100 años cumplió la emblemática casona neoclásica que albergó a la clínica Sara Moncada, que funcionó hasta 2017. Se construyó en 1923 y la obra estuvo a cargo del destacado arquitecto nacional Alberto Cruz Montt, quien diseñó también el Palacio Astoreca, el Palacio Irarrázaval, el Castillo Ross, el Palacio Ariztía, el Club de la Unión y la Catedral de Valparaíso.
El doctor Carlos Arias Gálvez (80), hijo del médico obstetra Santiago Arias Moncada, fundador de la clínica, dice que inicialmente el terreno era de Marta Cousiño, ligada a la familia Cousiño, pero por problemas de salud de su pareja francesa no pudo vivir en dicho inmueble. Lo vendió entonces a la familia Johnson Edwards, que vivió ahí hasta 1965, año en el que su papá adquirió la propiedad.
Los hijos de la familia Johnson hicieron su vida, el padre de ellos murió y la mujer quedó sola. Como no quería vivir en una casa tan grande, decidió ponerla en venta. Santiago Arias llegó de pura casualidad. Justo andaba buscando un terreno grande para montar su clínica, que ya funcionaba en otro sector de Santiago. Un amigo suyo le dio esta dirección, pero en realidad era otra casa la que estaba en venta. Cuando golpeó, lo atendió la viuda y le dijo que ella también vendía su propiedad.
Uno de los requisitos que ella le puso para hacer el negocio fue que la conservara intacta, ya que quien la había construido era un arquitecto de renombre.
'Mi papá le mencionó que sería terrible pensar en demoler esta casa que es una obra de arte. Por ello se comprometió a construir su clínica, pero hacia los alrededores. Pasaron unos días y la señora lo llamó para decirle que no había podido dormir pensando en este tema. Mi papá le dijo que mientras él viviera, la casa no se iba a demoler", cuenta Arias.
Hoy esa casona se inserta en un proyecto inmobiliario que está a punto de abrir sus puertas y que tampoco la tocó.
Tapices y chimenea
Santiago Arias cumplió su palabra y cuando abrió su clínica, mantuvo intacta la propiedad. En el primer piso funcionaron algunas oficinas y salas de espera; y en el segundo, consultas médicas. "Se anexó a la propiedad una clínica que en esos años era muy moderna: era un contraste entre lo antiguo y lo nuevo. Trajimos la ecografía a Chile y fue la primera clínica que tuvo respirador neonatal para el recién nacido. Tenía 15 habitaciones: todas individuales y con vistas al jardín; tenía salas de parto y hasta se hacían clases de preparación para las parejas".¿Qué recuerdos tiene de la casona, Carlos?
"Era una casa tipo mansión (de 770 metros cuadrados). Tiene un subterráneo; en el primer piso había un gran living comedor (mirando hacia Pedro de Valdivia) y escritorio, cocina, baño; en el segundo había cinco habitaciones y un baño; y en el tercer piso estaban los dormitorios de los niños y una sala de estar con una mansarda. Detrás de la vivienda había dos casas de adobe, que fueron construidas para el personal que servía. Tenía piscina, cancha de tenis y una chacra. Ahora no hay nada de eso, ni la clínica que mi papá terminó de construir en el año 67. La cancha de tenis se usó como estacionamientos.
¿Qué cosas se mantienen?
"La casa en sí se mantiene intacta. La municipalidad de Providencia la declaró como inmueble de interés histórico, por Io que no se puede echar abajo. Todo se conserva en perfecto estado. La escalera y el piso de la casa son de roble americano. El pasamano de la escalera está tallado y bien trabajado. Las terminaciones son estupendas. Conserva su chimenea y el tapiz original. Pensé que mi papá iba a sacar los tapices, pero como era amante de Europa, no quería que se cambiara nada de eso".
Los nuevos edificios
En 2017 la familia Arias decide vender los 12.000 metros cuadrados de terreno y hoy ya hay dos edificios de renta residencial junto a la casona. Patricio Fernández, gerente de desarrollo de Greystar Chile, empresa a cargo del proyecto, menciona que todavía no definen qué uso se le dará."Estamos en un proceso de búsqueda de algún uso que otorgue valor. Podría ser para fines gastronómicos o algún tipo de hub de servicios a la comunidad", cuenta el ejecutivo.
¿Se integran ambas construcciones?
"Se incorporó un jardín entre ambas. También se mantiene una sobria composición en los balcones y en la paleta de colores. El nuevo edificio funciona como un telón de fondo para esta magnífica casona' .
El complejo Somma Inés de Suárez, administrado por Greystar y Credicorp Capital Asset Management, cuenta con dos edificios de nueve pisos que escoltan a esta emblemática casona.
El inmueble, que en dos meses podría abrir sus puertas, contará con 391 departamentos para arriendo, de uno y dos dormitorios, con áreas comunes como cowork con sala de reuniones, cabinas privadas y área exterior para trabajar; una piscina temperada y una exterior; sala de juegos; un gimnasio de 190 metros cuadrados, y una multicancha techada en el subterráneo, entre otros espacios.