Deshidratado, cojeando y con 13 kilos menos, fue encontrado en las montañas de Santa Cruz, al sur de San Francisco, el excursionista de 34 años, Lukas McClish, quien había desaparecido hace diez días, después de que ingresara al Parque Estatal Big Basin Redwood, en California, para dar un paseo de tres horas que terminó con una larga agonía que le pudo haber provocado la muerte, registró CNN.
Lukas, quien desde hace años practica el senderismo, el 11 de junio pasado decidió ingresar al parque estatal más grande California pasado el mediodía, para recorrerlo por un periodo corto, llevando solo lo esencial y ningún tipo de alimento. "Me fui con un par de pantalones, mis zapatos de senderismo y un sombrero", aseguró al canal KGO TV, agregando que también portaba "una linterna y un par de tijeras plegables", registró ABC News.
Las alarmas se levantaron cinco días después, cuando Lukas no se presentó a la cena familiar para el Día del Padre, denunciando su desaparición y desencadenando una exhaustiva búsqueda del Departamento de Protección Forestal y contra Incendios de California en San Mateo (CalFire CZU), publicó Telemundo. "(McClish) fue encontrado cansado, un poco dolorido, sin voz y sin heridas graves", afirmó la Oficina del Sheriff de Santa Cruz, luego que el excursionista se encontrara con su familia, registraron los medios locales KABC y KSBW.
Un desierto
Tal como lo describe Lukas, fue culpa de la feroz deforestación que dejaron los incendios forestales del 2020, provocados por más de 11.000 rayos de una tormenta eléctrica, lo que ocasionó que se desorientara y se perdiera rápidamente en su trayecto. "Cuando el fuego llega y diezma el área, se convierte en un desierto y uno no puede ubicarse", declaró McClish a "The New York Times", enfatizando en que "los típicos marcadores para indicar la dirección, como los senderos para ciervos o las rutas de senderismo, habían desaparecido". Como buen excursionista, Lukas consideró que esta era una buena oportunidad para poner a prueba sus habilidades de supervivencia, pero al quinto día comenzó a preocuparse y caminó hacia la puesta de sol, consignó "Daily Mail".
Un burrito
Aunque durante los primeros cinco días trató de poner lo mejor de sí, armando un
campamento que no resultó y caminando largos kilómetros para encontrar comida, él sabía
que si seguía en ese lugar terminaría muerto. Fue así como decidió seguir el sol y caminar
hacia el océano, sin imaginar que se encontraba lejos de la costa. Débil y con frío, Lukas
relató que se alimentó de bayas silvestres y que cada día intentaba tomar cerca de 4 litros de
agua en su bototo para no deshidratarse. Durmió sobre hojas mojadas, se accidentó al caer
por una zona rocosa y compartió su viaje con un puma que lo acechó por varios días. Desesperado, al octavo día comenzó a gritar, logrando ser escuchado por algunos turistas que denunciaron que un hombre pedía ayuda, pero no pudieron dar con su paradero, pues siempre estaba moviéndose. Al ser rescatado, confesó que quería "un burrito o un taco", pues en eso había pensado todos los días, registró "The New York Post".