"Este era uno de mis sueños". Las palabras corresponden al brasileño Fabricio Vasconcelos (43), reconocido exrostro televisivo de "Mekano", integrante del renovado grupo Porto Seguro y activo emprendedor desde hace 15 años. En este último ítem partió con una escuela de baile llamada Club Fama Chicureo, después dispuso ahí un popular gimnasio (que hoy tiene más de dos mil socios), posteriormente construyó 10 oficinas que arrienda, para hace menos de dos meses lanzar oficialmente un proyecto inmobiliario que por mucho tiempo rondaba su cabeza: al lado del complejo deportivo levantó su propio centro comercial.
"Es como un mini mall, jajajá", explica el hombre, casado con la también bailarina y empresaria Mariela Román, su socia en todos sus iniciativas, con quien cuenta dos hijas. ¿Mini mall? Fabricio se refiere al Centro Comercial Fama, edificio de dos pisos y 1.500 metros cuadrados construidos que terminó a principios de año, consistente en 18 locales comerciales y ubicado en la Carretera general San Martín, kilómetro 24 %, paradero 57, Colina. "Si supieras el sacrificio económico y familiar que nos costó hacer todo esto? fue muy difícil, pero gracias a Dios que todo valió la pena", informa él, emocionado.
Frente a la construcción, el brasileño evoca recuerdos. "No hay un pedazo de esta obra que no haya pasado por mis manos. Los materiales los compré yo, cotizaba para conseguir los lugares más baratos y así ahorrar", sostiene Fabricio. "Yo soy un arquitecto frustrado, a mí me encanta dibujar y yo mismo hice el diseño en una hojita. Se la pasé a un arquitecto de verdad, después al proyectista, trabajamos juntos la idea y partimos de abajo. Busqué un maestro para hacer la fundación, un maestro para los fierros y para afinar los detalles. Acá no hubo una constructora involucrada, todo fue por nosotros, era la única forma de financiar esto", confiesa, advirtiendo que toda la construcción le tomó un año y dos meses.
¿De dónde surgió la idea?
"Por suerte, mucha gente viene al gimnasio, entonces ellos mismos preguntaban si sabía de algún local comercial para arrendar, incluso si yo tenía algún sitio para que pusieran sus negocios. Y yo les respondía que no. Después, pensándolo mejor, considerando que ya tenía terreno acá disponible, se me ocurrió la idea: ¿y si hago locales comerciales acá mismo?" Siempre de acuerdo al relato de Fabricio, su arranque encontró pronta réplica en su esposa. "Mariela me dijo ¿y tú estás loco? ¿de dónde vamos a sacar la plata para construir? Y yo le decía, vamos de a poco, Dios proveerá, jajajá? ella siempre me apoya en todo", rememora el brasileño sobre el plan que comenzó en 2022, que empezó a concretar en 2023 y que terminó este año. "Veníamos saliendo de la pandemia cuando nos arriesgamos con esto. A nosotros nos afectó mucho la pandemia, porque debimos cerrar. Ahí Mariela nos mantuvo a flote. Cuando ya nos recuperamos y abrimos el gimnasio de nuevo, a mí se me metió en la cabeza generar más fórmulas de ingresos".
¿Y cómo le ha ido hasta ahora?
"Súper bien, ya tenemos casi todos los locales arrendados. Si todo sale bien, en poco más de un año recupero la inversión. La gente recibió muy bien la propuesta, ni siquiera tuve que publicitar los locales. Se arrendaron gracias al boca a boca. Hoy ya tenemos tiendas abiertas. Hay cafetería, barbería, locales con venta de productos naturales, se va a poner un Oxxo y una farmacia. Con Mariela estamos muy orgullosos".
Evitando hablar de montos involucrados, Fabricio reconoce sobre el proyecto no sólo que "me lo he gastado todo", sino también que "tengo créditos pedidos, pero gracias a Dios todo está controlado". "Esa es la esencia de emprender, en 15 años haciéndolo también he cometido errores, todos saben los problemas por los que he pasado", desliza él, haciendo referencia a un bullado mal negocio inmobiliario que tuvo, que incluso le valió enfrentar procesos judiciales, los que actualmente se encuentran concluidos. "En esto de emprender uno se equivoca, pero también tiene aciertos, yo soy un agradecido de todo lo que me ha pasado. De la mujer que encontré, de mi familia y de Chile", continúa.
¿Qué fue lo más complicado de construir un centro comercial?
"Yo estaba acostumbrado a construir cosas pequeñas. Yo construí mi casa, por ejemplo. En el gimnasio he hecho reformulaciones, pero hacer un centro comercial, eso se escapaba un poco de mis manos. Había normas de ingeniería que tienes que cumplir, especificaciones que desconocía. Al 20% de la obra ya no tenía de dónde sacar más dinero, jajajá. Pero pudimos. Levantar esto no era tan sencillo como pensaba porque había que cumplir con las normas de suelo, de ingeniería estructural, proyectos sanitarios, proyectos eléctricos, un mar de cosas. Ahora, ya aprendí. Estoy listo para hacer otro, jajajá".
Felicitaciones por su mini mail, Fabricio.
"Por Dios que costó. Esto lo tuvimos que hacer todo nosotros, era la única posibilidad de hacerlo para una persona común y corriente como yo. Era imposible pagarlo de otra forma. De a poquito fuimos creciendo y ahora me doy cuenta de que lo hemos ido logrando. Yo vengo de una familia en Brasil de mucho esfuerzo y yo llegué acá a Chile con una mano adelante y otra atrás. Con nada más. Entonces, ver estas cosas que hemos hecho con Mariela, con mi familia, me tienen muy agradecido. Siento que lo hemos hecho bien".