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conmemoración de los 50 años del golpe de Estado

La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado estuvo marcada por un clima tenso. En la mañana de este lunes, el gobierno efectuó el acto oficial sin la presencia de la oposición. Entrada la tarde, en la Sala de la Cámara predominaron los gritos y recriminaciones cruzadas durante el minuto de silencio en honor a Salvador Allende. Claudio Alvarado, director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) y abogado de profesión, ha trabajado hace 10 años en temas de reconciliación e historia política. Aquí, entrega su mirada sobre los 50 años del Golpe de Estado de 1973.

En el acto de este lunes no estuvo la oposición. ¿Cree que su presencia a la ceremonia era un signo importante de unión de la clase política?
"En abstracto, habría sido muy positivo y deseable que la clase política ofreciera una señal de unidad en esta conmemoración. Lo cierto, sin embargo, es que durante las últimas semanas y meses se fueron deteriorando las condiciones que habrían hecho posible algo así. Y en esto tienen gran responsabilidad La Moneda y, en particular, el Presidente Boric".

¿El gobierno hizo los esfuerzos suficientes para convocar a todos los sectores?
"No. De hecho, con o sin buscarlo, el gobierno terminó distanciando a todos los que no abrazan el discurso que hoy domina en las elites de izquierda. Después de esta conmemoración la ciudadanía está desafectada del 11 de septiembre, hastiada incluso, y la oposición más lejos que antes. Y eso no es casual. Reivindicar al expresidente Allende o la Unidad Popular quizá logre unir a las izquierdas, pero al costo de dividir más al país".

¿Qué faltó para que la derecha aceptara ir a la ceremonia?
"Para decirlo en términos del propio gobierno, se debió perseverar en la agenda que esbozó Patricio Fernández y que terminó desencadenando su salida. Esto suponía, fundamentalmente, poner el foco en una condena categórica y transversal a las violaciones a los derechos humanos, y a la vez asumir que no habría otro factor de unidad posible. Porque, por más ingrato que sea para La Moneda, existe un debate abierto e inacabable en torno al quiebre de la democracia y los antecedentes del golpe de Estado".

¿Hubo errores de ambos lados para llegar a un acercamiento de por qué ocurrió el quiebre democrático?
"Ciertamente han existido expresiones desafortunadas en ambos polos del espectro político, pero en un país presidencialista como Chile, la principal responsabilidad de generar las condiciones para el diálogo recae en el gobierno de turno. Si desde un comienzo el foco hubiera estado, por ejemplo, en el Plan de Búsqueda, el clima político probablemente hoy sería otro".

¿Qué debe realizar la clase política para llegar a un encuentro entre todos los sectores?
"Hay una semejanza entre los pocos esfuerzos transversales de estos días, como la carta que firmaron 1 5 diputados que van desde RN al Partido Socialista, y los consensos que se fueron alcanzando en el Chile posdictadura, como el Acuerdo de la Mesa de Diálogo. Este tipo de esfuerzos se apoya, básicamente, en tres pilares simultáneos: primero, la condena inequívoca a las violaciones a los derechos humanos; segundo, la tolerancia al disenso histórico y político sobre los antecedentes del golpe de 1 973; y tercero, el rechazo a la violencia como método de acción política. Me parece que ese es el camino".

¿Qué lecciones podemos sacar para el futuro de lo que sucedió en torno al 11 de septiembre de 1973?
"Citando a la Premio Nacional de Historia Sol Serrano, la principal lección que podemos sacar es que cuando la política no está a la altura de las circunstancias y va abandonando su rol, ese espacio Io toma la violencia. Entonces, si uno quiere evitar que ocurran hechos que sucedieron alrededor del 11 de septiembre de 1973, la política tiene que estar a la altura. Esto es muy importante, porque cuando la violencia se toma la escena, las cosas necesariamente terminan mal. Uno no sabe hacia qué lado van al final, pero terminan mal".

¿Por qué esta conmemoración ha sido más tensa que otras anteriores?
"Porque en los últimos años, y en particular desde octubre de 2019, se han ido quebrando los pilares que recién comentábamos. Para mencionar ejemplos recientes, la diputada Naveillán (independiente de derecha) desconoció determinadas violaciones a los derechos humanos, el Presidente Boric ha ido negando toda legitimidad al disenso histórico, y una parte significativa del oficialismo actual validó expresa o tácitamente la destrucción, el saqueo, el vandalismo y el pillaje luego del 18 de octubre. La conmemoración actual es hija de ese clima eléctrico, parafraseando al mandatario".

¿Son los detenidos desaparecidos el gran tope para una reconciliación?
"Sin lugar a duda, son la principal herida de la brutal represión que se desencadenó luego del golpe de Estado. Ya lo advertía en los años noventa Gonzalo Vial: la transición quedaría siempre inconclusa mientras no se hiciera absolutamente todo lo posible por reparar dicha herida, que atenta contra principios básicos de justicia ya presentes en Antígona de Sófocles. Ese es el valor de Plan de Búsqueda, y por lo mismo es tan difícil de entender que el gobierno no haya articulado esta conmemoración en torno a este esfuerzo".

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