La competencia entre los clanes de narcotraficantes que operan en la comuna de Macul, Región Metropolitana, parece estar subiendo de nivel. Así lo comprobó la unidad Microtráfico Cero (MTO) de la Brigada de Investigación Criminal de la PD', que entre otras armas, encontró un lanzacohetes durante el allanamiento realizado a la casa de "Los Carriles", temida banda familiar que no sólo controlaba la venta de drogas en la población Chacarillas, sino que tenía una verdadera red de distribución en las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
Según contó el subprefecto Raúl Pérez Flores, "durante el procedimiento, que terminó con 17 detenidos -entre los que destacan los cinco hermanos que dan nombre a la banda, incluida la líder de 54 años-, ocurrió algo que nos sorprendió bastante, porque si bien esperábamos hallar armas y municiones, nos encontramos con un lanzacohete antitanque, que aunque no se encuentra operativo, de todas maneras será periciado por nuestros especialistas".
Sin embargo, la incautación de material de guerra a bandas de narcotraficantes ya no es novedad. Al lanzacohetes que la PDI encontró el pasado 3 de julio en Peñaflor, Región Metropolitana; se suma el que Carabineros de la Prefectura de El Loa encontró en Calama el 7 de agosto, el que además se encontraba en manos de extranjeros.
Este último dato no pasa inadvertido para Sydney Houston, consultor internacional en Prevención del Delito y coautor del Plan Cuadrante de Carabineros. "Si no ponemos atajo a esta situación, pronto nos tendremos que acostumbrar a ver bandas con armamento cada vez más pesado, tal como ocurrió en México y en Colombia, países donde las organizaciones criminales manejan un gran poder de fuego, el mismo modelo violento que están introduciendo a Chile".
Así, para Houston existe una relación entre el ingreso de experimentados delincuentes al país, la mayoría de las veces de manera irregular, y el aumento de la violencia entre bandas. "Eso se debe a que en sus lugares de origen, muchas veces las disputas por territorio se definen con las armas, las que cada vez se van haciendo más poderosas en su afán por convertirse en la única organización criminal dominante", explica.
Sobre el hecho de que el lanzacohetes incautado en Macul no esté operativo, el ex policía también tiene algo que decir. "En realidad para Los Carriles no era tan relevante si este equipo militar funcionaba o no, lo que sí les importaba, era que los demás pensaran que sí estaba operativo, pues lo usaban para disuadir a otras bandas, era una forma de decirles 'mejor no se metan con nosotros', porque en caso de que sus rivales decidieran hacerles la famosa mexicana, también conocida como quitada de drogas, tendrían que enfrentarse a fuego pesado".
En cuanto a una posible estrategia para terminar o, al menos, controlar el tráfico de armas de guerra, Houston es claro: "Nuestro primer error fue permitir que las bandas ingresaran al país, por lo que ahora las policías y los tribunales deben trabajar más unidos que nunca, porque es verdad que esta idea instalada, de que los Carabineros detienen a un delincuente hoy y los jueces los sueltan mañana, alimenta la sensación de inseguridad en la ciudadanía, a la vez pero fortalece la disposición de los antisociales chilenos y extranjeros, que consideran que nuestro sistema judicial es permisivo".