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El camión estaba esperando que llegara otro vehículo para hacer el trasvasije de la droga

Alrededor de las cinco de la madrugada de este sábado llegó una denuncia al 133 de Carabineros. Un camión International, modelo 1200, se había estacionado en la ribera norte del Río Maipo, en las cercanías de San Bernardo.

"Los vecinos alertaron del ingreso de un camión a un sector donde no es común que se desplace este tipo de vehículos", contó el comandante Pablo Hernández, de la Prefectura Oriente de Carabineros.

Al llegar una patrulla de la Comisaría 14, de San Bernardo, encontró al conductor sentado al volante y tres personas -incluida una mujer- en la zona de la carga. "El personal se percata que había una gran cantidad de droga. Tanta que de inmediato llegó Fiscalía, que dispuso que la investigación quedara a cargo del OS7".

Los 600 kilos de clorhidrato cocaína estaban guardados en 25 sacos. "Se está investigando el origen y destino de la droga. También del armamento que portaban las personas. "El camión estaba esperando que llegara otro vehículo menor para hacer el trasvasije de la sustancia". Es más, agregó Hernández, horas más tarde, Carabineros encontró otro vehículo cerca de donde estaba el camión. "Se está investigando su grado de participación dentro del hecho".

¿El camión fue encontrado en un camino rural?
"No. Porque no es una zona de tránsito de vehículos. Es un camino que conduce al lecho del río (Maipo). Es un lugar donde se trabaja en la extracción de áridos".

La investigación

Patricio Rosas, fiscal de flagrancia de la Fiscalía Metropolitana Occidente, señaló que la detención de los sujetos -tres chilenos y una colombiana- se produjo cuando estaban listos para descargar la droga.

El persecutor detalló que la forma en que estaba dosificada la cocaína -en sacos- corresponde "al gran tráfico de drogas".

Rosas solicitó la ampliación de la detención, por lo que los cuatros detenidos serán formalizados este lunes. En tanto, el camión fue trasladado hasta un cuartel del OS7 para su correspondiente peritaje e investigación.

Crimen organizado

El prefecto (R) de la PDI y asesor en seguridad, Eduardo Labarca, aclaró que no es el mayor decomiso de droga en la historia de Chile: "Hace unos años la Policía de Investigaciones incautó alrededor de tres toneladas de clorhidrato de cocaína".

La ruta de la cocaína, añadió Labarca, es la siguiente: "Es una droga que proviene de alguno de los países productores vecinos, Perú o Bolivia. Ingresa a Chile por vía terrestre y es transportada a la Región Metropolitana, donde se encuentra la mayor cantidad de traficantes. Me atrevería a decir que estos 600 kilos iban a ser comercializados en Santiago y sus alrededores".

De todas formas, 600 kilos es una cantidad importante.
"Sin duda. Es un decomiso grande y detrás hay una organización criminal de gran calibre, con un alto poder de inversión y de armamento para cuidar la carga. Seiscientos kilos de clorhidrato de cocaína es mucho dinero (alrededor de seis millones cuesta un kilo). Por eso, no estamos hablando de una banda compuesta por familiares de una población, sino de crimen organizado".

Labarca entregó otro detalle. "La cocaína que llega a nuestro país viene con un 60% de nivel de pureza. El traficante chileno la 'patea', como se dice en la jerga delictual. Un kilo se aumenta a dos. De estos 600 kilos de clorhidrato iba a llegar el doble a los consumidores nacionales, por lo tanto la ganancia es mayor".

¿Con qué la aumentan?
"Con químicos del mismo color y textura. ¿Has escuchado que a la pasta base le dicen que es puro raspado de muralla? Eso es literal. El traficante mayor la vende aumentada al traficante menor que también la 'patea' para venderla. El microtraficante repite el método. Lo que llega realmente al consumidor es alrededor del 15% de pureza. El resto tiene cal, ácido bórico y restos de pintura".

Labarca recordó una anécdota de sus años de policía: la detención de un microtraficante en Pudahuel. "Cuando hicimos las pruebas de campo, que se hacen con un aditivo que da un color azul a mayor pureza, nos encontramos con que casi no había color. Nosotros bromeábamos que había que pasarlo más como estafa que como traficante".

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