Celeste Viel despertó más relajada este domingo. Por la tarde se quedó con algunas de sus compañeras disfrutando en la piscina del hotel. Esa sensación de distensión no la vivía desde el 12 de noviembre, día en que llegó a El Salvador para participar del Miss Universo. No ganó el concurso, que tuvo su final este sábado, pero sí logró anotarse en la fase de las 20 semifinalistas, un logro que Chile no tenía hace 19 años.
Esa conquista, junto con el esfuerzo que le propinó a las semanas de competencia, merecían celebración: "Después del concurso hubo un after party en el mismo hotel donde nos estábamos quedando todas y había mucha gente de la organización. Al fin de tanto trabajo pudimos pasarlo bien y disfrutar los logros de todas", cuenta Celeste desde El Salvador.
A la fiesta, que duró hasta altas horas, Celeste asistió con su mamá Paula Caballero (ex Miss Chile) y su papá, el conocido animador Felipe Viel. Ellos fueron quienes la acompañaron en todo el proceso con los pros y contras de un concurso de tal magnitud: "Es todo un mundo, una industria. Cuesta entenderlo, pero miss Tailandia es muy famosa, viajó con 10 asistentes, una niña con cientos de maletas. Miss Nicaragua (la ganadora de esta edición) tuvo una despedida apoteósica en su país, siempre con un enorme apoyo sicológico para manejar la presión. Acáéramos nosotros nada más, David contra Goliat", complementa Felipe.
Por eso la sensación de este domingo para Celeste, ella la grafica así: "Se siente un poco raro porque hemos tenido semanas intensas, siempre con prisa y ahora uno empieza a darse cuenta de lo que vivió, del impacto que tuvo. Hasta despertarse a las 4 de la mañana uno lo va a echar de menos".
¿Es rudo participar en un concurso como el Miss Universo?
"Hay que tener bastante fuerza mental. Hay que saber controlar la ansiedad, saber relajarse, confiar. Es un gran desafío para tu estado mental. Poder conquistar algo de este nivel sabía que me iba a hacer crecer".
¿Qué cosas le llamaron la atención de la experiencia?
"Desde el segundo que pisamos El Salvador nos trataron como una reinas, donde íbamos nos seguían tres camiones con policías. Conocimos al presidente, recibimos muchos regalos. Lo disfruté muchísimo. Mi misión fue aprovechar cada momento de la experiencia. Mi momento favorito fue cuando pude caminar con John Legend, que es uno de mis artistas preferidos".