tres años y un día hasta diez años de prisión.El resultado de la pericia acaba de salir. "El arma es de fantasía", confirmaron desde la fiscalía. Esto quiere decir, agregaron, que la investigación sobre Cris MJ llega a su fin, pero se mantiene la causa por amenazas contra el padre del cantante, a quien se acusa de mandar audios de grueso calibre a Lincheo.
Que se acabe
Pero el profesor de Educación Física está en otra. "Por mi parte, ojalá que esta cuestión muera rápido", dice. "Como quedé en la bancarrota completa y quedé endeudado con medio mundo acá, no me gustaría pagar abogados. Pero si me demandan o cualquier cosa, voy a contraatacar y ahí sí los voy a demandar por incumplimiento de contrato y por amenazas".Jorge Álvarez, padre de Cris MJ, y que está siendo investigado por amenazas, dijo que sabía cuál sería el resultado de la pericia de la PDI "porque el arma nunca fue real".
Sobre su hijo, dijo que "él está bien, motivado, ensayando a full" y que en estos momentos se encuentra en Estados Unidos. "Claro que le afectó esto, por las cosas malas que se hablaron, pero nosotros somos fuertes y sabemos salir adelante".
Por último, por la causa de amenazas en su contra que sigue la fiscalía, dice que efectivamente le dijo ciertas cosas a Lincheo, "pero nunca fueron amenazas". "Quizás le dije algo porque trató mal a mi hijo y como papá igual reaccioné", comenta.
La pericia
Héctor Casanova, director del Departamento de Balística y Explosivos del Colegio de Criminalística de Chile (Colcrim), explica que la pericia para comprobar si una pistola es real, de fantasía o adaptada para disparar, comienza con aspectos formales y termina con una prueba de tiro."Lo primero es una observación visual", dice. "Los fabricantes de un arma convencional colocan número de inscripción y modelo, y las armas de fogueo también, dependiendo del fabricante. Después viene la revisión de todos los sistemas. Es decir, si hay una coordinación entre el disparador y el gatillo o percutor, si funciona el seguro, etcétera".
Un aspecto decidor en estos casos, prosigue Casanova, es el cañón. "Un arma de fogueo está obturada o semiobturada. Hay ciertas armas de fogueo que tienen una pequeña abertura por donde se libera aire que simula un disparo, pero por donde no puede pasar una bala", explica. "Para adaptarla al disparo, los delincuentes le meten un taladro y perforan la obturación, pero dejan el interior del cañón muy irregular".
En un arma convencional, en cambio, "la bala que le corresponde entra justo, no queda suelta, como ocurriría con un arma adaptada (producto del taladro), y lo más importante, el cañón está estriado".
El estriado, explica Casanova, "son rayas longitudinales que vienen con una leve torsión. Cuando la bala pasa por ahí, adquiere un movimiento de rotación que le permite una mejor precisión en el disparo. Las armas de fogueo adaptadas no vienen con este estriado y por eso mismo sus disparos son muy poco precisos".
Por último, viene la prueba de disparo. Qué mejor prueba si un arma está adaptada para disparar si, efectivamente, dispara una bala. Pero las armas adaptadas encierran un nesgo.
"El material de las armas de fogueo es muy distinto al de las armas convencionales. No están hechas para aguantar la alta presión interna que genera un disparo, así que siempre existe la posibilidad de que el arma explote al dispararla", explica el perito. "Para dispararla, Io que se hace en estos casos es montarla en un potro o caballete de disparo, que permite fijar el arma y percutarla de manera remota"