"Yo fui irresponsable". La reflexión culposa pertenece a Isidora Carvallo (1 8), la hija mayor de Nicole Pérez - exintegrante de "Mekano" y "Yingo"-, quien tuvo que ser internada el domingo en la clínica Santa María a raíz de una severa descompensación derivada de la diabetes tipo I que le descubrieron hace tres años. Hoy ya está en su casa, pero lo que vivió pudo ser muy complejo.
Para entender todo hay que volver al sábado. En la noche, Isidora comió ceviche y el domingo amaneció enferma. "Empecé, en la mañana, con dolor de guata y vómitos. Pensamos que era una intoxicación. Tomé de todo y nada me hizo efecto, así que en la noche le dije a mi mamá que me llevara a la clínica", relata la joven. Su mamá, agrega: "La dejaron internada porque ya estaba con cetoacidosis, que es una descompensación de la diabetes mal".
Nicole no exagera en su apreciación. Cecilia Vargas, diabetóloga de la Clínica Alemana, explica que la cetoacidosis "es una de las emergencias hiperglicémicas más importantes y consiste en que la persona no tiene la cantidad suficiente de insulina para inhibir la producción de cuerpos cetónicos y estos cuerpos cetónicos hacen que la sangre de la persona se ponga ácida. Esa acidez genera varias alteraciones en la persona como náuseas, vómitos y confusión mental". La profesional agrega que la persona "comienza a orinar de manera abundante, a deshidratarse y a alterarse hemodinámicamente, bajando la presión arterial. Es bastante complejo, porque además al orinar mucho se eliminan electrolitos y pueden tener niveles de potasio muy bajo, lo que puede generar arritmias. Es una complicación aguda grave", asegura, recalcando que la cetoacidosis se da, mayoritariamente, en personas que presentan diabetes tipo 1.
Tras el diagnóstico de Isidora se buscó el origen del problema y ahí vino el mea culpa de la joven. Como paciente con diabetes tipo I, Isidora debe seguir una rutina al comer. "Ella se tiene que inyectar insulina todos los días, en la mañana, y cada vez que va a comer tiene que medirse la glucosa (pinchándose el dedo)", detalla Nicole e Isidora sigue: "Cuando voy a comer carbohidratos tengo que medirme. Si el azúcar está baja tengo que tomar un vaso de Coca Cola normal o unos Frugelé y si está alta tengo que corregir e inyectarme insulina". Eso último fue lo que comenzó a dejar de lado la joven.
La mamá acusa: "La Isi no ha tenido un buen manejo de la diabetes. Ahora último comía pero no se medía para ver cuanta insulina ponerse, calculaba al ojo. Estaba siendo irresponsable en el manejo de su diabetes. Yo no puedo estar ahí pinchándola", asegura y la hija reconoce: "La glicemia la tenía alta hace varios días, no me di cuenta y pasó esto. Soy porfiada y, más que nada, floja. Fue de floja, si estaba en el primer piso (de la casa) y el medidor estaba en el segundo piso, no me medía (la glicemia) y me inyectaba nomás, o decía mañana me mido una irresponsabilidad total. No pensaba que me iba a pasar algo grave, pero ahora aprendí la lección, ahora sí que sí".
Sobre la poca rigurosidad que podrían tener los jóvenes con sus tratamientos, la profesional recalca: "Es un grupo especial en cuanto al manejo. Muchos niños debutan en la infancia con la diabetes tipo I y ahí dependen de los papás, quienes se hacen cargo de la condición, pero cuando ya son adolescentes les pasa lo que a todos los adolescentes, buscan su independencia y se produce una especie de rebeldía. Es una población donde hay que tener un manejo enfatizando el autocuidado".
Después de ser dada de alta, Isidora se quedó esté miércoles en reposo en su casa y Nicole plantea un deseo: "Ojalá que ahora se comprometa (con seguir bien el tratamiento), sobre todo después de salir en el diario". Isidora asegura que será así: "Si no, mi mamá me lo va a sacar en cara