Según datos de la Sociedad Chilena de Nefrología, el 15,4% de los chilenos mayores de 40 años sufre algún grado de enfermedad renal crónica (ERC). De ellos, más de 25 mil deben someterse a un tratamiento de diálisis para sobrevivir. Cuando los riñones funcionan a su mínima capacidad no logran limpiar la sangre de todas las impurezas, por lo que el cuerpo comienza a envenenarse. La diálisis es la alternativa para que los pacientes en etapa 5 depuren las toxinas de la sangre a través de una máquina.
Este es el caso de Patricio González, abogado de 33 años, quien a los 18 fue diagnosticado con glomerulonefritis crescéntica con anca negativa, una enfermedad autoinmune, que en simple es la inflamación de los filtros pequeños de los riñones. Tras una serie de complicaciones, el año 2013 tuvo que comenzar a dializarse tres veces por semana con una hemodiálisis convencional, que hasta el día de hoy es el único tratamiento para enfermos renales crónicos con cobertura GES.
En 2021, González se enteró que existía una diálisis de última generación, que estaba en Chile, pero a la que sólo se podía acceder de forma privada: Hemodiafiltración de Alto Volumen (HVHDF por sus siglas en inglés). El nefrólogo Eduardo Lorca, director del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica que la HVHDF ofrece una depuración de la sangre mucho mayor que la diálisis habitual.
"Tiene un filtro de una permeabilidad muy importante para moléculas más grandes. Normalmente la diálisis tradicional solo saca moléculas pequeñas y muy poco de moléculas medianas o grandes. Esas moléculas son toxinas urémicas y son las que van provocando daño a nivel cardíaco, a nivel de los vasos sanguíneos, de la producción de sangre y otras complicaciones crónicas", detalla el nefrólogo del Hospital El Salvador y director de la Sociedad Chilena de Nefrología.
Si bien se trata de una técnica que tiene alrededor de 20 años, recién desde hace cinco se ha publicado evidencia local e internacional de sus beneficios. "Se demostró que reduce en un 23% la tasa de mortalidad de los pacientes y que entrega una mejoría notable de la sintomatología: mejoras en la anemia, en el metabolismo óseo, en trastornos cognitivos, tolerancia a los cambios de flujo y presión durante la diálisis, reduce los síntomas depresivos.
Pero es una técnica con un costo del 25% mayor que la estándar. Estamos peleando para que el Minsal abra la puerta a la posibilidad de que algunos grupos puedan optar a ella. Hay pacientes que no van a ir a trasplante renal y para sobrevivir requieren una técnica de mayor calidad", dice Lorca.
Según los cálculos de Lorca, 6 mil pacientes deberían tratarse con esta técnica, pero actualmente sólo 800 acceden a ella. Uno de ellos es Patricio González, quien peleó durante más de un año para conseguirlo.
Tras el rechazo de Fonasa, González reclamó ante la Superintendencia de Salud demandando que no estaba recibiendo el tratamiento adecuado. "Existen ciertos parámetros de purificación que te miden cuánto te purifica la diálisis. Con el tratamiento convencional yo no alcanzaba el parámetro mínimo, que es 1,4 para tener una buena diálisis. Finalmente, la superintendencia me apoyó y me cambió la vida".
"Después del tratamiento convencional tenía que llegar a acostarme, salía muy agotado, con mareos, calambres, sin ganas de comer. Con el nuevo tratamiento puedo llegar a pasear a mi mascota, puedo dedicarme a mi trabajo", dice González, quien ha ayudado a otros nueve pacientes para que Fonasa les cubra el tratamiento. "A la larga, generas pacientes más sanos, sin afecciones cardiacas, a la espera de trasplante y eso genera un menor gasto para el estado", dice.
Actualmente la HVHDF está disponible solo en los hospitales Exequiel González Cortés, Calvo Mackenna, de Punta Arenas, Coyhaique, Puerto Aysén, Curanilahue, Higueras de Talcahuano, San Felipe y de Rapa Nui.